Baby Queen: Pop para gente que odia la música pop

Bella Latham, cantante y músico sudafricana que bajo el alias "Baby Queen" está haciendo suficiente ruido en varios países

Alejandro Castro | El Sol de México

  · martes 6 de abril de 2021

Foto: David Jeast

El reinado de los llamados millennials se acerca a su fin, mientras que la generación que le precede, llamada Generación Z o centennials, está lista para tomar la estafeta en diversas áreas de la vida diaria.

A esa generación pertenece Bella Latham, cantante y músico sudafricana que bajo el alias "Baby Queen" está haciendo suficiente ruido en varios países.

Deprimida y desilusionada de su entorno, como parece que dicta el cánon para los jóvenes de su generación, Bella apenas estaba escribiendo sus primeras canciones sobre la superficialidad del mundo que veía alrededor, cuando le vino a la mente la idea del que sería su alias artístico.

"Sentí que esa persona, Baby Queen, es todo lo que siempre quise ser", asegura. "Mucho de lo que estoy diciendo en mis canciones es totalmente inmaduro e ingenuo, pero también algo experimentado con la angustia de ser adolescente de esta generación”.

Cuenta que una vez que reunió ambos conceptos en uno solo, todo cobró sentido e identidad para ella: “Sentí que ahora realmente podía decir algo".

Foto: David Jeast

La semilla

Cuenta Bella que antes de dar a conocer lo que ella define como un “alt-pop satírico” vivía en su natal Durban, en Sudáfrica, donde estaba muy en contacto con la naturaleza, tanto que en algún momento consideró la idea de ser guardabosques y guía de turistas para admirar la vida salvaje.

Recuerda que estaba obsesionada con el desierto y que conocía todos los libros de pájaros sudafricanos de memoria.

“Realmente extraño el clima y lo conectada que estaba con la naturaleza cuando vivía allí. Mis padres todavía viven en Durban, así que definitivamente son lo que más extraño”, cuenta en entrevista.

Otra de las cosas que recuerda con claridad de esa época, es a su padre poniendo mixtapes de funk y soul durante los viajes que hacían por carretera. Y aunque la cultura de su ciudad era más bien conservadora, fue precisamente en la música donde encontró su escape. Su madre le regaló una guitarra y un piano, y su tío, también músico, le enseñó a tocar.

Una de sus primeras obsesiones musicales fue Taylor Swift, cuando a los 13 años de edad comenzó a escribir sus propias canciones y a grabarlas con una aplicación llamada Mixcraft. Su padre le ayudó a distribuir algunos demos, y a los 15 años ya estaba lanzando algunas de sus primeras canciones en línea.

"Era música pop cursi", se justifica. "Solía cantar con acento americano, porque no había música pop en la radio donde la gente cantara con acento sudafricano".

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Quemar las naves

Tres años después, Bella tomó la decisión de mudarse a Fulham, al oeste de Londres, donde se inscribió en un curso de música en la universidad y comenzó a frecuentar tantos pubs y conciertos como podía.

Y claro, hubo un choque cultural importante, como ella misma recuerda:

“Inicialmente, la gente de Londres parecía más cerrada y socialmente a la defensiva que los sudafricanos. Creo que fue difícil acostumbrarme... Me tomó mucho tiempo hacer amigos y sentir que pertenezco a esta ciudad, porque todo es diferente aquí, pero definitivamente ya lo considero mi hogar”.

Luego de pasar por una serie de mudanzas, una banda de rock y una ruptura amorosa, se dio cuenta de que se estaba distrayendo de hacer su propia música, por lo que hizo algunos ajustes para poder enfocarse, y comenzar a coincidir, tres veces por semana con el productor King Ed para escribir sobre ese entorno superficial que no le estaba gustando:

"Empecé a escribir amargamente sobre el mundo que había percibido mientras estaba aquí en Londres, sobre la forma en que me había cambiado, y la narcisista en la que me había convertido; me obsesioné con esas identidades que cultivamos en línea; entre lo que eres y lo que pretendes ser… Odio la forma en que las redes sociales afectan nuestra opinión de nosotros mismos, y la forma en que es tan fácil controlar tu identidad en línea”.

Si bien su sonido se mantenía alineado al pop, al fusionarse con un lirismo más complejo, inspirado por artistas como Little Simz, Kate Tempest y The 1975, hizo de su propuesta musical algo más interesante.

"Me di cuenta de que me encantan las letras oscuras y complejas sobre melodías felices y animadas", agrega.

Así fue como nacieron canciones como “Internet religion”, una sátira muy aguda sobre la generación que, como ella vive completamente conectada. Y en esa misma lógica de autoanalisis, asegura: "Lo más importante es que no estoy predicando, me estoy abriendo (porque) no soy diferente a los demás… Soy parte del problema. Es como un espejo que se sostiene a mí mismo”.

Y por ello, no nos abstuvimos de preguntarle cómo sería el mundo si no existiera internet.

“Creo que la cultura pop sería completamente diferente. Nuestros ídolos serían diferentes… Creo que Internet es bastante increíble! Ha permitido la difusión de ideas liberales y ha sido fundamental en la lucha por los derechos humanos… Pero estaríamos mucho menos conectados entre nosotros a nivel mundial, pero podríamos estar menos deprimidos porque internet contribuye enormemente a la depresión y la ansiedad entre los niños”.

Además de su sencillo "These Drugs”, destaca otra canción titulada “Medicine”, en la que la artista profundiza en su propia relación con los antidepresivos, aunque asegura que Química no fue precisamente su materia favorita en la escuela:

“Odiaba la ciencia en la escuela, y odiaba todo lo que tuviera que ver con las matemáticas… Aunque amaba la biología. Eso sí, trabajaba muy duro en clases, era una perfeccionista total”.

Parte del ruido que la cantante ha logrado hacer, incluso fuera de su país, es gracias a la alianza con su sello Polydor, con quien se siente afortunada de haber firmado:

“Escuchas historias de terror sobre artistas y sus sellos, pero no ha sido así para mí. Creo que lo único negativo es que siento más presión, porque ahora hay más gente que cree en mí y a la que no quiero defraudar”.

Foto: David Jeast

Mujer todo terreno

Bella también ha llamado la atención por su capacidad como multi-instrumentista, tocando la guitarra, el bajo, el piano, el ukelele, el banjo y la batería. Concretamente, en este disco toca principalmente la guitarra y el teclado, aunque dice que quiere perfeccionar su técnica frente a los tambores.

Surgido de la sátira, Baby Queen es un proyecto profundamente personal, arraigado en las experiencias de Bella de sentirse como una inadaptada al margen de lo cool:

"Me sentí como un don nadie", reflexiona, hasta que se dio cuenta de lo frágil que era todo, cuánto luchaba todo el mundo con sus propios demonios y se escondía detrás de la falsificación.

Y es que Bella llegó a la conclusión de que la mejor manera de ayudar a las niñas que pudieran identificarse con ella era precisamente satirizando su situación. Lo que ella define como “Eso es lo que te hace sentir como si no fueras nada”.

Así es este proyecto al que ella define como “pop inteligente y satírico”, aunque también le gusta considerarlo como una especie de “anti-pop” porque, en sus propias palabras, es “música pop para personas que odian la música pop”.

Antes de despedirse, Bella dice a sus seguidores mexicanos que espera poder conocerlos en un futuro show de Baby Queen en este país, “cuando toda la locura de la pandemia haya terminado”, pues asegura que sus conciertos son realmente ruidosos y enérgicos:

“Es algo increíble, porque generalmente es implacable... ¡No se detiene ni un segundo! Y eso es muy divertido”, enfatiza.

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