En la región de Istmo de Tehuantepec, en el estado de Oaxaca, al sur de México, hay tres géneros: hombres, mujeres y muxes. Esta tercera clasificación ha sido reconocida y celebrada desde la época prehispánica, y es imposible imaginar esta comunidad sin las aportaciones culturales, económicas y sociales de los muxhes.
Roberto Jiménez es uno de ellos, comenta para LA PRENSA EN LINEA que para él es un orgullo pertenecer a la historia de su pueblo, actualmente vive en la Ciudad de Oaxaca con su pareja Luis Javier Lo, ambos han creado un equipo maravilloso en el que llevan por el mundo las costumbres de esta tierra donde la mayoría de la gente habla el idioma indígena zapoteco.
Ellos se denominan "el tercer sexo", Roberto decidió cambiar su nombre a Anastacia y deja por temporadas el masculino que le puso su familia al nacer, cree en Dios y en Santa Prisca, él forma parte de una vela de su poblado, el año pasado tuvo oportunidad de participar en la marcha del orgullo gay en la cdmx, asegura que fue una experiencia enriquecedora y lamenta no poder celebrar este año el orgullo gay como en otros, esto, debido a la pandemia por Covid 19.
"Muxe" es un término zapoteco y no se puede entender la existencia de esta comunidad sin conversar con un auténtico muxe ya que el concepto solo existe en el Istmo y solo un habitante del sitio podría explicar que es lo que orilla a una persona a trabajar por ser un miembro de esta comunidad.
Roberto nos comenta que la leyenda cuenta que Vicente Ferrer, el santo patrón de Juchitán, llevaba tres bolsas: una con semillas femeninas, una con semillas masculinas y otra donde las dos estaban mezcladas. De acuerdo con esta historia, la tercera bolsa se filtró en Juchitán, y esa es la razón por la que hay tantos muxes en esa demarcación.
Los muxes juegan un papel importante en la comunidad como es el caso de Roberto quien se dedica al bordado y desde niño fue guiado por su madre, abuela y tías para labores artesanales como la exquisita cocina oaxaqueña.
Roberto es parte de una comunidad que no solo lucha por existir sino que además trabaja y da muestra de cultura y civismo a nivel mundial, pues además ha participado en obras teatrales y ha sido reconocido por su belleza y tradición dentro de la comunidad a la cual pertenece.
(EGS)