Luces de la ciudad, estrategia para atender la iluminación urbana

Para contribuir y resolver los grandes problemas que aquejan a la Ciudad de México

La Prensa

  · miércoles 4 de diciembre de 2019

Foto Cortesía | UNAM

Ciudad de México.- En las instalaciones de la SECTEI se puso en marcha una iniciativa orientada a atender, de manera integral, diversos aspectos relacionados con el tema de la iluminación urbana en la Ciudad de México

La doctora Ofelia Angulo Guerrero, subsecretaria de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación, convocó a un grupo de expertos nacionales de reconocimiento internacional en las áreas pertinentes e indicó que uno de los proyectos que encabeza la SECTEI es “El derecho a la ciudad”, cuyo objetivo consiste en generar las condiciones saludables para vivir, donde el tema de la iluminación será de gran importancia.

Ana María Cetto, coordinadora de la iniciativa “Luces sobre la ciudad”, expuso que el objetivo de este primer encuentro fue elaborar, de manera conjunta, una propuesta que contemple objetivos y alcances en torno a la iniciativa. “La Ciudad de México es un laboratorio riquísimo, es muy diverso y es una ciudad compleja que merece estar bien iluminada”, apuntó.

La luz es algo que nos concierne a todos, y no sólo la recibimos a través de los ojos, sino también de la piel. “Es muy difícil atrapar la luz, pero qué fácil es dejarse atrapar por ella”, destacó Cetto.

Esta iniciativa busca que la ciencia y la tecnología, a través de la academia y la investigación, colaboren con el gobierno para atender oportuna y eficazmente las problemáticas relacionadas con la iluminación y estará inscrita en la Red ECOs.

Alma Orozco, ecóloga de la UNAM, expresó que uno de los objetivos deberá enfocarse en conocer lo que implica el uso de diferentes fuentes de luz (lámparas), las cuales producen distintas calidades espectrales. “La luz viaja, lento o rápido, dependiendo del tipo de fuente que la genere”, señaló.

Por su parte, Héctor Solano, investigador del Centro Geo, externó que estudios recientes confirman que la iluminación en la Ciudad de México afecta a especies fotosensibles como la humana. Subrayó además que el 40 por ciento de los accidentes automovilísticos en ciudades como ésta, se deben principalmente a deslumbramientos. “Es necesario regionalizar la iluminación, pues no todos los espacios necesitan la misma intensidad”, dijo.

En su momento, Gustavo Avilés, diseñador de iluminación de la empresa Lighteam, explicó que la luz es un elemento de comunicación social y que en la ciudad se manifiesta como un factor de salud y enfermedad. Aseveró que ante esa polaridad, encontrar un eje rector que equilibre la situación será un verdadero reto. No sólo se trata de proyectar luz o de iluminar el objeto o lugar, sino de ver cómo la reflejan esos elementos. “No estamos hablando de luz proyectada, sino de luz reflejada que llega a nuestros ojos e incide en reacciones orgánicas y psicológicas”.

Natalí Guerrero, de la Facultad de Medicina de la UNAM, reveló que ciertas longitudes de ondas son más dañinas que otras. Recalcó que existen luces blancas que generan irritabilidad en muchísimas personas, mientras que las anaranjadas propician paz y relajación. “Un aspecto importante en esta iniciativa sería analizar el efecto benéfico y adverso de algunas longitudes de ondas, y en función de ello, restringir el uso de aquellas que no son favorables”, sugirió.

A su vez, María Teresa Josefina Pérez de Celis, dijo que hay un gran desconocimiento de los habitantes de la capital sobre cómo iluminar sus hogares. “Las personas compran focos a diestra y siniestra, y hay algunos que irradian luz muy contaminante. Al interior de los hogares tenemos que hacer un gran trabajo. La gente adquiere bombillas ahorradoras sin saber que aunque está ahorrando energía en watts, se encuentra consumiendo energía emocional”, aseveró.

Manuel Ángeles, catedrático de la Facultad de Medicina, expresó que se deben plantear dos aspectos fundamentales en la iniciativa. Por un lado, la iluminación exterior, donde el trabajo consistirá en colaborar conjuntamente con el gobierno de la ciudad para determinar qué tipo de luz es la más conveniente en los distintos espacios urbanos; y por otro, la iluminación interior, donde existen dos vertientes a atender, la particular (en los hogares) y la pública (en empresas, hospitales, centros comerciales, de entretenimiento, etc.). “Las propuestas de iluminación que la iniciativa presente deberán basarse en estos aspectos esenciales”, apuntó.

GB

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