¿Qué es bueno para el dolor?

La guerra contra el dolor, el engaño a las neuronas

Domingo Fernández Pérez

  · jueves 12 de septiembre de 2019

Foto: Especial

El ser humano sigue librando una dura batalla contra el dolor, un compañero innato de la vida.Combatirlo es el principal reto de la medicina.

Parches, tabletas, soluciones inyectables, paletas parecidas a un caramelo y dispositivos electrónicos, son algunos de los avances tecnológicos en la anestesiología para combatir el dolor y que forman parte de la medicina paliativa para tratar a pacientes con cáncer, diabetes e insuficiencia renal.

El dolor es una experiencia sensorial en alguna parte del cuerpo desencadenada por el sistema nervioso,representa un mecanismo efectivo para sobrevivir, ya que sirve de alerta ante el daño y ayuda a evitar peligros, pero los pacientes con dolores por enfermedades degenerativas en la etapa final pierden esta función preservadora.

Aunque no se han desarrollado nuevos fármacos para afrontar el dolor en sus diferentes escalas, entre los que destacan los opioides (que tiene una acción directa sobre el sistema nervioso central), hay avances en dispositivos electrónicos de alta tecnología, sin embargo, los mayores logros en la industria es la forma de administrarlos con la finalidad de reducir los efectos secundarios.

“Creo que la anestesiología es una de las ramas de la medicina que más rápido ha evolucionado con la producción de fármacos y nuevos equipos para combatir el dolor, además que para la industria representa un gran negocio, aunado a esto se han desarrollado equipos electrónicos que neutralizan las molestias hasta el último momento de la vida”, señaló Fabiola Jazmín Domínguez Ramírez, especialista en algología, cuidados paliativos e intervencionista.

ARTILLERÍA CONTRA EL DOLOR

Cuando las células se lesionan, liberan una sustancia química que se llama prostaglandina, las terminaciones nerviosas reaccionan trasmitiendo mensajes de dolor a través del sistema nervioso hasta el cerebro, al tomar el medicamento, éste impide que las células heridas o lesionadas sigan fabricando la sustancia y que las nerviosas no puedan transmitir el mensaje entre sí.

Una de las opciones más conocidas para combatir el dolor es la morfina, una droga analgésica que se origina de la planta del opio (opioide), un potente depresor del sistema nervioso y sus principales efectos son la disminución de la actividad cerebral que provoca un efecto relajante.

El fentanilo es un narcótico sintético (opioide) utilizado por la medicina por sus acciones de analgesia y anestesia, es hasta 50 veces más poderosa que la heroína y 100 más que la morfina, se emplea por vía transdérmica (parches), en forma de spray (nasal), comprimidos y vía intravenosa.

Sus principales efectos son la somnolencia, dolores de cabeza, mareos, náuseas y fiebre en uno de cada 10 pacientes.En el caso del sufentanilo, también opioide, es 10 veces más potente que el fentanilo en la anestesia general, sus efectos secundarios son parecidos a los de la morfina.

“En España y Estados Unidos se utilizan paletas de fentanilo para niños con cáncer, sin embargo, es una realidad que no hay tanto descubrimiento en cuanto a moléculas nuevas, entre los opioides más utilizados está el tramadol, que es un fármaco muy común, pero dentro de los nuevos están el tapentadol que fue producido hace unos seis años”, detalló la especialista que tiene su consultorio en el Sanatorio Venecia.

Aunado a esto hay equipos, el problema radica en determinar a qué tipo de paciente se le va a recomendar, pues debe estar indicado para los que tengan cuando menos una sobrevivencia mayor a seis meses, debido a que su costo es elevado.

“Entre estos dispositivos novedosos están las bombas intratecales, que son un disco que se pone por dentro del abdomen conectado a un catéter que va hacia la columna vertebral. El dispositivo administra de manera constante dosis controladas de morfina mezclada con otros fármacos, su costo promedio es de 300mil pesos”, detalló Domínguez.

Agregó que tiene pacientes con este dispositivo y en algunos casos rellena la bomba una vez al año, su efectividad es tal que quitan el dolor en un 80% a 90%.

Lo más nuevo es el neuroestimulador de los cordones posteriores (en la médula), que son muy parecidos ala bomba intratecal, pero sin medicamento, además son más caros porque pueden llegar a costar hasta 600mil pesos

.“Son como unas pilas de reloj que vienen en una tablilla que se introduce en la columna vertebral,también utiliza un cable muy fino. Su función es engañar a la médula espinal con sensaciones diferentes al dolor, los aparatos están indicados para pacientes con dolor crónico, son lo último de lo último, es de lo más complejo”, afirmó.

CONTEXTO EN MÉXICO

En México se han tenido importantes avances en el tema de la tecnología y cuidados paliativos, prueba de ello es la aprobación por unanimidad en el Senado el pasado primero de julio de la reforma para incorporar en el artículo cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos la utilización de medicamentos controlados, dirigidos a pacientes en situación terminal, con lo cual se pueda garantizar una muerte digna.

“Esta reforma refuerza mucho lo que ya se venía trabajando porque esto no es nuevo, fue la forma de llamar la atención a todos los sectores de que no se están haciendo los cambios pertinentes para que se ejerza este derecho de la población al cuidado paliativo”, agregó.

Todo empezó en 2008 cuando aparece la Norma Oficial de los Cuidados Paliativos, aquella que establece guías a las que se tienen que apegar los médicos, después se hicieron ajustes y fue en 2014 cuando sale un decreto por obligatoriedad para los hospitales, que da pauta para que el estado aporte recursos con la finalidad de mejorar la atención en las clínicas del dolor.

“Ahora la pregunta es: ¿hay suficiente personal capacitado para atender a toda la población?, ¿estamos listos como sector salud?, eso es lo que genera incertidumbre cuando los políticos hacen las reformas porque deben ir de la mano de un presupuesto asignado y eso es algo que aún no conocemos”, señalóDomínguez, quien ha fundado varias clínicas del dolor, por ejemplo en el ISSSTE Zaragoza y en el hospital Adolfo López Mateos en Toluca.

En México las primeras clínicas del dolor se fundaron hace 46 años y los algólogos fueron los primeros paliativistas y el que se haya llegado a una reforma constitucional es que se ha involucrado más gente de todos los niveles.

VALLE DE TOLUCA

En el Estado de México existen cuando menos 100 especialistas en cuidados paliativos, en Toluca y Metepec 23, pero de esos no todos prestan la atención en domicilio porque varios son de institución que únicamente se dedican a ver el tema del dolor crónico.

“Ya somos bastantes, pero no nos damos abasto, también porque muchos no se bajan de la nube al cobrar buenos honorarios, al final como especialista esperas que te valoren, no obstante, no siempre es posible;en una ocasión se trató de poner un tabulador de precios y que la consulta costara 4 mil pesos, pero dije me salgo; he llegado a cobrar 500 pesos, ¿cómo le vas a quitar al paciente o su familia esa cantidad cuando es la que en muchos casos reúnen en un mes?”, aseveró.

Una enfermedad como el cáncer deja sin recursos a cualquiera, pero también está la gente que cree que cuando llega a cuidados paliativos ya no debe pagar nada porque el oncólogo ya le vació la cartera, por eso es complejo el manejo de los honorarios en el paciente paliativo.

“Nosotros tenemos un programa en la clínica que se llama Paliatel, que consiste en hacer visitas domiciliarias dependiendo del estado del paciente gracias a un monitoreo vía telefónica, en ocasiones sólo necesita el apoyo del nutriólogo o sicólogo, aunque es un poco más complejo cuando se trata de enfermería que tiene remuneración aparte”, externó.

Al final lo importante es valorar las condiciones económicas de la familia y eso no existe en los programas institucionales.

ADM