Los Tampa Bay Buccaneers habían superado las expectativas en este inicio de temporada, olvidándose muy pronto del efecto Tom Brady. Dos victorias en la cuenta, pero fue le vigente campeón de la Conferencia Nacional quien los puso en su realidad en la primera tanda del ‘Monday Night’ de la Semana 3.
Incluso en condición de visitante, los Filadelfia Eagles se impusieron cómodamente 25-11, para mantenerse apenas como uno de los tres invictos que quedan en la temporada 2023 de la NFL.
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Tras un inicio lento, donde apenas anotaron un gol de campo por equipo durante 20 minutos, sobre el final del primer cuarto la visita empezó a adueñarse de las acciones. La defensiva se encargó de un dubitativo Baker Mayfield, quien no encontró la manera de mover las cadenas de forma consistente. El ataque de Tampa Bay tampoco fue productivo por la vía terrestre.
En cambio, los Eagles entraron en ritmo de la mano de Jalen Hurts. El pasador estrella comandó a que su equipo consiguiera 22 puntos sin respuesta, incluido un touchdown terrestre del propio #1 para que lograran sacar una diferencia considerable (25-3) al inicio del último episodio.
Jalen Hurts corrió para el touchdown número 29 de su carrera, con lo que dejó atrás el récord que estaba en poder de Cam Newton al ser el quarterback que más anotaciones contabilizó en sus primeros 50 juegos en la NFL.
Tampa Bay todavía intentó reaccionar sobre el final, con un TD de Mike Evans. El receptor abierto de los Bucs hizo vibrar el Raymond James Stadium, pero ya fue demasiado tarde. Filadelfia ni siquiera le prestó el ovoide de nueva cuenta al representativo de la NFC Sur. Esa anotación de Evans fue la número 84 de su carrera, con lo que aumentó el récord histórico de la franquicia, además de llegar a 700 recepciones.
En total hubo cuatro entregas de balón, dos por bando, y tres de ellas se registraron en cuestión de cinco minutos durante el segundo episodio.
Bengals por fin se llevó la victoria con un Joe Burrow brillante
No fue en un juego por el Vince Lombardi, pero algo vale. Los Bengals vencieron 19-16 a los Rams, su verdugo del Super Bowl LVI, para sacarse una ligera espina y de paso conseguir su primera victoria de la temporada. Aunque Joe Burrow se vio algo impreciso, el equipo de Cincinnati dio muestras de su talento, mientras que el de Los Ángeles dio un franco retroceso respecto a lo mostrado en las dos primeras semanas.
No fue el duelo ofensivo que se esperaba, en parte porque Joe Burrow sigue sin estar bien físicamente y en parte, también, porque Matthew Stafford salió en una de esas noches en las que suele cambiar los touchdowns por las intercepciones.
Con las anotaciones reservadas, los protagonistas del Super Bowl LVI dieron paso a un duelo de pateadores. Por grandes lapsos del partido, Evan McPherson y Brett Maher fueron los encargados de poner los puntos en la pizarra. Una seguidilla de acierto y error, gol de campo tras gol de campo, en una batalla sumamente pareja que mandó el marcador empatado 6-6 al descanso.
No fue una noche fácil para Matthew Stafford. El mariscal de campo fue capturado en seis ocasiones y la presión provocó dos intercepciones justo cuando se acercaba a la zona roja. A los Rams les costó mover las cadenas y sobre todo tener éxito en tercera oportunidad, con una estadística insalvable de 1 de 11. Del otro lado, los Bengals se vieron lentos al ataque, con un Joe Burrow que no logra encontrar su mejor versión física. Aún así, el quarterback logró soltar un poco más el brazo y revivió la conexión que tiene con Ja’Marr Chase, quien sumó un total de 141 yardas. El juego terrestre, comandado por Joe Mixon, también funcionó, con un acumulado de 65 yardas.
Fue Cincinnati el primero en encontrar la zona prometida entrado el tercer cuarto, en una serie sostenida que tuvo como culminación un acarreo de 14 yardas por parte de Mixon. Después de eso volvió la anemia y Evan McPherson volvió a hacer su aparición triunfal para poner los puntos que la ofensiva no pudo. El pateador concretó cuatro de cinco intentos; es decir 12 puntos que marcaron la diferencia.
En las últimas series, los Rams intentaron sin éxito mover las cadenas, pero no hubo forma. Stafford se vio constantemente presionado y sus hombres fuertes como Puca Nakua y Tutu Adwell desaparecieron en el ataque, sólo fue al final, cuando ya no había tiempo, que el quarterback logró encontrar a Atwell en las diagonales, solo para hacer más decoroso el marcador.
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