/ sábado 23 de abril de 2022

Recuerdan la vida y obra de Carlos Fuentes en Fiesta del Libro

Así se recordó ayer al autor de Aura (1962) en la Fiesta del Libro y la Rosa, en el Centro Cultural Universitario

Carlos Fuentes (Panamá 1928-Ciudad de México, 2012) fue un tumulto literario, un fenómeno de la novela mexicana y un enamorado de la narrativa. Un hombre de generosidad extraordinaria, disciplina férrea y convencido desde la infancia que su oficio sería el de escritor, aunque alguna vez dijo a su esposa Silvia Lemus, que le hubiera gustado ser actor de cine, “un personaje de los malos”.

Así se recordó ayer al autor de Aura (1962) en la Fiesta del Libro y la Rosa, en el Centro Cultural Universitario, a propósito de los diez años de su muerte que se conmemora el 15 de mayo. En el acto de memoria participaron la escritora argentina Luisa Valenzuela, el novelista mexicano Hernán Lara Zavala y Silvia Lemus, quien bromeó al decir que escribirá un libro con todas las anécdotas sobre su esposo.

“Fuentes fue un hombre dedicado a la literatura, fue su amante verdadera; yo creo que tuvo muchas, pero ésta era la de verdad, estaba enamorado de ella. Un día antes de su muerte, subió a su oficina a escribir la novela Federico en su balcón y dejó en la paredes un esquema con las fechas, personajes y el título de su última novela, que entonces era El baile del centenario, fue lo último que hizo”, recordó Lemus.

La también periodista atribuyó la genialidad de Fuentes, además de su inteligencia innata, a su educación nómada durante la infancia que lo llevó a vivir y conocer diferentes países desde su natal Panamá hasta Ecuador, Uruguay, Brasil, Chile o Estados Unidos. Precisamente, a los dos años de edad llegó a Brasil donde su padre hizo amistad con Alfonso Reyes, y en el archivo familiar se guarda una fotografía de Reyes con Fuentes.

“Desde niño, por esos cambios constantes de ciudades, fue un niño globalizado, y esos cambios de países lo formaron de manera extraordinaria, la geografía que él iba recorriendo con sus padres le dio una personalidad extraordinaria, tan carismático, tan elegante y fascinante. Confieso que me fascinaba”, señaló su viuda.

Para Hernán Lara Zavala, también editor y ensayista, Fuentes fue un fenómeno en la literatura mexicana por atravesar toda la tradición de la novela, desde Mariano Azuela y Juan Rulfo, hasta construir un estilo propio, una voz inigualable para crear universos paralelos muy asentados en la realidad que observaba.

➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo

“En una entrevista con Elena Poniatowska, donde parece que él hace el pacto con el diablo para ser escritor, ella le pregunta ‘¿tú qué quieres ser?’, y él responde ‘todo, quiero ser escritor, ser el más galán y pasar mi mano por la cintura de muchas mujeres, y sobre todo escribir’. Lo logró de una manera extraordinaria”, apuntó Lara Zavala.

En ello coincidió Luisa Valenzuela al revivir el momento en que compartió con el autor de La región más transparente una conferencia en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. “Ahí dijo que no hay vida sin novela ni novela sin vida, y eso significa que todo en la vida es un relato”, señaló.


Carlos Fuentes (Panamá 1928-Ciudad de México, 2012) fue un tumulto literario, un fenómeno de la novela mexicana y un enamorado de la narrativa. Un hombre de generosidad extraordinaria, disciplina férrea y convencido desde la infancia que su oficio sería el de escritor, aunque alguna vez dijo a su esposa Silvia Lemus, que le hubiera gustado ser actor de cine, “un personaje de los malos”.

Así se recordó ayer al autor de Aura (1962) en la Fiesta del Libro y la Rosa, en el Centro Cultural Universitario, a propósito de los diez años de su muerte que se conmemora el 15 de mayo. En el acto de memoria participaron la escritora argentina Luisa Valenzuela, el novelista mexicano Hernán Lara Zavala y Silvia Lemus, quien bromeó al decir que escribirá un libro con todas las anécdotas sobre su esposo.

“Fuentes fue un hombre dedicado a la literatura, fue su amante verdadera; yo creo que tuvo muchas, pero ésta era la de verdad, estaba enamorado de ella. Un día antes de su muerte, subió a su oficina a escribir la novela Federico en su balcón y dejó en la paredes un esquema con las fechas, personajes y el título de su última novela, que entonces era El baile del centenario, fue lo último que hizo”, recordó Lemus.

La también periodista atribuyó la genialidad de Fuentes, además de su inteligencia innata, a su educación nómada durante la infancia que lo llevó a vivir y conocer diferentes países desde su natal Panamá hasta Ecuador, Uruguay, Brasil, Chile o Estados Unidos. Precisamente, a los dos años de edad llegó a Brasil donde su padre hizo amistad con Alfonso Reyes, y en el archivo familiar se guarda una fotografía de Reyes con Fuentes.

“Desde niño, por esos cambios constantes de ciudades, fue un niño globalizado, y esos cambios de países lo formaron de manera extraordinaria, la geografía que él iba recorriendo con sus padres le dio una personalidad extraordinaria, tan carismático, tan elegante y fascinante. Confieso que me fascinaba”, señaló su viuda.

Para Hernán Lara Zavala, también editor y ensayista, Fuentes fue un fenómeno en la literatura mexicana por atravesar toda la tradición de la novela, desde Mariano Azuela y Juan Rulfo, hasta construir un estilo propio, una voz inigualable para crear universos paralelos muy asentados en la realidad que observaba.

➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo

“En una entrevista con Elena Poniatowska, donde parece que él hace el pacto con el diablo para ser escritor, ella le pregunta ‘¿tú qué quieres ser?’, y él responde ‘todo, quiero ser escritor, ser el más galán y pasar mi mano por la cintura de muchas mujeres, y sobre todo escribir’. Lo logró de una manera extraordinaria”, apuntó Lara Zavala.

En ello coincidió Luisa Valenzuela al revivir el momento en que compartió con el autor de La región más transparente una conferencia en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. “Ahí dijo que no hay vida sin novela ni novela sin vida, y eso significa que todo en la vida es un relato”, señaló.


Policiaca

Motosicarios matan a un pasajero de taxi en la Venustiano Carranza

Por estos hechos, el conductor del automóvil tipo taxi, fue presentado ante la autoridad ministerial para rendir su declaración; los agresores se fugaron