/ sábado 26 de noviembre de 2016

LA HISTORIA DE “EL CHANGO” CASANOVA ENTRE LA GLORIA Y EL INFIERNO

LUIS FRANCISCO MACÍAS

ARCHIVOS SECRETOS DE POLICÍA

PORTADA

VIVIÓ SIEMPRE AL FILO DE LA MUERTE

BRILLÓ COMO ESTRELLA DE LOS NOCAUTS

LA BATALLA QUE NO GANÓ

Hace 36 años la vida reclamó a uno de los más grandes astrosdel boxeo mexicano. Su nombre: Rodolfo “Chango” Casanova,personaje que disfrutó las mieles de la gloria y fama que brindael cuadrilátero, y que sufrió una de las más trágicas derrotasque puede sufrir cualquier otro ser humano: la del alcohol.

Registran nuestros Archivos Secretos de Policía que a vecestenían que aislar a “El Chango” Casanova con engaños “paraalejarlo del vicio”; otras ocasiones recibía severo tratamientoen La Castañeda, que era antaño el manicomio de la ciudad, perotodo parecía inútil ante el llamado del alcohol y las injusticiasde la vida.

Hermosa mujer lo había abandonado para irse con otro individuo,cuando el boxeador proyectaba contraer matrimonio; su azarosaexistencia fue llevada al cine y nunca fue debidamente recompensadopor la robada biografía y el gran peleador perdió a suprimogénito cuando el muchacho estaba próximo a casarse; unprestamista mató a balazos al junior en una cervecería.

Así, muchos “amigos” lo alabaron en sus tiempos de gloria,para “sugerirle” que no los olvidara en el momento dedespilfarrar el dinero ganado tan duramente en el boxeo.

Y tan equivocado como tantos triunfadores efímeros, RodolfoCasanova dejó transcurrir su tiempo y su fortuna en antros deperdición.

Su privilegiado físico le permitió entrar y salir delmanicomio en varias oportunidades, siempre fue muy fuerte, exceptoal enfrentar su afición por licores y aguardientes.

Sus interesadas amistades se fueron por rumbos distintos, cuandonotaron que “ya no podía disparar los tragos”. Las autoridadesintentaron ayudarle proporcionándole un puesto de jugos, algúnjuego de placas de ruleteo, tal vez un poco de dinero enefectivo,  pero Rodolfo “El Chango” Casanova volvía una yotra vez a sus paraísos artificiales.

El boxeador lloraba amargamente cuando veía la película“Campeón sin Corona”, donde la industria cinematográfica seapoderó de su biografía, disfrazándola apenas con un cambio denombres que a nadie engañó, excepto al bolsillo vacío del ídolomexicano. Fue patética la reclamación pública realizada porCasanova, en pleno Zócalo de la ciudad de México, cuando la Plazade la Constitución aparecía llena de verdor y tranvías, de gentetrabajadora que desconocía la táctica del “plantón”.

El boxeador pedía justicia porque se la habían negado en lostribunales, donde un juez hizo evidente su torpeza al señalar queel personaje de “Campeón sin Corona” se apellidaba“Terranova”.

Paulatinamente, el boxeador bajó a sus antiguos lugares dereunión, en La Lagunilla, al comprender que nunca más estaría enla cima de la popularidad, pese a que “su” película fueconsiderada joya de la cinematografía nacional.

El humilde vendedor de nieves retomó el negocio, pero sinéxito; el DDF le otorgó permiso y local para que vendiese jugos,le dio herramienta para una vulcanizadora, pero todo lo perdiópoco a poco.

Para colmo llegaron otros ídolos del boxeo, cuyos casos sonpolémicos, por el mágico apoyo de la radio, la televisión yotros medios informativos, que comprendieron que el público ya nose contentaba con pequeñas menciones en la prensa escrita o brevespalabras al micrófono.

Rodolfo “El Chango” Casanova fue perdiéndose en una ciudadque crecía a pasos agigantados, mientras otros deportistasemprendían el duro camino de los golpes para ganar dinero a manosllenas y perderlo todo con rapidez en algunas ocasiones.

Así, surgieron boxeadores excelentes, pero nunca lograronllegar al corazón del pueblo, como aquel nevero de La Lagunilla,“descubierto” incidentalmente como deportista con “futuro”.Y tal vez no llegaron al corazón popular, porque se iniciaron lostrucos, disfrazados por algunos narradores.

Rodolfo “El Chango” Casanova se ganó la celebridad cuandono había programas de televisión y la radio no era tanimprescindible como ahora.

RODOOLFO CASANOVA EN SUS MEJORES TIEMPOS. LLEGÓ A SER ÍDOLO DELA JUVENTUD.

EL CRIMEN DE SU HIJO FUE UNA DE LAS MÁS CARAS TRAGEDIAS

Pero no todo era celebridad y gloria para el famoso boxeador. Eljueves 25 de febrero de 1960, Rodolfo Casanova Jr., hijo mayor delpugilista, fue asesinado a tiros en el interior de una cervecería,por el acaudalado prestamista Odilón Valencia Rosas, con quiensostuvo una discusión al calor de las copas.

Según el relato del diarista Juan Nieto Martínez, “lavíctima del ebrio agiotista cayó herida de muerte junto almostrador del antro de vicio, cuyo encargado solicitótelefónicamente los servicios de la Cruz Roja, en tanto que lostripulantes de la patrulla 145 conducían al atacante a la PrimeraDelegación”.

Cuando la ambulancia 9 de la benemérita institución, comandadapor Eduardo Nájera, llegó al lugar de los hechos, RodolfoCasanova Jr. había pasado a mejor vida.

El artero crimen ocurrió poco después de las 18:00 horas, enel interior de la cervecería denominada Mi Morena, Pintores 229,casi esquina con Ferrocarril de Cintura, Colonia Morelos.

Ahí, dos trabajadores, amigos del infortunado Rodolfo,informaron que éste iba a casarse a fines de febrero de 1960, ycon tal motivo lo habían invitado para despedirlo de soltero.

(En el Tívoli se despojaban de sus ropas Xtabay, la millonariadel burlesque; Diamantina, Venus Star y América Reed. Hacían reirHarapos y Willy. En el teatro Iris actuaban Mona Bell, VerónicaLoyo, Paco Michel, Ana María González, las hermanas Velázquez,Las Kúkaras, el ventrílocuo Tony Pares. Y en el teatro Lírico,eran admiradas Rosa Carmina, Ana Bertha Lepe y ovacionados Borolas,Celio González, Daniel Riolobos, Los Xochimilcas, Paco Miler,Regulo y Magda Franco).

Poco después de las 15:00 horas, entraron a la cerveceríaaludida y advirtieron que ahí estaba el prestamista OdilónValencia Rosas y otros amigos suyos. Estos pretendieron quedar biencon el magnate de los préstamos y comenzaron a molestar al hijodel boxeador Rodolfo “Chango” Casanova.

El muchacho fue a reclamar y el mismo Odilón le quitó uncuchillo que llevaba en la cintura y lo entregó al cantinero, paraque se lo devolviera cuando el joven Casanova se retirara.

Furioso porque el prestamista lo había desarmado “porsorpresa”, Rodolfo trató de atacarlo con ganchos y rectos a lamandíbula, pero Odilón y sus amigos se retiraron sin pronunciarpalabra.

Quizá se arrepintió el prestamista sobre su serena actitud yregresó a la cervecería, sólo para balacear por la espalda alhijo del boxeador. Apolinar Santos Martínez, encargado de lacervecería, desarmó al prestamista y llamó a la policía. Eljoven Casanova dijo algunas palabras para despedirse de su padre yde su novia. Obviamente en la comisaría, asesorado por penalistas,Odilón aseguró que “había sido atacado por diez pandilleros yno tuvo más remedio que sacar su pistola para defenderse”.

(En aquella época se anunciaba la pelea entre “KidAnáhuac” y Ricardo “Pajarito” Moreno, otro de los boxeadorescon problemas por el alcohol y el despilfarro de dinero. Perdió elzacatecano y anunció su retiro de los cuadriláteros).

Y no se consideró noticia por continuar, el sepelio del jovenCasanova y el caso perdió notoriedad con rapidez. No sabemos si elmagnate prestamista obtuvo pronto su libertad, a través de laconocida laguna legal denominada aún como “homicidio enriña”.

LA CINTA

En 1945, la turbulenta vida de Rodolfo Casanova inspiró alproductor Raúl de Anda para crear la que muchos consideran como lamejor película de ambiente urbano y de barrio bajo hecha por elcine mexicano, ‘‘Campeón sin corona’’, una de lascolaboraciones más exitosas de la mancuerna formada por eldirector Alejandro Galindo y el actor David Silva.

Con Antonio Padilla “Pícoro” como asesor técnico de boxeo,se filmó dicha cinta en blanco y negro, undécimo lugar dentro delas 100 mejores películas del cine mexicano. Actuaron tambiénAmanda del Llano, Carlos López Moctezuma, Fernando Soto“Mantequilla”, Nelly Montiel, Víctor Parra, Roberto Cañedo,Estanislao Schillinsky, Pedro “Mago” Septién y Ramiro Gamboa,entre otros artistas.

En la historia, Roberto “Kid” Terranova (David Silva) es unjoven nevero metido a boxeador gracias a sus tremendas facultades.Sus primeros triunfos lo convierten en el boxeador del momento yrápidamente comienza a ganar dinero, el cual derrocha a manosllenas.

26 de junio de 1934.- En un combate pactado a quince episodiosel popular boxeador mexicano dejó escapar la mejor oportunidad quele brindó la vida de conquistar un título mundial. El Foro deMontreal fue el escenario en el que los certeros golpes delpuertorriqueño Sixto Escobar encontraron pocos obstáculos paracastigar a Casanova.

Caricatura de la época respecto al encuentroCasanova-Zurita.

EN LA CASTEÑEDA DECÍAN QUE LO PERSEGUÍAN FANTASMAS

Su suerte cambia el día que enfrenta a “Joe Ronda” (VíctorParra, fino para el sarcasmo y las humillaciones en actuación), unboxeador norteamericano que despierta en Roberto un profundocomplejo de inferioridad.

Inspirada claramente en la vida del pugilista Rodolfo “ElChango” Casanova, la película es un retrato de la complejasociología del mexicano de la clase obrera, para quien el ascensoen la escala social es un sueño casi inalcanzable.

“Campeón sin Corona” perfila el que sería uno de losgrandes conflictos del México moderno: la lucha de la modernidadcontra la tradición, del pasado contra el futuro. Sin embargo,este mundo está vedado para él, porque significa la renunciadefinitiva a sus raíces populares. Al final Roberto“Terranova” deja de ser el “kid” para regresar a su vidacomo nevero.

El comentario de los estudiosos concluye con que “Campeón sinCorona” se ha convertido en una referencia obligada para elpúblico admirador de la época de oro del cine mexicano, ya que suvalor como película trasciende los límites estrictamentecinematográficos y se inserta en el ámbito más amplio de lacultura popular mexicana.

Efectivamente, pero ¿qué dejó para Rodolfo “El Chango”Casanova? Tal vez uno de los motivos que lo hicieron visitar variasveces “La Castañeda”, donde afirmaba que lo perseguían“fantasmas”.

Con su biografía robada con base en deleznables trucoslegaloides y con su condición física menoscabada por el vicio, elboxeador exigió una remuneración justa que jamás le concedieron,en cambio llegó a aceptar monedas que el público arrojaba alcuadrilátero.

Incluso, un general que posteriormente asesinó de cobardemanera a su presunto rival en amores (un taxista) brindóprotección a Casanova y le aisló en un cuartel, le exigiódiversos ejercicios y cero alcoholes, con lo que medio recuperófacultades para seguir peleando.

Pero la vida había cobrado alto precio por los desmanessociales de Casanova y jamás volvió a triunfar.

El ya desaparecido cronista Jorge Alarcón dijo un día:

“En una época en la que la televisión no existía, la radioestaba en pañales y los periódicos eran poco leídos, la fama quecon unas cuantas peleas adquirió Casanova comenzó a correr conrapidez sorprendente. Rodolfo subía al ring casi cada semana, parademoler uno a uno a todos sus rivales”.

Y el exboxeador Carlos Morales, amigo inseparable de “KidAzteca” (otro grande que se fue) dijo que Casanova vivía en laColonia Martín Carrera, cerca de La Villa de Guadalupe; comenzóganando 10 pesos por pelea.

Después la tarifa subió a 50 pesos; cuando combatió enestrella le daban 200 pesos.

Carlos Morales agregó que “antes que se le conociera aRodolfo como “El Chango” (apodo que le dieron por tener losbrazos muy largos) lo llamaron “El Nevero de La Lagunilla”,porque trabajó en un mercado que estuvo donde después seconstruyó el Deportivo Guelatao. En la nevería de don FranciscoOsorio, trabajaba como ayudante Rodolfo Casanova, batiendo losbotes con hielo y sal.

Rodolfo Casanova nació en la ciudad de León, Guanajuato, enjunio de 1915. Su padre, Rafael Casanova, fue enterrado por laRevolución al año siguiente. Jerónima Núñez, su madre, emigróa la capital y se instaló con sus hijos en las cercanías deTlatelolco. Apenas con dos años en la primaria, Rodolfo Casanovaabandonó el estudio y se puso a trabajar, para ayudar a suprogenitora.

Se dice que el exboxeador Manuel Canseco, quien trabajaba comochofer en la línea de autobuses Roma-Mérida, descubrió aCasanova como buen prospecto en el boxeo y lo recomendó con el“Tío” Torres. También se asegura que Carlos Casanova no pudoser un boxeador de éxito, pero su hermano Rodolfo sí, luego deincorporarse al grupo de peleadores amateurs de la línea deautobuses Santiago-Algarín, donde lo encontró el director de undiario deportivo y lo presentó posteriormente con el promotorJimmy Fitten.

Para 1933 nadie puede derrotar a Casanova “excepto el vicio,pues con frecuencia es llevado a las comisarías de la ciudad porsus escándalos en cantinas y cervecerías”, se informaba enaquella época. Un puertorriqueño lo noquea luego y llega lo peor:su hermosa novia lo deja, a pesar de que Casanova le habíaprometido matrimonio en cuanto retornara de Canadá, donde perdiófinalmente con Sixto Escobar.

El 15 de septiembre de 1934 derrotó a Juan Zurita y seconvirtió en campeón pluma.

Rodolfo “Chango” Casanova fue el ídolo de siempre. Fuecampeón nacional Pluma y Ligero. Seguía llenando las arenas... Enotra foto, con el mimo Mario Moreno.

TRISTE MUERTE EN ALBERGUE

A patir de 1938 comienzan las peleas perdidas en sucesión, y en1940 llega el boxeador a La Castañeda, donde para empezar eldirector del manicomio sostiene que “la mariguana no esdañina”.

En aquellos tiempos, el diarista Gilbert Torres escribe que“los huéspedes del manicomio de la ciudad de México nosolamente sufren las tinieblas cerebrales, no sólo son víctimasde su desequilibrio doloroso y crispante, sino que también de unapobreza desgarradora y de un abandono trágico, muy difícil deremediar”.

“En un recorrido por varios de los pabellones de LaCastañeda, inaugurada en 1905, manicomio construido con sujecióna técnicas desusadas y repudiadas actualmente -años cuarenta-, yque es terrible y desastroso, la visión es dantesca, apenas puedecreerse existente en pleno siglo XX, a ciencia y paciencia de lasautoridades que tienen a su cargo velar por la atención de losdébiles sociales que por unas u otras razones no pueden bastarse así mismos”.

En su relato, el diarista escribió que “los enfermos nopodían llevarse dignamente la alimentación suficiente a la bocaporque  carecían de cucharas. En los pabellones construídos para100 pacientes, se alojan 225”.

Allí estaban dos periodistas enfermos y dos exboxeadores,Rodolfo Casanova y Ramón Pinto; el primero dijo que no pensabavolver al ring, porque había perdido facultades y porque no podíadominarse cuando estaba libre y se entregaba a la bebida en formadesmedida.

“Hoy me encuentro en el pabellón de Agitados, porque el 15 deseptiembre me dieron permiso de salir y regresé en medio de granescándalo”.

Ramón Pinto ni siquiera podía hablar bien. El historiadorIgnacio B. del Castillo y su colega, José González, pasaban suvida en forma consciente durante muchas horas, incluso se suponíaque podrían salir en cuanto lo pidieran.

En cambio, había mujeres que se consideraban divinas, que sehallaban ahí para “salvar a la Humanidad”. Abundaban losenfermos que aseguraban estar sanos, aunque no podían retirarse“por las intrigas fraguadas en su contra por seres despreciablesque les iban a despojar de cuantiosas sumas”.

En ese ambiente pasó mucho tiempo Rodolfo “El Chango”Casanova, hasta que llegó una época en que se le dejó libre,porque demostró una extraña recuperación que le permitíatrabajar en una vulcanizadora del sur de la ciudad de México.

Conservaba como un tesoro una nostálgica nota periodística dellunes 5 de julio de 1948, amarillenta por el paso del tiempo(corría el año 1974 y trabajaba en Mixcoac), en que se mencionabaque “el miércoles definitivamente sería la sensacionalpresentación en Hermosillo, del formidable ídolo mexicano,Rodolfo Casanova, quien viene en una gira de peleas cortas porSonora, traído por el Zorro Chapo Romo; también vendrá elcampeón mundial gallo Memo Valero y El Cuyo Hernández”.

El alcohol vuelve a ejercer fascinación sobre el exboxeador yel lunes 24 de noviembre de 1980, olvidado por muchos, dejó deexistir a los 65 años de edad, Rodolfo Casanova, el más grandeídolo del boxeo mexicano. Murió tristemente en un albergue en laAvenida Doctor Vértiz.

Como segundo apellido se menciona Méndez y no Núñez. Elreportero Eduardo Rodríguez informa que un infarto al miocardio,según parte oficial, cortó la existencia de Casanova, en la Casade Protección Social No. 2 del DDF, donde se encontraba habitandodesde el 15 de septiembre de 1979, cuando gozó de una noche“libre” y fue recogido inconsciente en la Plaza Garibaldi. Elcuerpo se envió inicialmente a la Escuela de Medicina del IPN yfue rescatado por la Comisión de Box. Originario de Guanajuato,Rodolfo Casanova contaba al morir con 65 años de edad y su figurasería recordada como la más fantástica leyenda escrita dentro dela historia del boxeo mexicano, porque, aunque no teníainstrucción escolar, siempre fue noble y correcto, amén de que sehacía estimar por su sencillez. Su amigo Luis Rivera, chofer dedon Ernesto Peralta Uruchurtu, exregente de la Ciudad de México,lo ayudó mucho como otros, pero el exboxeador no se dejaba apoyarrealmente en su lucha contra el alcohol.

Casanova vio llegar tres títulos nacionales: el gallo, que ledisputó  y ganó a Baby Arizmendi; el pluma, al tapatío Juan Zurita y el ligero, al regiomontano Manuel Villa, dándose tiempopara darle un “repaso” al campeón nacional welter, LuisVillanueva, “Kid Azteca”, al que venció por decisión elsábado 16 de mayo de 1936 en la Arena Nacional, sin que fuera depor medio la corona.

El INDE declaró tres días de luto deportivo nacional. Unamultitud despidió a Rodolfo “El Chango” Casanova en elPanteón Guadalupe Mixcoac, Colonia Molino de Rosas, donde yareposaba para siempre doña Jerónima, progenitora del inolvidablenevero de La Lagunilla.

Fue boxeador ortodoxo y muy carismático, Rodolfo Casanovacombatió de 1932 a 1942. Se hizo de una carrera rápidamente, puesen pocos combates se situó como una estrella de los nocauts.

Escrito por LA PRENSA

Consulta hemerográfica:

LUIS FRANCISCO MACÍAS

Ya retirado del boxeo y por temporadas del alcohol, Rodolfo“El Chango” Casanova trabajaba en una vulcanizadora paraganarse la vida.

En 1956 visitó LA PRENSA para hacer público su agradecimientoal DDF por obsequiarle un juego de placas de ruleteo (taxista).

En 1955 Rodolfo Casanova subió al cuadrilatero y fue aclamadocomo siempre; sin embargo, cuando le aventaron monedas, dio graciasy luego las cedió como donativo a la Cruz Roja.

Su vida fue turbulenta. Con este aspecto descuidado se le podíaver cuando se entregaba al dios Baco.

LUIS FRANCISCO MACÍAS

ARCHIVOS SECRETOS DE POLICÍA

PORTADA

VIVIÓ SIEMPRE AL FILO DE LA MUERTE

BRILLÓ COMO ESTRELLA DE LOS NOCAUTS

LA BATALLA QUE NO GANÓ

Hace 36 años la vida reclamó a uno de los más grandes astrosdel boxeo mexicano. Su nombre: Rodolfo “Chango” Casanova,personaje que disfrutó las mieles de la gloria y fama que brindael cuadrilátero, y que sufrió una de las más trágicas derrotasque puede sufrir cualquier otro ser humano: la del alcohol.

Registran nuestros Archivos Secretos de Policía que a vecestenían que aislar a “El Chango” Casanova con engaños “paraalejarlo del vicio”; otras ocasiones recibía severo tratamientoen La Castañeda, que era antaño el manicomio de la ciudad, perotodo parecía inútil ante el llamado del alcohol y las injusticiasde la vida.

Hermosa mujer lo había abandonado para irse con otro individuo,cuando el boxeador proyectaba contraer matrimonio; su azarosaexistencia fue llevada al cine y nunca fue debidamente recompensadopor la robada biografía y el gran peleador perdió a suprimogénito cuando el muchacho estaba próximo a casarse; unprestamista mató a balazos al junior en una cervecería.

Así, muchos “amigos” lo alabaron en sus tiempos de gloria,para “sugerirle” que no los olvidara en el momento dedespilfarrar el dinero ganado tan duramente en el boxeo.

Y tan equivocado como tantos triunfadores efímeros, RodolfoCasanova dejó transcurrir su tiempo y su fortuna en antros deperdición.

Su privilegiado físico le permitió entrar y salir delmanicomio en varias oportunidades, siempre fue muy fuerte, exceptoal enfrentar su afición por licores y aguardientes.

Sus interesadas amistades se fueron por rumbos distintos, cuandonotaron que “ya no podía disparar los tragos”. Las autoridadesintentaron ayudarle proporcionándole un puesto de jugos, algúnjuego de placas de ruleteo, tal vez un poco de dinero enefectivo,  pero Rodolfo “El Chango” Casanova volvía una yotra vez a sus paraísos artificiales.

El boxeador lloraba amargamente cuando veía la película“Campeón sin Corona”, donde la industria cinematográfica seapoderó de su biografía, disfrazándola apenas con un cambio denombres que a nadie engañó, excepto al bolsillo vacío del ídolomexicano. Fue patética la reclamación pública realizada porCasanova, en pleno Zócalo de la ciudad de México, cuando la Plazade la Constitución aparecía llena de verdor y tranvías, de gentetrabajadora que desconocía la táctica del “plantón”.

El boxeador pedía justicia porque se la habían negado en lostribunales, donde un juez hizo evidente su torpeza al señalar queel personaje de “Campeón sin Corona” se apellidaba“Terranova”.

Paulatinamente, el boxeador bajó a sus antiguos lugares dereunión, en La Lagunilla, al comprender que nunca más estaría enla cima de la popularidad, pese a que “su” película fueconsiderada joya de la cinematografía nacional.

El humilde vendedor de nieves retomó el negocio, pero sinéxito; el DDF le otorgó permiso y local para que vendiese jugos,le dio herramienta para una vulcanizadora, pero todo lo perdiópoco a poco.

Para colmo llegaron otros ídolos del boxeo, cuyos casos sonpolémicos, por el mágico apoyo de la radio, la televisión yotros medios informativos, que comprendieron que el público ya nose contentaba con pequeñas menciones en la prensa escrita o brevespalabras al micrófono.

Rodolfo “El Chango” Casanova fue perdiéndose en una ciudadque crecía a pasos agigantados, mientras otros deportistasemprendían el duro camino de los golpes para ganar dinero a manosllenas y perderlo todo con rapidez en algunas ocasiones.

Así, surgieron boxeadores excelentes, pero nunca lograronllegar al corazón del pueblo, como aquel nevero de La Lagunilla,“descubierto” incidentalmente como deportista con “futuro”.Y tal vez no llegaron al corazón popular, porque se iniciaron lostrucos, disfrazados por algunos narradores.

Rodolfo “El Chango” Casanova se ganó la celebridad cuandono había programas de televisión y la radio no era tanimprescindible como ahora.

RODOOLFO CASANOVA EN SUS MEJORES TIEMPOS. LLEGÓ A SER ÍDOLO DELA JUVENTUD.

EL CRIMEN DE SU HIJO FUE UNA DE LAS MÁS CARAS TRAGEDIAS

Pero no todo era celebridad y gloria para el famoso boxeador. Eljueves 25 de febrero de 1960, Rodolfo Casanova Jr., hijo mayor delpugilista, fue asesinado a tiros en el interior de una cervecería,por el acaudalado prestamista Odilón Valencia Rosas, con quiensostuvo una discusión al calor de las copas.

Según el relato del diarista Juan Nieto Martínez, “lavíctima del ebrio agiotista cayó herida de muerte junto almostrador del antro de vicio, cuyo encargado solicitótelefónicamente los servicios de la Cruz Roja, en tanto que lostripulantes de la patrulla 145 conducían al atacante a la PrimeraDelegación”.

Cuando la ambulancia 9 de la benemérita institución, comandadapor Eduardo Nájera, llegó al lugar de los hechos, RodolfoCasanova Jr. había pasado a mejor vida.

El artero crimen ocurrió poco después de las 18:00 horas, enel interior de la cervecería denominada Mi Morena, Pintores 229,casi esquina con Ferrocarril de Cintura, Colonia Morelos.

Ahí, dos trabajadores, amigos del infortunado Rodolfo,informaron que éste iba a casarse a fines de febrero de 1960, ycon tal motivo lo habían invitado para despedirlo de soltero.

(En el Tívoli se despojaban de sus ropas Xtabay, la millonariadel burlesque; Diamantina, Venus Star y América Reed. Hacían reirHarapos y Willy. En el teatro Iris actuaban Mona Bell, VerónicaLoyo, Paco Michel, Ana María González, las hermanas Velázquez,Las Kúkaras, el ventrílocuo Tony Pares. Y en el teatro Lírico,eran admiradas Rosa Carmina, Ana Bertha Lepe y ovacionados Borolas,Celio González, Daniel Riolobos, Los Xochimilcas, Paco Miler,Regulo y Magda Franco).

Poco después de las 15:00 horas, entraron a la cerveceríaaludida y advirtieron que ahí estaba el prestamista OdilónValencia Rosas y otros amigos suyos. Estos pretendieron quedar biencon el magnate de los préstamos y comenzaron a molestar al hijodel boxeador Rodolfo “Chango” Casanova.

El muchacho fue a reclamar y el mismo Odilón le quitó uncuchillo que llevaba en la cintura y lo entregó al cantinero, paraque se lo devolviera cuando el joven Casanova se retirara.

Furioso porque el prestamista lo había desarmado “porsorpresa”, Rodolfo trató de atacarlo con ganchos y rectos a lamandíbula, pero Odilón y sus amigos se retiraron sin pronunciarpalabra.

Quizá se arrepintió el prestamista sobre su serena actitud yregresó a la cervecería, sólo para balacear por la espalda alhijo del boxeador. Apolinar Santos Martínez, encargado de lacervecería, desarmó al prestamista y llamó a la policía. Eljoven Casanova dijo algunas palabras para despedirse de su padre yde su novia. Obviamente en la comisaría, asesorado por penalistas,Odilón aseguró que “había sido atacado por diez pandilleros yno tuvo más remedio que sacar su pistola para defenderse”.

(En aquella época se anunciaba la pelea entre “KidAnáhuac” y Ricardo “Pajarito” Moreno, otro de los boxeadorescon problemas por el alcohol y el despilfarro de dinero. Perdió elzacatecano y anunció su retiro de los cuadriláteros).

Y no se consideró noticia por continuar, el sepelio del jovenCasanova y el caso perdió notoriedad con rapidez. No sabemos si elmagnate prestamista obtuvo pronto su libertad, a través de laconocida laguna legal denominada aún como “homicidio enriña”.

LA CINTA

En 1945, la turbulenta vida de Rodolfo Casanova inspiró alproductor Raúl de Anda para crear la que muchos consideran como lamejor película de ambiente urbano y de barrio bajo hecha por elcine mexicano, ‘‘Campeón sin corona’’, una de lascolaboraciones más exitosas de la mancuerna formada por eldirector Alejandro Galindo y el actor David Silva.

Con Antonio Padilla “Pícoro” como asesor técnico de boxeo,se filmó dicha cinta en blanco y negro, undécimo lugar dentro delas 100 mejores películas del cine mexicano. Actuaron tambiénAmanda del Llano, Carlos López Moctezuma, Fernando Soto“Mantequilla”, Nelly Montiel, Víctor Parra, Roberto Cañedo,Estanislao Schillinsky, Pedro “Mago” Septién y Ramiro Gamboa,entre otros artistas.

En la historia, Roberto “Kid” Terranova (David Silva) es unjoven nevero metido a boxeador gracias a sus tremendas facultades.Sus primeros triunfos lo convierten en el boxeador del momento yrápidamente comienza a ganar dinero, el cual derrocha a manosllenas.

26 de junio de 1934.- En un combate pactado a quince episodiosel popular boxeador mexicano dejó escapar la mejor oportunidad quele brindó la vida de conquistar un título mundial. El Foro deMontreal fue el escenario en el que los certeros golpes delpuertorriqueño Sixto Escobar encontraron pocos obstáculos paracastigar a Casanova.

Caricatura de la época respecto al encuentroCasanova-Zurita.

EN LA CASTEÑEDA DECÍAN QUE LO PERSEGUÍAN FANTASMAS

Su suerte cambia el día que enfrenta a “Joe Ronda” (VíctorParra, fino para el sarcasmo y las humillaciones en actuación), unboxeador norteamericano que despierta en Roberto un profundocomplejo de inferioridad.

Inspirada claramente en la vida del pugilista Rodolfo “ElChango” Casanova, la película es un retrato de la complejasociología del mexicano de la clase obrera, para quien el ascensoen la escala social es un sueño casi inalcanzable.

“Campeón sin Corona” perfila el que sería uno de losgrandes conflictos del México moderno: la lucha de la modernidadcontra la tradición, del pasado contra el futuro. Sin embargo,este mundo está vedado para él, porque significa la renunciadefinitiva a sus raíces populares. Al final Roberto“Terranova” deja de ser el “kid” para regresar a su vidacomo nevero.

El comentario de los estudiosos concluye con que “Campeón sinCorona” se ha convertido en una referencia obligada para elpúblico admirador de la época de oro del cine mexicano, ya que suvalor como película trasciende los límites estrictamentecinematográficos y se inserta en el ámbito más amplio de lacultura popular mexicana.

Efectivamente, pero ¿qué dejó para Rodolfo “El Chango”Casanova? Tal vez uno de los motivos que lo hicieron visitar variasveces “La Castañeda”, donde afirmaba que lo perseguían“fantasmas”.

Con su biografía robada con base en deleznables trucoslegaloides y con su condición física menoscabada por el vicio, elboxeador exigió una remuneración justa que jamás le concedieron,en cambio llegó a aceptar monedas que el público arrojaba alcuadrilátero.

Incluso, un general que posteriormente asesinó de cobardemanera a su presunto rival en amores (un taxista) brindóprotección a Casanova y le aisló en un cuartel, le exigiódiversos ejercicios y cero alcoholes, con lo que medio recuperófacultades para seguir peleando.

Pero la vida había cobrado alto precio por los desmanessociales de Casanova y jamás volvió a triunfar.

El ya desaparecido cronista Jorge Alarcón dijo un día:

“En una época en la que la televisión no existía, la radioestaba en pañales y los periódicos eran poco leídos, la fama quecon unas cuantas peleas adquirió Casanova comenzó a correr conrapidez sorprendente. Rodolfo subía al ring casi cada semana, parademoler uno a uno a todos sus rivales”.

Y el exboxeador Carlos Morales, amigo inseparable de “KidAzteca” (otro grande que se fue) dijo que Casanova vivía en laColonia Martín Carrera, cerca de La Villa de Guadalupe; comenzóganando 10 pesos por pelea.

Después la tarifa subió a 50 pesos; cuando combatió enestrella le daban 200 pesos.

Carlos Morales agregó que “antes que se le conociera aRodolfo como “El Chango” (apodo que le dieron por tener losbrazos muy largos) lo llamaron “El Nevero de La Lagunilla”,porque trabajó en un mercado que estuvo donde después seconstruyó el Deportivo Guelatao. En la nevería de don FranciscoOsorio, trabajaba como ayudante Rodolfo Casanova, batiendo losbotes con hielo y sal.

Rodolfo Casanova nació en la ciudad de León, Guanajuato, enjunio de 1915. Su padre, Rafael Casanova, fue enterrado por laRevolución al año siguiente. Jerónima Núñez, su madre, emigróa la capital y se instaló con sus hijos en las cercanías deTlatelolco. Apenas con dos años en la primaria, Rodolfo Casanovaabandonó el estudio y se puso a trabajar, para ayudar a suprogenitora.

Se dice que el exboxeador Manuel Canseco, quien trabajaba comochofer en la línea de autobuses Roma-Mérida, descubrió aCasanova como buen prospecto en el boxeo y lo recomendó con el“Tío” Torres. También se asegura que Carlos Casanova no pudoser un boxeador de éxito, pero su hermano Rodolfo sí, luego deincorporarse al grupo de peleadores amateurs de la línea deautobuses Santiago-Algarín, donde lo encontró el director de undiario deportivo y lo presentó posteriormente con el promotorJimmy Fitten.

Para 1933 nadie puede derrotar a Casanova “excepto el vicio,pues con frecuencia es llevado a las comisarías de la ciudad porsus escándalos en cantinas y cervecerías”, se informaba enaquella época. Un puertorriqueño lo noquea luego y llega lo peor:su hermosa novia lo deja, a pesar de que Casanova le habíaprometido matrimonio en cuanto retornara de Canadá, donde perdiófinalmente con Sixto Escobar.

El 15 de septiembre de 1934 derrotó a Juan Zurita y seconvirtió en campeón pluma.

Rodolfo “Chango” Casanova fue el ídolo de siempre. Fuecampeón nacional Pluma y Ligero. Seguía llenando las arenas... Enotra foto, con el mimo Mario Moreno.

TRISTE MUERTE EN ALBERGUE

A patir de 1938 comienzan las peleas perdidas en sucesión, y en1940 llega el boxeador a La Castañeda, donde para empezar eldirector del manicomio sostiene que “la mariguana no esdañina”.

En aquellos tiempos, el diarista Gilbert Torres escribe que“los huéspedes del manicomio de la ciudad de México nosolamente sufren las tinieblas cerebrales, no sólo son víctimasde su desequilibrio doloroso y crispante, sino que también de unapobreza desgarradora y de un abandono trágico, muy difícil deremediar”.

“En un recorrido por varios de los pabellones de LaCastañeda, inaugurada en 1905, manicomio construido con sujecióna técnicas desusadas y repudiadas actualmente -años cuarenta-, yque es terrible y desastroso, la visión es dantesca, apenas puedecreerse existente en pleno siglo XX, a ciencia y paciencia de lasautoridades que tienen a su cargo velar por la atención de losdébiles sociales que por unas u otras razones no pueden bastarse así mismos”.

En su relato, el diarista escribió que “los enfermos nopodían llevarse dignamente la alimentación suficiente a la bocaporque  carecían de cucharas. En los pabellones construídos para100 pacientes, se alojan 225”.

Allí estaban dos periodistas enfermos y dos exboxeadores,Rodolfo Casanova y Ramón Pinto; el primero dijo que no pensabavolver al ring, porque había perdido facultades y porque no podíadominarse cuando estaba libre y se entregaba a la bebida en formadesmedida.

“Hoy me encuentro en el pabellón de Agitados, porque el 15 deseptiembre me dieron permiso de salir y regresé en medio de granescándalo”.

Ramón Pinto ni siquiera podía hablar bien. El historiadorIgnacio B. del Castillo y su colega, José González, pasaban suvida en forma consciente durante muchas horas, incluso se suponíaque podrían salir en cuanto lo pidieran.

En cambio, había mujeres que se consideraban divinas, que sehallaban ahí para “salvar a la Humanidad”. Abundaban losenfermos que aseguraban estar sanos, aunque no podían retirarse“por las intrigas fraguadas en su contra por seres despreciablesque les iban a despojar de cuantiosas sumas”.

En ese ambiente pasó mucho tiempo Rodolfo “El Chango”Casanova, hasta que llegó una época en que se le dejó libre,porque demostró una extraña recuperación que le permitíatrabajar en una vulcanizadora del sur de la ciudad de México.

Conservaba como un tesoro una nostálgica nota periodística dellunes 5 de julio de 1948, amarillenta por el paso del tiempo(corría el año 1974 y trabajaba en Mixcoac), en que se mencionabaque “el miércoles definitivamente sería la sensacionalpresentación en Hermosillo, del formidable ídolo mexicano,Rodolfo Casanova, quien viene en una gira de peleas cortas porSonora, traído por el Zorro Chapo Romo; también vendrá elcampeón mundial gallo Memo Valero y El Cuyo Hernández”.

El alcohol vuelve a ejercer fascinación sobre el exboxeador yel lunes 24 de noviembre de 1980, olvidado por muchos, dejó deexistir a los 65 años de edad, Rodolfo Casanova, el más grandeídolo del boxeo mexicano. Murió tristemente en un albergue en laAvenida Doctor Vértiz.

Como segundo apellido se menciona Méndez y no Núñez. Elreportero Eduardo Rodríguez informa que un infarto al miocardio,según parte oficial, cortó la existencia de Casanova, en la Casade Protección Social No. 2 del DDF, donde se encontraba habitandodesde el 15 de septiembre de 1979, cuando gozó de una noche“libre” y fue recogido inconsciente en la Plaza Garibaldi. Elcuerpo se envió inicialmente a la Escuela de Medicina del IPN yfue rescatado por la Comisión de Box. Originario de Guanajuato,Rodolfo Casanova contaba al morir con 65 años de edad y su figurasería recordada como la más fantástica leyenda escrita dentro dela historia del boxeo mexicano, porque, aunque no teníainstrucción escolar, siempre fue noble y correcto, amén de que sehacía estimar por su sencillez. Su amigo Luis Rivera, chofer dedon Ernesto Peralta Uruchurtu, exregente de la Ciudad de México,lo ayudó mucho como otros, pero el exboxeador no se dejaba apoyarrealmente en su lucha contra el alcohol.

Casanova vio llegar tres títulos nacionales: el gallo, que ledisputó  y ganó a Baby Arizmendi; el pluma, al tapatío Juan Zurita y el ligero, al regiomontano Manuel Villa, dándose tiempopara darle un “repaso” al campeón nacional welter, LuisVillanueva, “Kid Azteca”, al que venció por decisión elsábado 16 de mayo de 1936 en la Arena Nacional, sin que fuera depor medio la corona.

El INDE declaró tres días de luto deportivo nacional. Unamultitud despidió a Rodolfo “El Chango” Casanova en elPanteón Guadalupe Mixcoac, Colonia Molino de Rosas, donde yareposaba para siempre doña Jerónima, progenitora del inolvidablenevero de La Lagunilla.

Fue boxeador ortodoxo y muy carismático, Rodolfo Casanovacombatió de 1932 a 1942. Se hizo de una carrera rápidamente, puesen pocos combates se situó como una estrella de los nocauts.

Escrito por LA PRENSA

Consulta hemerográfica:

LUIS FRANCISCO MACÍAS

Ya retirado del boxeo y por temporadas del alcohol, Rodolfo“El Chango” Casanova trabajaba en una vulcanizadora paraganarse la vida.

En 1956 visitó LA PRENSA para hacer público su agradecimientoal DDF por obsequiarle un juego de placas de ruleteo (taxista).

En 1955 Rodolfo Casanova subió al cuadrilatero y fue aclamadocomo siempre; sin embargo, cuando le aventaron monedas, dio graciasy luego las cedió como donativo a la Cruz Roja.

Su vida fue turbulenta. Con este aspecto descuidado se le podíaver cuando se entregaba al dios Baco.

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