Para Emerson Fittipaldi, México y Latinoamérica tienen una gran historia en el mundo del automovilismo deportivo, la gran etapa de nuestro país, señala, empezó con los hermanos Rodríguez.
Poco antes de ellos enumeró a los argentinos Juan Manuel Fangio, Florián González y el piloto brasileño Chico Landi.
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"Así comienza la pasión por el automovilismo en América Latina, con Brasil, Argentina y México" sentenció Emerson Fittipaldi en conferencia de prensa organizada por Fausto Costa Presidente Ejecutivo Nestlé y en entrevista para La Prensa.
Además mencionó que su presencia en el país, con motivo del Gran Premio de México, tiene como objetivo también inspirar a los futuros pilotos a alcanzar su mejor nivel, así como, en su momento, el brasileño se coronó campeón mundial de la Fórmula en 2 ocasiones.
También mencionó que Checo Pérez y el argentino Franco Colapinto son dos de los pilotos más importantes del momento debido a que representan a Latinoamérica en la fórmula 1, pues "desde hace más de 4 años no hay un referente brasileño".
Su sueño era pilotar en Fórmula 1
A causa de que el padre de Emmerson Fittipaldi estuvo inmerso en el mundo de la fórmula 1 como comentarista, el dos veces campeón mundial brasileño, comentó que a los 5 años de edad vio pasar el primer auto de Fórmula 1 frente a él, en ese momento también inicio su sueño de ser piloto.
Después lo volvió realidad, tras convertirse en un referente de la fórmula Vee. Pasó de ser el piloto de reserva de Lotus a ser el principal, momento para el que no estaba preparado; sin embargo, el gran equipo de la escudería le dio respaldo para salir adelante.
"Fue un sueño, porque en ese entonces Lotus era como Red Bull. Después del accidente (que le causó la muerte a Jochen Rindt) y se retiró mi compañero de equipo (John Miles) vamos a Canadá y pensaba que se necesitaba de mucha experiencia para ser piloto de Lotus, cuando me avisaron yo dije -no tengo experiencia-, pero fue el trabajo de todo el equipo, respondieron: 'Emerson, no te preocupes, vamos a apoyarte y estar atrás de ti, tenemos confianza'".
Para Fittipaldi fue un desafío ser piloto, tanto su familia como él, estaban preocupados por la tasa de mortalidad en las carreras, "morían alrededor de 3 pilotos por año". Significaba un riesgo, pero "fue mayor mi pasión y el amor al deporte" la motivación de Fittipaldi para seguir adentro de la Fórmula 1.
El brasileño añadió que con el pasar de los años los avances en "el deporte y la ciencia" hicieron del automovilismo una competencia más segura. Ahora todo está monitoreado y medido por todo el equipo de las escuderías.
Tanto es así que una parada en los pits podría durar hasta para "tomarse un café y volver", pero ahora la reducción de tiempo en los talleres se traduce en ganar tiempo para adelantarse en una competencia.
Brasil, lugar favorito de Fittipaldi
El piloto paulista, atribuye su éxito al entendimiento de su máquina de cuatro ruedas, mencionó "El carro es la extensión del cuerpo". Gracias conocimiento del automóvil y el talento desarrollado en las prácticas, además de sensibilidad, son las claves del éxito en su carrera.
Pese a tener un amplio catálogo de circuitos a nivel mundial y Grandes Premios, su competencia favorita siempre fue en su "casa" amazónica, donde nació su pasión por el automovilismo.
Cada vez que competía en Interlagos, el ambiente vibrante y la energía de sus amigos le generaban una emoción especial, al punto de entrar a la pista "babeando" por la oportunidad de correr en su país. Fittipaldi siempre daba el "110 por ciento", utilizando el apoyo de sus amigos y patrocinadores, así como la presión a su favor, lo que le permitió conquistar dos competiciones memorables.
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McLaren y la juventud
Durante su carrera en el automovilismo, Fittipaldi fue un referente de McLaren y actualmente mantiene una relación con ellos y en su visita a los pits con Zak Brown CEO de la escudería, llegó a la conclusión de que con Lando Norris y Oscar Piastri viven su mejor etapa.
Aunque no se olvida de Patricio O'ward, joven talento mexicano de McLaren, quien con "una personalidad bohemia y carismática", ha dejado una huella imborrable en la historia del automovilismo, habiendo casi ganado las 500 Millas de Indianápolis en dos ocasiones.
También describió a O’Ward como un piloto que ha impresionado desde su paso por IndyCar e incluso por sus hazañas en este gremio lo bautizaron como "el Pato volador".
Fittipaldi aún sigue cerca del volante, aunque alguna vez fue campeón del mundo, no olvida su labor como padre y cuando alguno de sus hijos le pide apoyo para ir a alguna competencia no duda en tomar su automóvil y apoyarlo en su carrera en Europa.
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