/ jueves 6 de octubre de 2022

Annie Ernaux, la Nobel de Literatura que refleja en sus obras la lucha del feminismo

La escritura para la autora francesa está vinculada a la independencia total, donde refleja su feminismo comprometido

Para Annie Ernaux, galardonada este jueves con el Premio Nobel de Literatura, escribir es el acto político más importante y por eso ha tratado de reflejar en sus obras su lucha a favor del feminismo convencida de que sigue existiendo una carga mental sobre lo que ha sido el papel de la mujer tradicionalmente.

"Los hijos, la casa, la familia..., las mujeres aún llevamos en la cabeza un ordenador doméstico" mientras que son los hombres los que "llevan las riendas, el poder económico, lo que es la marcha del mundo", un reparto de papeles que es asumido en el mundo occidental", señaló Ernaux.

Lee también: Wole Soyinka: la literatura es el escape cuando la realidad se vuelve insostenible

Considerada una de las principales voces de la literatura francesa, la Academia Sueca destaca la creencia de Ernaux en la literatura como una "fuerza liberadora escrita en un lenguaje sencillo".

Aunque las letras francesas son las consentidas por los Premios Nobel de Literatura, ninguna mujer de esa nacionalidad lo había recibido. Annie Ernaux rompió la sequía.

“Quiero pensar que la Academia Sueca trata de enmendar la ausencia de tantas mujeres a lo largo de las premiaciones, porque sigue siendo enorme la diferencia entre hombres y mujeres que han ganado el premio. Además, es un reconocimiento a temas, como el aborto, que han estado ahí durante cientos de años y de los que poco se ha hablado, porque hay una problemática con el mundo femenino”, observa en entrevista Carmina Rufrancos, directora literaria de Grupo Planeta México, la editorial que publica en español los libros de Ernaux.

Los Premios Nobel no sólo premian la literatura. Cada entrega va embadurnada de matices políticos y sociales. Otorgar el galardón a una activista feminista de izquierdas en momentos en que la ultraderecha avanza a pasos agigantados en Europa es un mensaje claro de la Academia Sueca.

“Su premio es un saludo a una literatura que se opone al estado actual de las cosas y que, claramente, busca llamar la atención hacia una literatura que tiene una nueva forma de compromiso social. Ella misma se ha descrito como una feminista y sabemos que el feminismo es hoy una batalla muy visible e importante”, dice en entrevista el editor y escritor francés, Philippe Ollé-Laprune.

Para el Nobel, los tiempos casi nunca son una coincidencia. Annie Ernaux recibió el galardón horas después de que la ultraderecha de Marine Le Pen celebrara el 50 aniversario del partido Agrupación Nacional (RN), el segundo partido con mayor músculo político en el Congreso francés.

“Como siempre, el Nobel tiende a decir más que lo que dicen los libros. Es un premio que tiene una visión politizada, para bien y para mal”, asegura Ollé-Laprune.

Ernaux: una etnóloga de sí misma

Nacida en el seno de una familia de obreros Ernaux (Lillebone, 1940) vivió un camino largo y arduo en su carrera literaria, en la que de forma consistente y desde diversos ángulos examina una vida marcada por grandes disparidades en cuanto al género, el lenguaje y la clase.

Estudió Literatura en la Universidad de Ruán e impartió esta materia en liceos del pueblo de Annecy y en la periferia de París. También fue docente durante años del Centro Nacional de Educación a Distancia de Francia.

Las obras de Ernaux han sido reconocidas a nivel mundial. | Foto: AFP

Más que una autora de ficción, Ernaux se ha definido como "una etnóloga de sí misma", con influencias que abarcan desde Marcel Proust a Jean-Jacques Rousseau, el nouveau roman o el sociólogo Pierre Bordieu.

Su compromiso por contar la vida de los desprotegidos y su habilidad para hacer de la autoficción y la autobiografía una radiografía social la colocan dentro de un campo al que muy pocos tienen acceso.

Su debut literario se produjo en 1974 con "Los armarios vacíos", pero el éxito le llegó con su cuarta obra, "El lugar" (1983), un retrato de su padre, mientras que a su progenitora le dedicaría años más tarde "Una mujer" (1987).

En este último, la autora cuenta que la relación con su madre fue complicada durante la adolescencia. Mientras Annie quería vivir su rebeldía como sus compañeras del colegio, su mamá le recordaba que no podía hacerlo porque pertenecía a otra clase social.

“Vivía la rebeldía adolescente de manera romántica, como si mis padres hubieran sido unos burgueses. Me identificaba con los artistas incomprendidos. Para mi madre, rebelarse había tenido un único significado, rechazar la pobreza, y una única forma, trabajar, ganar dinero y convertirse en gente de bien. De ahí aquel reproche amargo, que no entendía yo: ‘Si te hubieran metido a una fábrica a los doce años, no serías así. No te das cuenta de lo afortunada que eres’. En ciertos momentos, mi madre tenía en su hija, frente a ella, a una enemiga de clase”, escribe Ernaux.

Fue así que supo que la lucha de clases trascendía los libros marxistas. En París y Londres, ciudades de sus más notables estudios, se percató que Francia —y toda Europa— no era una sociedad uniforme, sino injusta y desigual. De esa Francia habló en sus libros.

"Su escritura está siempre ensombrecida por un sentimiento de traición contra la clase social de la que procede", señaló la Academia sueca.

Los libros de la autora francesa Annie Ernaux se exhiben en la Academia Sueca. | Foto: AFP

"El Acontecimiento" (2000), sobre el aborto ilegal y ganadora dos décadas más tarde del León de Oro de Venecia por su adaptación al cine, es otra de sus obras destacadas, al igual que "La ocupación" (2002), acerca del amor romántico.

Y "Los Años" (2008) le dio reputación internacional gracias a su condición de autobiografía colectiva en la que confluyen la memoria personal y común.

Obras de Ernaux, un análisis de la memoria

La autora francesa señala que la escritura está vinculada a la independencia total con su firme convicción de no deberle nada a nadie.

"Nunca he escrito para que sea bonito o para hacer una frase bella: Lo que yo escojo es la frase justa", afirma esta escritora.

Su literatura gira también en torno a la memoria, como demuestra en "Los años", una obra en la que a través de fotos y recuerdos dejados por los acontecimientos, las palabras y las cosas, Annie Ernaux describe el paso del tiempo, desde la posguerra hasta la actualidad, una forma de autobiografía impersonal y colectiva.

Desde joven, la autora reflejó la independencia en sus obras. | Foto: AFP

A menudo escritos en tercera persona, sus relatos autobiográficos son, como ella describe, "un análisis de la memoria".

"Lo de decir que la memoria se equivoca es una creencia común. La memoria se basa en algo que ha tenido lugar, incluso si los detalles no lo son. Para mí utilizar la memoria es zambullirme en algo, mientras que imaginar es emerger. No me doy la libertad de inventar", indica.

Memoria que volcó recientemente en un documental montado con imágenes de archivo su vida familiar en la década de los 70.

De todo ello nació su rechazo a la ficción, que atribuye al hecho de que la novela es el género dominante y de posición indiscutible en el mundo literario, algo que le parece "la proyección en literatura de la dominación de las clases llamadas superiores", según explicó al recoger el Premio Formentor en 2019.

"Yo intento sustituir la ligereza de los términos de la comunicación, por el peso de palabras lastradas de la vida real de la gente", dijo.

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Para Annie Ernaux la escritura debe tener un poder de intervención en el mundo, por lo que siempre busca que las palabras sean usadas "de manera directa y real"

Con información de EFE

Para Annie Ernaux, galardonada este jueves con el Premio Nobel de Literatura, escribir es el acto político más importante y por eso ha tratado de reflejar en sus obras su lucha a favor del feminismo convencida de que sigue existiendo una carga mental sobre lo que ha sido el papel de la mujer tradicionalmente.

"Los hijos, la casa, la familia..., las mujeres aún llevamos en la cabeza un ordenador doméstico" mientras que son los hombres los que "llevan las riendas, el poder económico, lo que es la marcha del mundo", un reparto de papeles que es asumido en el mundo occidental", señaló Ernaux.

Lee también: Wole Soyinka: la literatura es el escape cuando la realidad se vuelve insostenible

Considerada una de las principales voces de la literatura francesa, la Academia Sueca destaca la creencia de Ernaux en la literatura como una "fuerza liberadora escrita en un lenguaje sencillo".

Aunque las letras francesas son las consentidas por los Premios Nobel de Literatura, ninguna mujer de esa nacionalidad lo había recibido. Annie Ernaux rompió la sequía.

“Quiero pensar que la Academia Sueca trata de enmendar la ausencia de tantas mujeres a lo largo de las premiaciones, porque sigue siendo enorme la diferencia entre hombres y mujeres que han ganado el premio. Además, es un reconocimiento a temas, como el aborto, que han estado ahí durante cientos de años y de los que poco se ha hablado, porque hay una problemática con el mundo femenino”, observa en entrevista Carmina Rufrancos, directora literaria de Grupo Planeta México, la editorial que publica en español los libros de Ernaux.

Los Premios Nobel no sólo premian la literatura. Cada entrega va embadurnada de matices políticos y sociales. Otorgar el galardón a una activista feminista de izquierdas en momentos en que la ultraderecha avanza a pasos agigantados en Europa es un mensaje claro de la Academia Sueca.

“Su premio es un saludo a una literatura que se opone al estado actual de las cosas y que, claramente, busca llamar la atención hacia una literatura que tiene una nueva forma de compromiso social. Ella misma se ha descrito como una feminista y sabemos que el feminismo es hoy una batalla muy visible e importante”, dice en entrevista el editor y escritor francés, Philippe Ollé-Laprune.

Para el Nobel, los tiempos casi nunca son una coincidencia. Annie Ernaux recibió el galardón horas después de que la ultraderecha de Marine Le Pen celebrara el 50 aniversario del partido Agrupación Nacional (RN), el segundo partido con mayor músculo político en el Congreso francés.

“Como siempre, el Nobel tiende a decir más que lo que dicen los libros. Es un premio que tiene una visión politizada, para bien y para mal”, asegura Ollé-Laprune.

Ernaux: una etnóloga de sí misma

Nacida en el seno de una familia de obreros Ernaux (Lillebone, 1940) vivió un camino largo y arduo en su carrera literaria, en la que de forma consistente y desde diversos ángulos examina una vida marcada por grandes disparidades en cuanto al género, el lenguaje y la clase.

Estudió Literatura en la Universidad de Ruán e impartió esta materia en liceos del pueblo de Annecy y en la periferia de París. También fue docente durante años del Centro Nacional de Educación a Distancia de Francia.

Las obras de Ernaux han sido reconocidas a nivel mundial. | Foto: AFP

Más que una autora de ficción, Ernaux se ha definido como "una etnóloga de sí misma", con influencias que abarcan desde Marcel Proust a Jean-Jacques Rousseau, el nouveau roman o el sociólogo Pierre Bordieu.

Su compromiso por contar la vida de los desprotegidos y su habilidad para hacer de la autoficción y la autobiografía una radiografía social la colocan dentro de un campo al que muy pocos tienen acceso.

Su debut literario se produjo en 1974 con "Los armarios vacíos", pero el éxito le llegó con su cuarta obra, "El lugar" (1983), un retrato de su padre, mientras que a su progenitora le dedicaría años más tarde "Una mujer" (1987).

En este último, la autora cuenta que la relación con su madre fue complicada durante la adolescencia. Mientras Annie quería vivir su rebeldía como sus compañeras del colegio, su mamá le recordaba que no podía hacerlo porque pertenecía a otra clase social.

“Vivía la rebeldía adolescente de manera romántica, como si mis padres hubieran sido unos burgueses. Me identificaba con los artistas incomprendidos. Para mi madre, rebelarse había tenido un único significado, rechazar la pobreza, y una única forma, trabajar, ganar dinero y convertirse en gente de bien. De ahí aquel reproche amargo, que no entendía yo: ‘Si te hubieran metido a una fábrica a los doce años, no serías así. No te das cuenta de lo afortunada que eres’. En ciertos momentos, mi madre tenía en su hija, frente a ella, a una enemiga de clase”, escribe Ernaux.

Fue así que supo que la lucha de clases trascendía los libros marxistas. En París y Londres, ciudades de sus más notables estudios, se percató que Francia —y toda Europa— no era una sociedad uniforme, sino injusta y desigual. De esa Francia habló en sus libros.

"Su escritura está siempre ensombrecida por un sentimiento de traición contra la clase social de la que procede", señaló la Academia sueca.

Los libros de la autora francesa Annie Ernaux se exhiben en la Academia Sueca. | Foto: AFP

"El Acontecimiento" (2000), sobre el aborto ilegal y ganadora dos décadas más tarde del León de Oro de Venecia por su adaptación al cine, es otra de sus obras destacadas, al igual que "La ocupación" (2002), acerca del amor romántico.

Y "Los Años" (2008) le dio reputación internacional gracias a su condición de autobiografía colectiva en la que confluyen la memoria personal y común.

Obras de Ernaux, un análisis de la memoria

La autora francesa señala que la escritura está vinculada a la independencia total con su firme convicción de no deberle nada a nadie.

"Nunca he escrito para que sea bonito o para hacer una frase bella: Lo que yo escojo es la frase justa", afirma esta escritora.

Su literatura gira también en torno a la memoria, como demuestra en "Los años", una obra en la que a través de fotos y recuerdos dejados por los acontecimientos, las palabras y las cosas, Annie Ernaux describe el paso del tiempo, desde la posguerra hasta la actualidad, una forma de autobiografía impersonal y colectiva.

Desde joven, la autora reflejó la independencia en sus obras. | Foto: AFP

A menudo escritos en tercera persona, sus relatos autobiográficos son, como ella describe, "un análisis de la memoria".

"Lo de decir que la memoria se equivoca es una creencia común. La memoria se basa en algo que ha tenido lugar, incluso si los detalles no lo son. Para mí utilizar la memoria es zambullirme en algo, mientras que imaginar es emerger. No me doy la libertad de inventar", indica.

Memoria que volcó recientemente en un documental montado con imágenes de archivo su vida familiar en la década de los 70.

De todo ello nació su rechazo a la ficción, que atribuye al hecho de que la novela es el género dominante y de posición indiscutible en el mundo literario, algo que le parece "la proyección en literatura de la dominación de las clases llamadas superiores", según explicó al recoger el Premio Formentor en 2019.

"Yo intento sustituir la ligereza de los términos de la comunicación, por el peso de palabras lastradas de la vida real de la gente", dijo.

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Para Annie Ernaux la escritura debe tener un poder de intervención en el mundo, por lo que siempre busca que las palabras sean usadas "de manera directa y real"

Con información de EFE

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