Miami Gardens.- Patrick Mahomes está tocado por la varita mágica de los elegidos.
En la NFL hay una regla casi infalible que indica que los buenos ataques ganan partidos y las defensivas campeonatos, pues el #15 de los Jefes se encargó de tirarla por la borda y romper con los cánones justo en la temporada del «centenario».
Con una espectacular reacción en los últimos nueve minutos, Kansas City remontó una desventaja de diez puntos y terminó imponiéndose 31-20 a unos 49ers de San Francisco que se quedaron sin respuestas ante el show que montó el MVP del 2018.
La edición LIV del Super Bowl sirvió para ratificarlo como la gran figura de la NFL, empezando a escribir su nombre con letras de oro en la historia del «gran juego». Los Chiefs conquistaron el segundo título de su historia ante más de 60 mil almas que transformaron el Hard Rock Stadium en una sucursal del Arrowhead.
EL JUEGO
Ambos equipos tenían muy claro el camino a seguir. Dos semanas de estudio fueron aprovechadas sobre todo por las defensivas que se concentraron en quitarle el punto fuerte a su rival.
La secundaria de los 49ers le prohibió el pase profundo a un Mahomes que únicamente encontró espacios en la zona corta. Así se presentó la última serie del primer cuarto que acabó en la zona prometida de la mano de un acarreo de una yarda cortesía del propio pasador.
Ya abajo en el marcador, un escenario desconocido para San Francisco en la presente postemporada, Kyle Shanahan empezó a forzar el brazo derecho de Jimmy Garoppolo utilizando jugadas de finta y pase, aún después de su intercepción. Primero encontró a Kyle Juszczyk en la zona media para igualar la contienda y posteriormente a un Raheem Mostert en el complemento para empezar a sacar diferencia (20-10).
Lo que en San Francisco era felicidad, en Kansas City pasó a frustración tras ver a su MVP asfixiado por los frontales californianos que no sólo lo orillaron a lanzar una intercepción, también a salir de la bolsa de protección en busca de respuestas.
Pero Mahomes no necesita más de un cuarto para acabar con sus rivales. Ya lo demostró en los playoffs dentro de la AFC y lo ratificó en Miami. Guió tres series ofensivas hasta la zona prometida en menos de nueve minutos. El show del #15 fue inmejorabale, lanzando tres bombazos para quemar a la mejor defensiva secundaria del año.
El futuro de la NFL pasa por el brazo derecho del jugador de tercer año. Ganó el primero de los muchos que le esperan.
JLP