OPINIÓN
Es increíble que no reaccionen a tiempo las autoridades sanitarias, ahora la nueva cepa del Covid-19 ya llegó a México, y fue precisamente un extranjero procedente de otro país, a quien se lo detectaron.Tal y como lo había comentado en este mismo espacio, sigue sin reaccionar en forma efectiva este gobierno ante el avance destructivo de esta pandemia.
Desde que se conoció la noticia de esta nueva cepa de coronavirus en Inglaterra, varios países del mundo tomaron previsiones en sus aeropuertos y fronteras. Y así, Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Austria, Irlanda, Bulgaria y Portugal, entre otros, anunciaron restricciones a Reino Unido, mientras que México decidió mantener abierto todo.
Hasta el momento, desconocemos si este es el primer caso, lo cual lo dudo, seguramente ya hay muchos portadores de esta cepa, mientras nuestras autoridades no aplican suficientes pruebas, dejan abiertas nuestras fronteras y “dicen que hacen, sin hacer”.
De acuerdo a datos del INEGI, en noviembre del 2020, entraron al país dos millones 90 mil 528 turistas internacionales, a quienes se les aplicaron las más elementales medidas sanitarias.Si nos enteramos de la nueva cepa de coronavirus fue porque la empresa del extranjero le exigió una prueba, de lo contrario ni nos habríamos enterado. Así las cosas en nuestro país.
La situación no está nada fácil en México. Estamos hablando, según el reporte del pasado domingo, de un millón 534 mil personas que se han contagiado y 133 mil 706 que han fallecido por Covid-19.
Los últimos días han sido una “pesadilla”, se han registrado el mayor número de contagios desde que inició la pandemia, y la ocupación hospitalaria supera el 80% de su capacidad en la Ciudad de México, Estado de México y Nuevo León. No solo hay afectaciones a la salud de los mexicanos, sino también a su bienestar.
No hay suficientes apoyos económicos para apoyar a las pequeñas empresas, negocios, restaurantes, desempleados. Lo vuelvo a repetir: la pandemia debería ser la prioridad número uno, es muy preocupante que los hospitales del Valle de México estén saturados; cientos de enfermeras y doctores están agotados, mientras otros se mantienen a la defensiva, se dan el lujo de vacacionar y no operan de acuerdo a sus responsabilidades.
Las vacunas representan hoy en día la única opción para salir adelante, pero persiste el desorden en la aplicación de las pocas que hay y no hay apoyos suficientes para los más vulnerables.
No nos queda de otra, hay que cuidarnos a nosotros mismos, mantenernos en alerta y no confiarnos.