Han sido días dramáticos en nuestro México lindo y querido, con el debate público por la aprobación de la Reforma Judicial en el Congreso de la Unión, el Poder Legislativo. Que sí se acabó la democracia, que ahora si ya somos Venezuela, o que ahora si empieza la verdadera dictadura.
Pero vayamos por partes. Hace ya varios años bauticé en este mismo espacio de Poder Ciudadano, lo que hasta la fecha llamo yo la oposición longaniza. Este deshecho de la clase política, que pega el grito en el cielo, simplemente porque ellos ya no están en el poder.
Hasta hace menos de una década, esta oposición longaniza hizo exactamente lo que ahora Morena aplicó: la mayoría legislativa. En aquel entonces fue con el debate de la Reforma energética, donde justamente ahora se invirtieron los roles entre ganadores y perdedores.
Andrés Manuel en el hospital en aquel entonces (había sufrido un infarto) mandó a sus huestes del naciente Morena, para protestar por lo que afirmaron era un robo a la Nación. Hubo en ese 2015, un Diputado, después Senador, del desaparecido PRD y medio hermano de un gobernador, que se encueró literalmente en la improvisada tribuna, justificando su acción porque demostraba así, literalmente, el despojo al Pueblo de México.
No pasó nada, una alianza PRI PAN con algunos otros votos que aprobaron la Reforma, y fue todo. Ni nos convertimos en patio trasero de Estados Unidos, ni tampoco fuimos rehén de los españoles, ni nada que se le parezca. Fotos del entonces Diputado y ahora Senador Ricardo Anaya, alías, Ricky Riquín Canallín sonriendo efusivamente, haciéndole la chamba a Mr. Copete.
Poco antes de eso, el mal llamado Pacto por México, que sometía al PAN y PRD a las decisiones del priista Enrique Peña Nieto, que lo único que ocasionó, fue la fractura de la izquierda, generando el nacimiento del Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA.
Nadie imaginaría en ese entonces, que en muy poco tiempo se invertirían los papeles, y sería justamente el propio López Obrador, Presidente de la República, por las pésimas decisiones, cubiertas de corrupción, que siguieron saqueando el erario mexicano.
Tus impuestos, mis impuestos, servían para que se sirviera con la cuchara grande, el gabinete más corrupto en este siglo, que te cobraban por lo menos 5 veces el valor de todo lo que se compraba o alquilaba, para clavarse la lana. Ya nadie se acuerda de eso.
O que nuestros impuestos también se ocupaban, para contratar damas de compañía, bailarinas de streap, que alegraran las plenarias del PAN y del PRI. Todo documentado en videos que el fuego amigo se encargó de viralizar. Ya nadie se acuerda de eso.
Entonces ¿de qué se queja la oposición longaniza? No les bastó esa corrupción para corregirse, para seguir cobrando diezmo por aprobar presupuestos, que taparon la peor generación de gobernadores que tuvo este país, varios de ellos ya en la cárcel, sino que acrecentaron su agandalle interno, colocando personajes nefastos como Marko Cortés o el mentado Alito, para que el último que saliera apagara la luz.
Esta oposición longaniza es la verdadera responsable, que se haya aporbado esta Reforma Judicial, por hacernos perder a la ciudadanía, la mínima confianza que había aún en algunos de ellos. Entonces, no se quejen.