/ domingo 9 de octubre de 2022

Joseph Zárate recoge testimonios de la última línea en pandemia

El periodista y escritor peruano Joseph Zárate cuenta en su libro reciente el día a día de las funerarias durante la crisis sanitaria

En el momento más crudo de la pandemia por Covid-19, las palmas fueron para el personal de salud, los héroes de la resistencia. Sin embargo, quienes tuvieron que administrar los sollozos y silencios de la resignación fueron los trabajadores de las funerarias, crematorios y cementerios. En la televisión transmitían imágenes de todo el mundo con sus figuras también envueltas en trajes de bioseguridad y el rostro oculto bajo el anonimato de las máscaras para evitar el contagio por los cuerpos a los que llevaban hacia su último destino.

El periodista de investigación Joseph Zárate fue testigo presencial de ese moderno Aqueronte que también se desbordó en Perú. Acompañando a esos hombres y mujeres de la llamada “última línea” contra el virus, les dio —más que nombres y apellidos— un espacio para sus testimonios, los cuales ahora podemos conocer a través del libro Algo nuestro sobre la tierra, recientemente publicado en México por Penguin Random House.

“Para mí fue muy importante documentar estas experiencias individuales, llevo muchos años escribiendo este tipo de historias. Creo que leerlas nos da la posibilidad de entender qué es lo que hay más allá de la información. Me acuerdo mucho de que en ese momento de la pandemia estábamos muy obsesionados con las cifras, cuando en realidad esas curvas estadísticas tenían un pasado y una historia vital que merecía ser contada para entender la pandemia, no solamente en términos económicos o políticos, sino los más humanos”, explica Joseph Zárate en entrevista con El Sol de México.

LA “DEMOCRÁTICA” FICCIÓN

Evocando en las páginas del libro a Albert Camus, Zárate sugiere que conocer la historia particular de los afectados y, en este caso del personal funerario, devela partes que se creían ocultas en la sociedad.

“Con estas investigaciones lo primero que me di cuenta fue que la enfermedad del Covid-19 no era democrática, como se llegó a decir. Cuando yo comencé a reportear me di cuenta de que los cadáveres más numerosos eran de los barrios comunales, más pobres y con menos recursos, por lo que esa afirmación de la “democracia”, era una ficción, no sólo en Perú sino en otros países latinoamericanos, como México, por ejemplo.

“La otra fue que el llamado ‘milagro peruano’ era mentira. Aquella idea que se había construido de Perú como un país que, en comparación con otros de la región, estaba disfrutando de cierta abundancia económica debido a la explotación minera y las inversiones extrajeras era una ilusión. La pandemia nos hizo ver claramente que la calidad de vida de sus ciudadanos era durísima”, comenta el periodista.

EL PERIODISMO NO DA VOZ, DA ESPACIOS

Si bien Algo nuestro sobre la tierra presenta dos series de crónicas escritas desde el punto de vista de Zárate como documentalista de los procesos funerarios en crematorios y centros funerarios, también tiene un apartado dedicado a testimonios de sus trabajadores, una decisión que el mismo autor fijó como una acción política.

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“Creo que tratándose de un libro que aborda la pandemia con el foco en los trabajadores funerarios, era importante darles el espacio para que ellos mismos pudieran contar su historia. Hay esta idea de que el periodismo da la voz a quienes no la tienen asumiendo que la población vulnerable no tiene voz; pero eso es mentira, siempre han tenido voz, el asunto es que no se les da espacio para ser escuchados.

“El que yo me apartara por un momento como narrador para que las voces de ellos aparecieran, y contaran su verdad, me pareció una operación importante, una acción política, porque de ese modo vamos a poder entender mejor su circunstancia. La forma que tiene el libro, esta polifonía, o el poema que aparece al final no es adorno, es una manera que yo encontré para expresar mejor la verdad humana que está contenida en esas historias”, explicó.

En el momento más crudo de la pandemia por Covid-19, las palmas fueron para el personal de salud, los héroes de la resistencia. Sin embargo, quienes tuvieron que administrar los sollozos y silencios de la resignación fueron los trabajadores de las funerarias, crematorios y cementerios. En la televisión transmitían imágenes de todo el mundo con sus figuras también envueltas en trajes de bioseguridad y el rostro oculto bajo el anonimato de las máscaras para evitar el contagio por los cuerpos a los que llevaban hacia su último destino.

El periodista de investigación Joseph Zárate fue testigo presencial de ese moderno Aqueronte que también se desbordó en Perú. Acompañando a esos hombres y mujeres de la llamada “última línea” contra el virus, les dio —más que nombres y apellidos— un espacio para sus testimonios, los cuales ahora podemos conocer a través del libro Algo nuestro sobre la tierra, recientemente publicado en México por Penguin Random House.

“Para mí fue muy importante documentar estas experiencias individuales, llevo muchos años escribiendo este tipo de historias. Creo que leerlas nos da la posibilidad de entender qué es lo que hay más allá de la información. Me acuerdo mucho de que en ese momento de la pandemia estábamos muy obsesionados con las cifras, cuando en realidad esas curvas estadísticas tenían un pasado y una historia vital que merecía ser contada para entender la pandemia, no solamente en términos económicos o políticos, sino los más humanos”, explica Joseph Zárate en entrevista con El Sol de México.

LA “DEMOCRÁTICA” FICCIÓN

Evocando en las páginas del libro a Albert Camus, Zárate sugiere que conocer la historia particular de los afectados y, en este caso del personal funerario, devela partes que se creían ocultas en la sociedad.

“Con estas investigaciones lo primero que me di cuenta fue que la enfermedad del Covid-19 no era democrática, como se llegó a decir. Cuando yo comencé a reportear me di cuenta de que los cadáveres más numerosos eran de los barrios comunales, más pobres y con menos recursos, por lo que esa afirmación de la “democracia”, era una ficción, no sólo en Perú sino en otros países latinoamericanos, como México, por ejemplo.

“La otra fue que el llamado ‘milagro peruano’ era mentira. Aquella idea que se había construido de Perú como un país que, en comparación con otros de la región, estaba disfrutando de cierta abundancia económica debido a la explotación minera y las inversiones extrajeras era una ilusión. La pandemia nos hizo ver claramente que la calidad de vida de sus ciudadanos era durísima”, comenta el periodista.

EL PERIODISMO NO DA VOZ, DA ESPACIOS

Si bien Algo nuestro sobre la tierra presenta dos series de crónicas escritas desde el punto de vista de Zárate como documentalista de los procesos funerarios en crematorios y centros funerarios, también tiene un apartado dedicado a testimonios de sus trabajadores, una decisión que el mismo autor fijó como una acción política.

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“Creo que tratándose de un libro que aborda la pandemia con el foco en los trabajadores funerarios, era importante darles el espacio para que ellos mismos pudieran contar su historia. Hay esta idea de que el periodismo da la voz a quienes no la tienen asumiendo que la población vulnerable no tiene voz; pero eso es mentira, siempre han tenido voz, el asunto es que no se les da espacio para ser escuchados.

“El que yo me apartara por un momento como narrador para que las voces de ellos aparecieran, y contaran su verdad, me pareció una operación importante, una acción política, porque de ese modo vamos a poder entender mejor su circunstancia. La forma que tiene el libro, esta polifonía, o el poema que aparece al final no es adorno, es una manera que yo encontré para expresar mejor la verdad humana que está contenida en esas historias”, explicó.

Policiaca

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