/ lunes 22 de julio de 2024

Paz y Reconciliación | El Papa, la Paz y las Olimpiadas

Los Juegos Olímpicos y Paraolímpicos son una oportunidad para la Paz, son una ocasión para “superar las diferencias y las oposiciones”, una ocasión «para derribar prejuicios, para promover la estima donde hay desprecio y desconfianza, y la amistad donde hay odio", dice el Papa Francisco en una carta a Laurent Ulrich, arzobispo de París.

El Papa expresa tener grandes esperanzas y grandes expectativas para los Juegos Olímpicos de París: Unos Juegos que "por su propia naturaleza, son portadores de paz, no de guerra", en esta magna fiesta deportiva que inicia el 26 de julio y termina el 11 de agosto.

Una sabia tradición, la de la tregua, instituida en el mundo antiguo y que es urgente en esta época herida por los conflictos: «En estos tiempos difíciles, en los que la paz en el mundo está seriamente amenazada, deseo fervientemente que todos respeten esta tregua con la esperanza de resolver los conflictos y restablecer la concordia», dice Francisco.

"Que Dios se apiade de nosotros - escribe en el mensaje al arzobispo Ulrich- que ilumine las conciencias de los gobernantes sobre las graves responsabilidades que les incumben, que conceda a los pacificadores el éxito en sus esfuerzos y que los bendiga".

El líder de los católicos en el mundo comenta que el deporte es un lenguaje universal que trasciende fronteras, lenguas, razas, nacionalidades y religiones; tiene la capacidad de unir a las personas, de favorecer el diálogo y la aceptación mutua; estimula el desarrollo del espíritu humano; anima a las personas a superarse a sí mismas, fomenta el espíritu de sacrificio y favorece la lealtad en las relaciones interpersonales; anima a las personas a reconocer sus propios límites y el valor de los demás.

Los Juegos Olímpicos pueden ser realmente "un lugar excepcional de encuentro entre los pueblos, incluso los más hostiles", dice Francisco, mirando el conocido logotipo con los cinco anillos entrelazados que, escribe, representan el "espíritu de fraternidad" que debe caracterizar el acontecimiento olímpico y la competición deportiva en general.

Por último, el Papa Francisco expresa el deseo de "que los Juegos Olímpicos de París sean una ocasión ineludible para que todos los que vienen de todo el mundo se descubran y aprecien mutuamente, rompan prejuicios, promuevan la estima donde hay desprecio y desconfianza, y la amistad donde hay odio".


La Violencia es inútil en política: Broglio.

Sobre el atentado que sufrió Donald Trump, la semana pasada, la Iglesia católica estadounidense condenó el ataque. “Junto con mis hermanos obispos, condenamos la violencia política y ofrecemos nuestras oraciones por el presidente Trump y por aquellos que han sido asesinados o heridos”, escribió el arzobispo Timothy P. Broglio.

El presidente de la Conferencia Episcopal agregó: "También oramos por nuestro país y por el fin de la violencia política, que nunca es una solución a los desacuerdos políticos". Broglio expresó que “Estados Unidos puede hacerlo mucho mejor. No hay ninguna buena razón para recurrir a la violencia para resolver cuestiones políticas”, e invitó a resolver los conflictos con "alternativas no violentas y eficaces: diálogo, votación, protestas pacíficas". La violencia, observó, sólo acaba cobrándose "víctimas inocentes" y socavando "el orden y el Estado de derecho".


Los Juegos Olímpicos y Paraolímpicos son una oportunidad para la Paz, son una ocasión para “superar las diferencias y las oposiciones”, una ocasión «para derribar prejuicios, para promover la estima donde hay desprecio y desconfianza, y la amistad donde hay odio", dice el Papa Francisco en una carta a Laurent Ulrich, arzobispo de París.

El Papa expresa tener grandes esperanzas y grandes expectativas para los Juegos Olímpicos de París: Unos Juegos que "por su propia naturaleza, son portadores de paz, no de guerra", en esta magna fiesta deportiva que inicia el 26 de julio y termina el 11 de agosto.

Una sabia tradición, la de la tregua, instituida en el mundo antiguo y que es urgente en esta época herida por los conflictos: «En estos tiempos difíciles, en los que la paz en el mundo está seriamente amenazada, deseo fervientemente que todos respeten esta tregua con la esperanza de resolver los conflictos y restablecer la concordia», dice Francisco.

"Que Dios se apiade de nosotros - escribe en el mensaje al arzobispo Ulrich- que ilumine las conciencias de los gobernantes sobre las graves responsabilidades que les incumben, que conceda a los pacificadores el éxito en sus esfuerzos y que los bendiga".

El líder de los católicos en el mundo comenta que el deporte es un lenguaje universal que trasciende fronteras, lenguas, razas, nacionalidades y religiones; tiene la capacidad de unir a las personas, de favorecer el diálogo y la aceptación mutua; estimula el desarrollo del espíritu humano; anima a las personas a superarse a sí mismas, fomenta el espíritu de sacrificio y favorece la lealtad en las relaciones interpersonales; anima a las personas a reconocer sus propios límites y el valor de los demás.

Los Juegos Olímpicos pueden ser realmente "un lugar excepcional de encuentro entre los pueblos, incluso los más hostiles", dice Francisco, mirando el conocido logotipo con los cinco anillos entrelazados que, escribe, representan el "espíritu de fraternidad" que debe caracterizar el acontecimiento olímpico y la competición deportiva en general.

Por último, el Papa Francisco expresa el deseo de "que los Juegos Olímpicos de París sean una ocasión ineludible para que todos los que vienen de todo el mundo se descubran y aprecien mutuamente, rompan prejuicios, promuevan la estima donde hay desprecio y desconfianza, y la amistad donde hay odio".


La Violencia es inútil en política: Broglio.

Sobre el atentado que sufrió Donald Trump, la semana pasada, la Iglesia católica estadounidense condenó el ataque. “Junto con mis hermanos obispos, condenamos la violencia política y ofrecemos nuestras oraciones por el presidente Trump y por aquellos que han sido asesinados o heridos”, escribió el arzobispo Timothy P. Broglio.

El presidente de la Conferencia Episcopal agregó: "También oramos por nuestro país y por el fin de la violencia política, que nunca es una solución a los desacuerdos políticos". Broglio expresó que “Estados Unidos puede hacerlo mucho mejor. No hay ninguna buena razón para recurrir a la violencia para resolver cuestiones políticas”, e invitó a resolver los conflictos con "alternativas no violentas y eficaces: diálogo, votación, protestas pacíficas". La violencia, observó, sólo acaba cobrándose "víctimas inocentes" y socavando "el orden y el Estado de derecho".