Kansas City de Andy Reid y Filadelfia de Nick Sirianni protagonizarán este domingo el Super Bowl LVII en el State Farm Stadium, en Arizona. Del lado de la Conferencia Americana llegan los Jefes de vencer en un dramático duelo a los Bengalíes de Cincinnati; mientras que en la Nacional las Águilas dominaron con facilidad a los 49´s de San Francisco.
El primer dato a destacar rumbo a este partido es que los dos equipos que disputarán el trofeo “Vince Lombardi” terminaron la temporada regular como líderes de su respectiva conferencia.
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En las casas de apuestas, las Águilas arrancan con una ligera ventaja sobre Jefes y será un Super Bowl inédito, pues estos dos equipos solo se han enfrentado en temporada regular y los números le favorecen a Kansas City 5-4, además de que será el primero en el que se enfrenten dos hermanos con Travis y Jason Kelce, de acuerdo con la data de la NFL.
Su último enfrentamiento fue el tres de octubre del 2021 y la victoria fue para Kansas City 42-30, con cinco pases de anotación de Patrick Mahomes y solamente dos para Jalen Hurts, quien se encontraba en su segundo año en la NFL.
La experiencia de Mahomes sobre la mesa
Si los Jefes de Kansas City llegaron hasta esta instancia, en buena parte es gracias al desempeño de su mariscal de campo Patrick Mahomes, quien se encuentra en su sexto año en la NFL y está por jugar su tercer Super Bowl, además de que ya cuenta con un anillo y una derrota, por lo que la experiencia en estas instancias es fundamental.
A pesar de la lesión que sufrió en el tobillo en el duelo contra los Jaguares de Jacksonville, los Jefes salieron con la victoria 27-20. La siguiente semana Kansas City tuvo la revancha contra los Bengalíes de Joe Burrow en la final de conferencia, la misma que la temporada pasada, pero en esta ocasión con todo y el esguince de Mahomes, lograron derrotar 23-20 a su rival.
"Simplemente traté de hacer todo lo posible para ganar y, obviamente, hubo momentos en los que podías ver que no me dejaba hacer lo que quería", dijo Mahomes sobre su tobillo lesionado en sus declaraciones tras la victoria.
Ya lleva una semana de recuperación y se espera que para el próximo domingo, si bien no esté al 100 por ciento su tobillo, sí estará en mejor condición que el duelo por el título de la conferencia americana; será tarea de su línea ofensiva mantenerlo seguro, darle el tiempo y la tranquilidad para que el quarterback de 27 años realice el juego que nos tiene acostumbrado.
Además de la experiencia de Mahomes, grandes nombres respaldan a Kansas City dentro del emparrillado, como Travis Kelce, Mecole Hardman, Marquez Valdes-Scantling y Frank Clark y Chris Jones en la defensa, sin dejar fuera al entrenador en jefe Andy Reid, quien ya ganó un Super Bowl con los Jefes.
Filadelfia dominó toda la Conferencia Nacional
Con un récord de 14 juegos ganados y solo tres perdidos Filadelfia terminó la temporada regular con líder de la Conferencia Nacional y en segundo lugar de toda la liga, solo después de los Jefes de Kansas City.
Las Águilas no fueron tan exigidas, como su próximo rival, en postemporada, tras descansar la semana de comodines vencieron con un amplio dominio 38-7 a los Gigantes de Nueva York y en el duelo por el título de la Nacional derrotaron igual con categoría 31-7 a San Francisco, en buena parte por la temprana lesión de Brock Purdy, mariscal de campo de los 49´s.
Apenas en su tercer año en la NFL, Jalen Hurts ha tomado las riendas de las Águilas y parece más arraigado que nunca, con un respaldo de la afición que no se ve en todos los equipos de la liga.
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El mariscal de campo de tan solo 24 años pinta para ser el jugador más valioso (MVP) de la temporada, con una ligera ventaja sobre Patrick Mahomes.
Hurts lideró un ataque que promedió 20.8 puntos por juego durante la temporada regular, además de 381 yardas por partido, el mejor de su conferencia, y un total de 59 anotaciones.
En postemporada se mantienen a la cabeza de listas importantes como el mejor equipo defensivo con un promedio de solo 195.5 yardas recibidas y ocho capturas al mariscal de campo; mientras que en ataque, un promedio de 208 yardas por juego con un total de siete anotaciones por tierra.
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