En su segunda edición, el circuito Cerro Abajo de Red Bull 2024 en Guanajuato destaca por sus prolongados y angostos callejones, sus extensas escalinatas con postes y marquesinas como obstáculos, así como una serie de rampas que proyectaron a los raiders a más de 8 metros de altura.
El recorrido inició en una de las partes más altas de la ciudad colonial, el cerro de La Velada, un lugar a más de dos mil metros de altura sobre el nivel del mar que marcó el inicio de los 1.2 kilómetros del circuito con una larga escalinata de aproximadamente 200 metros de extensión, con varias rampas, una de estas en vertical, que impulsó a los ciclistas hacia un angosto corredor, entre postes y marquesinas como obstáculos previo a la llegada al punto conocido como la Casa de Gary.
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Para accesar a dicha vivienda, misma que fue adaptada para formar parte importante del circuito, los atletas ingresaron a través de un pequeño pasillo que puso a prueba total su equilibrio, pues en esta disciplina el contacto con alguna de las paredes es motivo de una penalización.
Una casa adaptada, parte importante del circuito
Ya dentro de la casa y de una habitación de menos de tres metros de largo, los ciclistas tuvieron que tomar impulsó para librar uno de los “Drops” más complicados de la competencia, al saltar desde un desnivel de poco más de 7 metros de altura hacia una rampa de descenso, que proyectó a los raiders hacia otro sector de extensas y coloridas escalinatas que conectaban con un contenedor de tren, por cuyo interior cruzaron los pilotos.
Ya en este segundo cuarto del circuito los competidores se desplazaron cerca de los 40 kilómetros por hora a través de un largo corredor, con más postes y un par de “Wallride”, esto es, dos rampas encontradas instaladas junto a la pared, por la que los corredores debían de desplazar sus bicicletas y tocar con alguna de sus llantas los ladrillos durante el vuelo.
El circuito continuó en este camino empedrado, con complicadas esquinas, curvas, además de un “Step down”, o sea, un salto en vertical desde una altura de poco más de seis metros, para así avanzar solo por algunos metros sobre la única zona de asfalto del circuito, la cual terminaba con el ingreso a la “Zona técnica”, la sección de la pista con un desafío adicional para los pilotos.
Escalinatas y angostos callejones, dura prueba en el Cerro Abajo de Guanajuato
En esta segunda mitad del circuito los pilotos no pudieron ni siquiera pestañear al descender por poco más de 400 metros entre angostas escalinatas, con banquetas, piedras y marquesinas como obstáculos, además de los constantes quiebres y pequeñas pero peligrosas rampas, cuya caída representaban el mayor riesgo.
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Debido a lo reducido de los callejones fue esta zona la de mayor goce para los amantes del ciclismo, pues el paso de los raiders fue seguido a tan solo centímetros, en medio de una fuerte ovación entre visitantes y lugareños que disfrutaban el espectáculo desde puertas, ventanas y azoteas.
Ya para la recta final, a menos de 200 metros de llegar a la meta instalada en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas, los corredores continuaron su avance sobre la avenida Insurgentes, donde el equipo de Red Bull instaló un "Gap" y un "Roadgap", dos rampas encontradas con 5 y 8 metros de separación, por las cuales los raiders se elevaban hasta por encima de los 8 metros de altura previo a su llegada a la meta.
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