La fiesta se convirtió en tragedia. Pumas lo tenía controlado, un doblete de Juan Ignacio Dinenno lo encaminó al título de la Concachampions, pero los errores defensivos terminaron por costarle caro. Dos penaltis, uno de Saucedo y otro de Velarde, convirtieron la ventaja en paridad, 2-2 final.
Nicolás Lodeiro fue el verdugo norteamericano. Al charrúa le bastaron par de zurdazos para transformar a Seattle de víctima a favorito. Todo se define en Estados Unidos.
Nadie se quiso perder la final. El ambiente fue completamente de fiesta. Ciudad Universitaria vibró como hace mucho no lo hacía. Ni siquiera la lluvia se ausentó. La capital del país recibió las gotas con intensidad mientras el balón comenzó a rodar.
Las dudas en las horas previas quedaron disipadas. Leo López alineó en el centro del campo y Juan Ignacio Dinenno brilló en el ataque.
La afición estaba ávida de una jugada grande. Los primeros dribles de Diogo y Mozo levantaron a la grada. Pumas tomó el balón con la responsabilidad de ser el local. Seattle soportó los primeros minutos. Una chilena de Freire y una palomita de Velarde fueron los primeros avisos auriazules.
La tibia respuesta norteamericana llegó de un viejo conocido. Ruidíaz disparó directo a la defensa felina. Roldán fue otro que probó, aunque su impacto terminó en el tartán.
Rogerio levantó a la gente con su habilidad. El brasileño se escabulló y sacó un disparo que Frei tapó en el fondo.
Pumas era más, pero no lo reflejaba en el marcador. Las llegadas de Diogo por fin dieron resultado. De Oliveira le bajó el balón a Dinenno y el delantero cayó entre los dos centrales.
El Olímpico reclamó con todo, mientras el juez salvadoreño señalaba el punto penalti.
La grada lo celebró como si el gol hubiese entrado. Fue el Comandante el que tomó la pelota. La lluvia apretó mientras los aficionados prendían su celular para ver la ventaja auriazul. Dinenno disparó... Frei tapó. Nadie lo podía creer, Leo López se aferró al esférico y se dirigió al córner cuando Barton se tomó la oreja. El VAR se pintó auriazul y ordenó repetir la pena máxima. El argentino volvió a pedir la redonda. Su mirada fue distinta a la primera vez, la convicción lo hizo soltar el zarpazo. ¡Gol de Pumas!
El Pedregal se cimbró, mientras el Comandante hacía su característica seña a la grada.
El descanso se asomó en el horizonte cuando la rodilla de Mozo se dobló de fea forma. Alan gritó con todo, el dolor fue notorio y Lillini no lo pensó. Rivas fue al campo mientras el silbante detuvo el choque.
La vuelta al campo fue sin lluvia. Pumas presionó desde el arranque y todo le funcionó. Rivas mandó el centro al área. Arreaga y Gómez se perdieron, mientras Dinenno entraba entre ambos con un testarazo que movió la red. ¡Gol de Dinenno!
La euforia fue total. Ciudad Universitaria respaldaba a los suyos mientras Talavera le robaba el descuento a Ruidíaz a bocajarro.
Nada podía salir mal en tierras universitarias. Lillini entregó el balón con el contragolpe como estilo de juego
El técnico auriazul movió sus bandas. Saucedo y Corozo entraron por los exhaustos Rogerio y Diogo. La primera acción de Saucedo fue una barrida en el área donde tocó el balón con la mano. ¡Penalti para el Sounders!
Lodeiro soportó el embate de la gente y la pausa por la revisión del videoarbitraje. Con su zurda exquisita, el charrúa descontó para los norteamericanos.
Con el 2-1, pareció que ambos se conformaron. Pumas puso peligro con los latigazos de Corozo, mientras el Sounders buscaba terminarse el tiempo. Incluso, Schmetzer metió a Rowe para integrar una línea de cinco que ya no se abrió.
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Los últimos minutos se jugaban cuando Barton volvió a ir al VAR. La celebración felina se terminó en unos instantes. Lodeiro igualó todo desde los 11 pasos luego de una falta de Velarde.
No hubo más en CU, Pumas tuvo la gloria y lo dejó ir, tendrá que ganar en Seattle si quiere ser el mejor equipo de Concacaf.
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