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Ciudad de México, 26 de Diciembre.- Resultado de los trabajosde investigación tecnológica desarrollada durante más de unadécada por académicos de la Unidad Iztapalapa de la UniversidadAutónoma Metropolitana (UAM), con productores de cactáceas de lamixteca baja oaxaqueña, se logró –por primera vez en lahistoria– la exportación comercial de pitaya a Estados Unidos,informó el doctor Miguel Ángel Armella Villalpando.
El equipo multidisciplinario encabezado por la doctora María deLourdes Yáñez López, investigadora del Laboratorio deFisiología y Tecnología Postcosecha de Frutas y Hortalizas delDepartamento de Biotecnología, generó un proceso de tratamientoalternativo con el cual se conservan las cualidades, propiedades yfrescura de la fruta para su consumo, y el cual es mucho máseconómico y práctico que la irradiación.
El procedimiento, dijo, consiste en someter a las pitayas a unbaño de jarabe –producto en proceso de patente consistente enazúcares y otros componentes– calculado para que no existapérdida de material, no se altere su sabor ni se presenteninfiltraciones de insectos o plagas, y son transportadas en bolsasde plástico selladas al alto vacío a una temperatura de 10 másmenos un grado.
Así se garantiza la calidad de un fruto que a la fecha de cortedura entre cuatro a cinco días y se prolonga su periodo deduración para consumo humano hasta 15 días o más paraprocesamiento, señaló el académico del Departamento deBiología.
La pitaya es una fruta muy dulce y jugosa característica de laszonas semiáridas del norte de Oaxaca y sureste de Puebla, que seproduce entre finales de abril y principios de junio. Su granperecibilidad y manejo postcosecha poco tecnificado han hecho quesea poco conocida fuera de los mercados locales.
Sin embargo por su gran sabor, tamaño y color tiene un altopotencial para ser distribuida en mercados nacionales einternacionales, posibilidad que brinda el proceso con jarabe.
En la 1ª. Feria de las Ciencias y Humanidades de la UnidadIztapalapa de la UAM, el doctor Armella Villalpando calificó derelevante y significativa la exportación del producto natural conmuy altos valores de calidad, junto con la posibilidad de elaborarjaleas y mermeladas, aceites y jabones.
El objetivo del proyecto es apoyar a los pequeños productoresde pitaya de la región de la mixteca baja oaxaqueña, de losmunicipios de Cosoltepec, Chichihualtepec, Chazumba, entre otros,así como del sureste de Puebla para mejorar sus condiciones devida.
De acuerdo con los cálculos, los productores incrementaránentre 40 a 60 por ciento sus ingresos y reducirán la mano de obrasignificativamente, con lo cual podrían decrecer sus gastos demanejo en 30 por ciento más. En resumen podrían alcanzar unaganancia neta de 70 por ciento, más de lo que obtienen en losmercados locales cercanos de Huajuapan de León, Oaxaca, y deTehuacán, Puebla.
Paralelamente se impulsó el emprendedurismo de egresados deposgrado y licenciatura en Ingeniería de Alimentos y Biología conla apertura de una empresa encargada de realizar –comointermediarios– los trámites administrativos, los procesos deempaque y elaboración de jarabe, entre los productores y elimportador.
El investigador recordó que el 25 de mayo pasado se concretóel acuerdo que requirió de más de dos años de negociaciones ypreparación para lograr que la pitaya de Oaxaca fuera exportada demanera comercial a los Estados Unidos.
El personal de la UAM brindó la asesoría y colaboró para quela Compañía importadora de fruta C&D Market Co. de la Ciudadde Chicago, Illinois, el Comisariado de Bienes Comunales de lacomunidad de Santa Gertrudis Cosoltepec, municipios de Cosoltepec,y Huajuapan, Oaxaca, exportarán tres cuartos de tonelada con elobjetivo de incrementar, para el 2017, a un par de toneladas.
Personal de la División de Ciencias Biológicas y de la Saludde la Unidad Iztapalapa de la UAM, encabezado por la doctoraYáñez López ha trabajado durante 17 años en diferentes aspectosbiológicos y tecnológicos para que esta fruta extienda su vida deanaquel y, por lo tanto, alcance mercados más lejanos a laproducción de origen.
Los logros han demostrado la oportunidad de transferir una partedel conocimiento generado a un proceso productivo objetivo que hasido la base del proyecto desde su inicio, junto con el apoyo y lacolaboración de estudiantes de la licenciatura en Ingeniería deAlimentos y de diferentes programas de posgrado de esta casa deestudios se consiguió transferir y desarrollar tecnología.
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