Pese a los ríos de tinta que se escriben todos los días y los sendos discursos que se expresan en favor de la igualdad de género y la reivindicación de las causas femeninas, en los hechos siguen las malas noticias para las mujeres mexicanas.
Ahora tocó el turno a las mujeres que padecen cáncer de mama, con el anuncio de la Fundación de Cáncer de Mama, que a través de un comunicado, difundido el pasado 20 de febrero del presente, informó a sus pacientes y a la población en general la suspensión definitiva de sus labores.
FUCAM señaló que el convenio con el Seguro Popular que les permitía brindar atención integral de cáncer de mama de manera gratuita, se terminó el pasado 1 de enero de 2020 con la desaparición de dicho modelo de salud y la entrada en vigor del INSABI.
Informó que de entonces a la fecha, FUCAM agotó todos sus recursos en un esfuerzo por financiar estos tratamientos, con la esperanza de concretar un nuevo convenio, ahora, con el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI).
Sin embargo, FUCAM lamentó comunicar que pese a su experiencia de más de 20 años en la atención del cáncer de mama, a su empeño y todos los intentos, no logró concretar una alianza con el gobierno actual, lo cual los deja completamente imposibilitados para seguir brindando el servicio gratuito a la población más desprotegida.
Por lo anterior, FUCAM anunció que se ve obligada a frenar la gratuidad de los servicios, por lo que las pacientes con clasificación del Seguro Popular deberán continuar su tratamiento en instituciones del sector salud como: Instituto Nacional de Cancerología, Hospital Juárez y Hospital General de México, mientras que FUCAM continuará prestando sus servicios con cuotas que apoyen la condición socioeconómica, sobre todo de las pacientes que menos tienen.
El cierre de esta alternativa médica para el tratamiento del cáncer de mama, que dio resultados favorables a muchas mujeres, es muy lamentable, sobre todo ante el creciente y acelerado deterioro que registran actualmente los servicios de salud públicos, la escases de medicamentos e insumos y la cada vez mayor demanda de pacientes, para la cual no se dan abasto.
El que no crea esto que vaya a cualquier clínica u hospital, al que quiera, de cualquier parte de la ciudad de México, de la zona metropolitana o del interior del país. La escena es la misma: pacientes hacinados en salas de urgencias, en camillas, en sillas, esperando se libere una cama en hospitalización. Pacientes que recorren una y otra farmacia en busca de sus medicinas, pacientes que bloquean calles para defender su derecho a la salud.