Los Juegos Olímpicos de México 1968, además de ser recordados como los primeros en un país Latinoamericano, son también reconocidos como uno de los mejores de todos los tiempos. La era de revolución que atravesaba la humanidad gracias a movimientos sociales en todo el mundo, generó amplia expectativa de poder ver en nuestro país, una de las justas más recordadas y vaya que el pronóstico se cumplió.
Luego de haber elegidos como sede en 1963, el reconocido arquitecto Pedro Ramírez Vázquez fue el elegido para dar diseño de la celebración y con una idea totalmente innovadora, supo combinar Op art con arte huichol para los elementos tanto gráficos como estéticos, dejando una huella casi imborrable en el diseño.
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Para Ramírez Vázquez, la identidad gráfica debía ser el diferenciador de México 1968 respecto a los anteriores y posteriores Juegos Olímpicos, por lo que con influencias incluso del movimiento psicodélico de finales de los 60, lograron algo impensado y que hoy en día, es objetivo de coleccionistas que pagan miles de pesos por piezas de aquellos años.
Además del reconocido arquitecto, también tuvo una clara participación del artista Lance Wyman y Eduardo Terrazas, quien acompañado de un grupo de antropólogos, artistas y hasta comunidades indígenas, lograron plasmar un arte que hoy es reconocible a primera vista.
Desde el logo oficial de México 1968, los adornos que toda la CDMX tuvo y hasta los uniformes de voluntarios de los mismos Juegos Olímpicos, se convirtieron en artículos que hasta la fecha, retratan uno de los acontecimientos más importantes que nuestro país ha vivido en su historia moderna, dejando para siempre plasmada una historia que hoy ya muy pocos recuerdan, pero que las fotos, videos y relatos, nos permiten revivir lo que para muchos, han sido los mejores en la historia moderna.
Pedro Ramírez Vázquez, el arquitecto que cambió el deporte en México
Además de haber sido el encargado del diseño de los JJOO de México 1968, Pedro Ramírez Vázquez también fue el encargado de construir recintos deportivos como el Palacio de los Deportes, la Villa Olímpica y el Velódromo, además, del Estadio Azteca, uno de los inmuebles con más historia en el futbol a nivel mundial.
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