El mundo evoluciona constantemente gracias a los avances tecnológicos, y el de la salud, es uno de los que más cambia gracias a las denominadas tecnologías exponenciales o disruptivas. Una de las que cada vez tiene mayor impacto en la relación entre pacientes y doctores es la: inteligencia artificial (IA).
Es por esa razón, que bpublic health, primera agencia digital en México especializada en el sector salud, nos explica distintas aplicaciones de la IA en la medicina que vale la pena hacer conscientes: Diagnósticos con supercomputadoras Watson: aunque la tecnología de estas supercomputadoras se utiliza en diferentes industrias, en la médica genera diagnósticos oportunos para distintas enfermedades.
Por ejemplo, Watson Oncology diagnostica varios tipos de cáncer. Brinda una atención más específica a sus pacientes, ofrece una rápida detección, ayuda en la predicción de una enfermedad y recomienda un tratamiento adecuado. Sensores portátiles: pequeñas grandes computadoras ahora acceden, procesan y evalúan el historial de síntomas, enfermedades y resultados de pruebas, y comprueban cualquier correlación o tendencia con el pasado del paciente. Existen diversos sensores y softwares para el uso cotidiano de las personas: Philips utiliza la cámara del iPhone para medir indicadores vitales; Qualcomm mide la frecuencia cardíaca con el mismo teléfono; a partir de la fotografía de una lesión cutánea se puede medir el riesgo de cáncer de piel; entre muchos otros que tendremos pronto a la mano. Big Data: una IA alimentada con Big Data puede predecir epidemias, curar enfermedades, mejorar la calidad de vida y evitar muertes prevenibles.
En un entorno clínico, atiende enfermedades basadas en evidencia y resultados obtenidos en cada paciente, al tiempo que garantiza su seguridad. También ayuda a la industria a abordar problemas relacionados con la variabilidad en la calidad y gastos de la atención médica.
Hace la vida más sencilla y feliz a pacientes: por ejemplo, la aplicación Storysign, diseñada por la Unión Europea de Sordos y la Asociación Británica de Sordos, junto a Huawei, utiliza el reconocimiento de imagen y el reconocimiento óptico de caracteres, para leer cuentos infantiles y traducirlos a lenguaje de signos.
De este modo se consigue que los pequeños con sordera aprendan a leer y relacionar conceptos. Se espera que estos y otros avances tecnológicos ayuden a que, eventualmente, se tenga una mejor y más barata atención para casi el 80% de nuestras necesidades médicas.
Inclusive, para las compañías de seguros resultaría muy rentable dotar a sus asegurados de los dispositivos antes mencionados de manera gratuita. En este momento aún se necesita aprovechar a nuestros grandes médicos para el otro 20% (al menos durante las próximas dos décadas) para ayudar a que el software biónico mejore en el diagnóstico.