Todo aquel que menospreció a los Lions por ser el elegido para inaugurar la temporada ante el campeón, deberá ofrecer una disculpa. Detroit cumplió con el rol que le correspondía, y del atrevimiento pasó a la osadía que supone derrotar al favorito en su casa, cuando todo estaba en contra. El equipo de Dan Campbell sorprendió a los Chiefs al imponerse 21-20 en el Arrowhead, en un kickoff que cumplió con su dosis de drama.
Se dice que un equipo refleja la personalidad de su coach. Dan Campbell suele observar los partidos con el rostro de quien está a punto de hacer una locura. Fue precisamente una decisión fuera de la realidad lo que despertó a Detroit del letargo de los primeros minutos y tras jugarse con éxito una cuarta oportunidad dentro de su propia yarda 20, fue como si hubiera desatado a los leones.
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Comandados por Jared Goff en el rol que mejor le queda, el de administrador, Detroit le dio vuelo a su ofensiva y el acto corroboró los rumores que lo ponían como un equipo explosivo. Ya sea por tierra, con Montgomery y el novato Gibbs, o por aire, con St Brown, principalmente, el equipo visitante montó una ofensiva de 14 jugadas y 91 que terminó en la zona de anotación tras pase de 9 yardas a St Brown.
Sin el ritmo acostumbrado y ante la ausencia de Travis Kelce, a los Chiefs les costó mostrarse dominantes, pero eso no impidió que estuvieran a la altura en la cuestión de los puntos. Gran parte de esa cuota corresponde a Mahomes y ese estilo en el que corre y lanza como si se tratara de una práctica. Los Chiefs llegaron a zona roja y empataron el partido con un pase de una yarda a Rashee Rice.
Detroit respondió a la afrenta con la misma fórmula que en su primer touchdown, pero el desenlace fue distinto y un fumble en zona roja mermó la cosecha de puntos. Con ese toque letal que tienen los equipos campeones, los Chiefs cobraron caro el robo del ovoide y a segundos de terminar la primera mitad Mahomes encontró a Blake Bell para ponerse en ventaja.
Aunque por momentos del partido dio la impresión que eran las ofensivas las que dominarían las acciones, no fue un partido fácil para ninguno de los equipos. Tal vez fríos por la larga sequía, los errores y los despejes fueron la constante en la segunda mitad. El marcador se empató tras un error de Kadarius Toney, que dejó caer un pase y el ovoide, en su mala suerte, terminó en las manos de Brian Branch, quien lo devolvió a las diagonales.
Los Chiefs buscaron sacar la magia acostumbrada, pero les faltó poder. Dos goles de campo de Butler fueron insuficientes para evitar un susto final, el cual llegó tras un acarreo de Montgomery a la zona prometida. Kansas City intentó a la desesperada en su última serie salvar la corona de la abolladura, pero no hubo cómo, Detroit ya tenía el partido en sus manos.
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