CHICAGO.- El Tricolor vuelve a ser de 14 quilates. México sufrió, tuvo encima a los estadounidenses, pero Ochoa salvó en el momento más oportuno.
Tras varios minutos tensos y flojos, vino la reacción azteca, el cuadro verde se quitó de encima a sus vecinos del norte y vino el magistral tanto de Jonathan dos Santos, él, como Gio años atrás, se encargó de dibujar una parábola perfecta que sirvió para darle a los mexicanos un título dorado más.
El gigante despertó, de más a menos, pero se logró bañarse en oro. Gerardo Martino, tras quedarse a la orilla de la gloria en tres ocasiones, le tocó ganar. El “Tata” levantó su primer título internacional. Festejo total.
MUY TRABADO EL PARTIDO
Veintidós soldados en el campo de batalla, México y Estados Unidos ofrecieron un juego ágil, agresivo.
El Tricolor, tras un torneo sin rivales que les levantaran la mano, encontró a uno que sí lo hizo.
El cuadro norteamericano probó de inmediato a Ochoa, Pulisic, pequeño y hábil, se escabulló en el área, tiró, pero Memo le puso el pecho al balón. La estrella estadounidense perdonó.
México se vio desconcertado, sin brújula, Jozy Altidore, en la siguiente jugada ofensiva de los vecinos del norte, estuvo cerca de abrir el marcador. El corpulento atacante superó a Moreno, pero luego cruzó demasiado su tiro.
El equipo verde siguió desarticulado, Pizarro intentó liderar los ataques, pero no tuvo el acompañamiento de otros juegos.
Antuna y Rodríguez, del lado derecho, fueron imprecisos. Luis mandó centros lejos del receptor.
El juego fue de roces, Altidore le dio un golpe a Jonathan dos Santos, la jugada fue dura, se reclamó una tarjeta, mínimo preventiva, pero el juez la negó.
El “Tata”, de regreso en la zona técnica, reclamó la dureza que vio por parte de los contrarios.
El Tricolor tardó en reaccionar, Pizarro, a pase de Guardado, inició la reacción mexicana. El volante de Rayados, acarreó el balón al área norteamericana varias veces.
Los aztecas tomaron fuerzas, Andrés, con un tiro de lejos, fue el siguiente en probar a Zack Steffen.
La batalla comenzó a ser de ida y vuelta, los locales se sintieron agredidos y respondieron de inmediato.
Pulisic, como motor de los ataques norteamericanos, volvió a exigir a Memo. El portero respondió bien.
Los del país de las barras y las estrellas vieron los titubeos del Tricolor y trataron de aprovecharlos.
Paul Arriola, con pasado tijuanense, entró al área mexicana tras un error de la zaga, el atacante tiró cruzado, pero el balón salió. México respiró.
Moreno y Salcedo se notaron imprecisos, no tan bien ubicados como en otros juegos.
México respondió antes de irse al vestidor con un tiro de lejos de Jonathan dos Santos, el disparo del volante del Galaxy pasó cerca.
Antes de una tregua, el panorama casi se nubla para el Tricolor, Pizarro cayó mal, se pensó que iba a salir, pero todo quedó en un susto.
JONATHAN RESUELVE
Al volver al campo el cuadro norteamericano volvió a tomar el balón.
El nerviosismo estuvo de nuevo en el área mexicana, Morris cabeceó tras una mala marcación, el balón iba a la red, pero Guardado, en la línea evitó el tanto de los locales.
Andrés salvó, pero la acción continúo, McKennie remató con violencia, Edson Álvarez le metió parte del brazo, se reclamó penalti, pero el árbitro indicó que no hubo falta.
México estuvo atrás, sólo Guardado con tiros de lejos trató de quitarse a los rivales.
Berhalter quiso impedir la reacción azteca con los ingresos de Cristian Roldán y Gyasi Zardes, dos elementos de ataque.
En ese momento de ajustes estadounidenses, Guardado, Jonathan y Raúl, pisaron el área de los locales, aunque sin éxito.
La batalla se niveló, México supo salir ileso del vendaval norteamericano.
Sin ser el mejor en el terreno, el Tricolor fue efectivo. Jonathan dos Santos pisó sorpresivamente el área, se tuvo fe y de su pie izquierdo salió un potente disparo que fue imposible de detener para Zack Steffen. Jona, igual a Gio años atrás, se encargó de inclinar la balanza a favor de México.
El cuadro local se debilitó, sin embargo, no dejó de crear peligro. Moreno, con la cara, salvó a México. Ochoa, con su elasticidad, también.
Para quemar tiempo, el “Tata” les dio ingreso a Roberto Alvarado y a Diego Reyes.
El reloj no se detuvo, los estadounidenses apretaron, pero el Tricolor despejó todo. Sólo fue cuestión de esperar el final.
Cayó la noche, vino el silbatazo del árbitro y el título para México. El gigante despertó y volvió al lugar que le pertenece.