/ martes 17 de enero de 2023

OPINIÓN SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS | Identificar la Trata, para salvar vidas

Pueden salvarse vidas si se fortalece la identificación de escenarios donde se presenta la Trata de Personas y otros delitos relacionados.

En ese contexto, el Programa Nacional para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos 2022-2024, plantea la necesidad de estrategias integrales que permitan visibilizar en toda su dimensión estas conductas delictivas.

El texto reconoce que no se ha logrado una adecuada identificación, investigación y sanción del fenómeno delictivo, lo que provoca sentencias por Trata de Personas contra quienes cometieron otros delitos relacionados.

En la captación de víctimas, los tratantes emplean dinámicas de enamoramiento, ofertas de falsos empleos, aprovechamiento de vínculos familiares, corrupción de menores o privación ilegal de la libertad.

En algunas entidades del occidente del país se ha relacionado la desaparición, principalmente de mujeres, con explotación sexual, mientras que familiares de personas migrantes han reportado extorsiones y secuestros.

Infundir temor es una de las estrategias principales para someter a las víctimas, ya sea a través de la amenaza de daño personal o a familiares, la retención de documentos personales, el rapto de sus hijas o hijos.

Empoderar a las víctimas, garantizarles seguridad personal y jurídica en el proceso de denuncia, así como proporcionar a testigos herramientas para la identificación del delito son factores centrales para combatir la Trata y en los cuales enfatiza el Programa 22-24.

Los reportes de todo el país y del extranjero a la Línea y Chat Nacional contra la Trata de Personas (LNCTP), 800 5533 000, que opera el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México —de manera gratuita, confidencial y 24/7—, indican que los grupos más vulnerables son mujeres y menores de edad, y las modalidades en las que son victimizadas son prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, trabajo o servicios forzosos y explotación laboral.

El conocimiento es fundamental. Testigos en ocasiones no identifican que detrás de un menor de edad que pide dinero en la calle, que vende dulces en el transporte público o carga bultos en un mercado está una conducta calificada como mendicidad forzosa o explotación laboral.

Víctimas directas no llegan a asumirse como tal, al creer que la situación de explotación sexual será momentánea y solo por el tiempo en el que su pareja sale de una supuesta dificultad económica, o soportan por necesidad jornadas laborales sin horarios y una paga ínfima.

La participación de la ciudadanía se vuelve fundamental ante la posibilidad de identificar esas situaciones y sitios donde se registra el delito. Un reporte a tiempo puede salvar una vida.

Salvador Guerrero Chiprés

@guerrerochipres

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