Roger Martínez no escucha a sus críticos. El colombiano pidió jugar y volvió a responder. Anoche en el estadio Azteca rompió con un partido para el olvido, sólo tardó cinco minutos en demostrar que América necesita de sus goles, y de su revancha deportiva, para ser uno de los candidatos del Guard1anes 2021.
Las Águilas, sin mucho brillo, vencieron a Puebla, siguen perfectos en casa y volaron al liderato. 1-0 final.
El cuadro americanista lució reforzado. Guillermo Ochoa superó el Covid-19 y volvió a la portería. Además, Pedro Aquino superó su lesión y Álvaro Fidalgo, el refuerzo español, esperó su oportunidad en el banquillo.
Con ese ánimo quisieron hacer pesar su localía, pero Puebla sorprendió con una propuesta interesante y le complicó el juego a las Águilas. El conjunto local no propuso, fue menos agresivo a sus anteriores presentaciones y optó por esperar al rival en su campo. O tal vez fue el sistema del técnico Nicolás Larcamon el que le puso un alto a la estrategia de Santiago Solari. Lo que es un hecho es hubo bula producción ofensiva de los capitalinos.
La Franja fue la que estuvo más cerca de abrir el marcador, pero perdonó de forma increíble. La defensa milloneta se desconcentró, un despeje largo de Antony Silva llegó hasta Maximiliano Araujo. El uruguayo se quitó la marca de Sebastián Cáceres y remató a placer. Allí, de forma milagrosa, apareció la figura de Memo Ochoa. El cancerbero demostró que ni el coronavirus pudo quitarle sus buenos reflejos.
En el Coloso de Santa Úrsula no hubo silbidos ni gritos sólo porque en la capital sigue prohibido su ingreso a los recintos deportivos. Si bien América se dio cuenta que podía jugarle a su rival y poco a poco encontró los espacios que dejaban los poblanos, le faltó un hombre distinto, que intentara salirse del guión establecido, simplemente no lo tuvo en el empastado. Sebastián Córdova y Mauro Lainez pasaron desapercibidos y no se atrevieron a hacer algo diferente. Eso le complicó al hombre centenario azulcrema. Henry Martín lució muy solo, nadie lo acompañó en el ataque, no tuvo cómplices y pasó la mayor parte saliendo de su zona para encontrar balones a modo.
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El partido fue trabado, no hubo creación, mucho menos alguna claridad. Ningún esquema pudo ser descifrado del todo y ofreció un duelo opaco, sin emociones.
Fue hasta el último suspiro del primer tiempo cuando Lainez regateó, demostró su habilidad y fue derribado. A balón parado fue como estuvieron más cerca. Emanuel Aguilera cobró de forma magistral un tiro libre y cuando ya se disponía a festejar, Antony Silva recorrió y voló como auténtica águila para salvar sus redes. El rebote le quedó a modo a Santiago Naveda, el guardameta se quedó tirado, pero el canterano la mandó por un costado.
En el complemento Puebla fue ordenado, en todo momento se sintió cómodo con el punto como visitante. Los de la Angelópolis, no ofendieron, optaron por defendieron bien, pero todo le salió al revés.
Roger Martínez ingresó y sólo tardó cinco minutos en encontrar la forma de abrir el candado defensivo que plantaron los camoteros. El colombiano recibió un pase con ventaja de Córdova y definió por debajo de las piernas de Silva.
No hubo más. Puebla ya no pudo y América logró su tercer triunfo consecutivo de local, que ya los tiene en el liderato del torneo.
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