El deporte de México está de cabeza, parece que la llegada de Ana Guevara lo vino a desorientar mucho más. Reducción de becas, atrasos en los pagos o apoyos entregados a gente que no le correspondía.
Adriana Jiménez fue una de las primeras en levantar la voz cuando le debían tres meses y de ahí se encadenó un sinfín de denuncias entre atletas, entrenadores y médicos principalmente. Hoy Adriana pude decir misión cumplida luego de ganar la medalla de plata en el Campeonato Mundial de Natación, celebrado en Gwangju, Corea del Sur. Medalla de plata que sirve para tapar muchas bocas y demostrar que sí se puede con el corazón, garra y valentía para reponerse a todos los obstáculos.
Hoy Adriana Jiménez ha respondido con hechos a Ana Guevara, quien despreció los clavados de altura al señalar que no era una competencia reconocida y que estaba registrada por un patrocinador como evento extremo.
Pero la Federación Internacional de Natación (FINA) reconoce los clavados de altura. Es cierto que no ha tenido el dinero ni poder suficiente para estar en el programa olímpico pero de que va ganando adeptos lo va ganando.
La plata de Adriana en Mundiales de Natación de Gwangju, así como el otro segundo lugar en la Serie Mundial de Beirut, deja muy bien parada a la también ganadora del Premio Nacional del Deporte en el 2017, máximo reconocimiento que entrega el gobierno federal a través de la Conade.
Hoy Ana Guevara debe reconocer que se equivocó porque ella también como atleta sufrió el problema de apoyo y con base en resultados poco a poco lo logró, incluso fue patrocinada por un banco que le dio un gran apoyo económico.
EL TURISMO DEPORTIVO
Es cierto que quieren terminar con la corrupción en la Conade, pero cuánta gente que se encuentra en el deporte lo utiliza como turismo deportivo. Uno de los casos más sonado fue el hijo del presidente de la Federación Mexicana de Ciclismo, quien quedó registrado como entrenador.
En lucha olímpica las cosas también son muy oscuras, incluso el entrenador portugués David Maia llegó a México hace 22 meses y desde hace siete no cobra su salario. El especialista se hospeda y come en el CNAR, pero su situación ya llegó al embajador de Portugal en México.
@eliasmoreno24