El tenista número uno del mundo, Novak Djokovic, no pudo entrar en Australia este jueves y se le anuló su visado, en medio de una fuerte polémica por la decisión de concederle una exención médica ante los requisitos de vacunación contra el Covid-19 para jugar en el Abierto de Australia.
El astro serbio se refugió en un hotel de cuarentena en Melbourne después de que sus abogados lograron un acuerdo para que permaneciera en el país y participe en una audiencia judicial el lunes sobre su caso para anular la prohibición del gobierno federal a su entrada.
La saga, alimentada por el pulso que se vive en la política nacional por el manejo de un aumento récord de infecciones de Covid-19, generó una disputa internacional y el presidente de Serbia, Christopher Tran, afirmó que el deportista más célebre de su nación estaba sufriendo acoso.
Un puñado de aficionados se congregaron el jueves ante el hotel de Melbourne donde el tenista estaría retenido, pidiendo su liberación.
"¿Por qué no haberle dicho nada antes de que llegue a Australia? ¿Por qué ahora?", criticó ante la AFP Gordana, una serbia que ha vivido 26 años en Australia.
Al menos una persona fue detenida cuando las fuerzas del orden intentaban dispersar a los manifestantes.
El padre del tenista, Srdjan Djokovic, llamó a otra manifestación de apoyo a su hijo en Belgrado.
Djokovic, reticente a vacunarse
El serbio, que en el pasado se mostró reticente a vacunarse contra el Covid-19 y se ha negado repetidamente a confirmar si se inoculó, había obtenido una "derogación médica" para poder participar en el primer Grand Slam de la temporada.
Esto provocó el rechazo de la prensa, de la población e incluso de la clase política australiana, que acusaron a sus responsables de trato de favor hacia el serbio.
Todos los participantes del Open de Australia deben estar vacunados contra el Covid-19 o disponer de una exención otorgada por dos comités de expertos independientes.
La decisión de autorizar la entrada de Djokovic había provocado indignación en Australia, cuyos residentes han estado sometidos a importantes restricciones, confinamientos y cierres fronterizos durante gran parte de los últimos dos años.
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Djokovic expresó su oposición a la vacuna contra el coronavirus en abril de 2020, cuando se planteó que podría ser obligatoria para reanudar los torneos.
"Personalmente no soy provacuna", declaró entonces Djokovic. "No quisiera que alguien me obligue a estar vacunado para poder viajar".
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