/ martes 9 de julio de 2024

OPINIÓN POR VICENTE GUTIÉRREZ CAMPOSECO | Protección civil acertada

La Protección Civil es un concepto amplio que enumera un conjunto de medidas y estrategias destinadas a garantizar la seguridad y el bienestar de la población en situaciones de emergencia o desastre. Estos escenarios pueden variar desde desastres naturales como huracanes, terremotos, inundaciones o incendios forestales hasta emergencias causadas por el ser humano, como accidentes químicos o industriales, entre otros. La seguridad ciudadana es una preocupación central en cualquier entorno del país. La prevención de accidentes y la protección de la salud de los mexicanos son fundamentales para el bienestar social. Sin embargo, en esta búsqueda incesante de seguridad, a menudo se pasa por alto el responsable y enorme trabajo de la Coordinación Nacional de Protección Civil.

Ante la presencia del huracán Beryl, categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, que se desarrolló en el Océano Atlántico con trayectoria hacia las costas de la Península de Yucatán, la Secretaría de Marina (SEMAR), la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) realizaron un trabajo coordinado e hicieron un llamado a las autoridades de los tres órdenes de gobierno y la población en general para extremar precauciones y se mantuviesen informados, con el fin de salvaguardar la vida.

Este programa logro establecer los objetivos, estrategias, metas y acciones que permitieron un enfoque de colaboración y articulación con los gobiernos estatales, municipales y de las alcaldías, con base en la amplia participación de la sociedad. El programa apegado a instrumentos internacionales tales como el Marco de Sendai para la Reducción de Riesgos de Desastres, cuyo propósito primordial consiste en fortalecer las acciones de prevención frente a la aparición riesgos o desastres naturales y reducir los existentes, mediante la implementación de medidas de carácter integral e incluyente de índole económica, estructural, jurídica, social, sanitaria, cultural, educativa, ambiental, tecnológica, política e institucional que prevengan y reduzcan el grado de exposición de la población a las amenazas y la vulnerabilidad ante los desastres, mejorar la preparación para la respuesta y recuperación, así como reforzar la resiliencia de las personas afectadas y las comunidades.

En México, la temporada de huracanes comienza en el mes de mayo en el océano Pacífico, mientras que, en el océano Atlántico es en junio. Para ambos océanos la actividad concluye a finales de noviembre. Por tanto, una planificación adecuada y la preparación exhaustivas son vitales para reducir los riesgos, prevenir accidentes y mantener seguros a los mexicanos. De reconocer pues, el gran trabajo de prevención realizado por la coordinación de protección civil ante la llegada de huracanes…ahora sí, se pusieron las pilas y evitaron tragedias.


La Protección Civil es un concepto amplio que enumera un conjunto de medidas y estrategias destinadas a garantizar la seguridad y el bienestar de la población en situaciones de emergencia o desastre. Estos escenarios pueden variar desde desastres naturales como huracanes, terremotos, inundaciones o incendios forestales hasta emergencias causadas por el ser humano, como accidentes químicos o industriales, entre otros. La seguridad ciudadana es una preocupación central en cualquier entorno del país. La prevención de accidentes y la protección de la salud de los mexicanos son fundamentales para el bienestar social. Sin embargo, en esta búsqueda incesante de seguridad, a menudo se pasa por alto el responsable y enorme trabajo de la Coordinación Nacional de Protección Civil.

Ante la presencia del huracán Beryl, categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, que se desarrolló en el Océano Atlántico con trayectoria hacia las costas de la Península de Yucatán, la Secretaría de Marina (SEMAR), la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) realizaron un trabajo coordinado e hicieron un llamado a las autoridades de los tres órdenes de gobierno y la población en general para extremar precauciones y se mantuviesen informados, con el fin de salvaguardar la vida.

Este programa logro establecer los objetivos, estrategias, metas y acciones que permitieron un enfoque de colaboración y articulación con los gobiernos estatales, municipales y de las alcaldías, con base en la amplia participación de la sociedad. El programa apegado a instrumentos internacionales tales como el Marco de Sendai para la Reducción de Riesgos de Desastres, cuyo propósito primordial consiste en fortalecer las acciones de prevención frente a la aparición riesgos o desastres naturales y reducir los existentes, mediante la implementación de medidas de carácter integral e incluyente de índole económica, estructural, jurídica, social, sanitaria, cultural, educativa, ambiental, tecnológica, política e institucional que prevengan y reduzcan el grado de exposición de la población a las amenazas y la vulnerabilidad ante los desastres, mejorar la preparación para la respuesta y recuperación, así como reforzar la resiliencia de las personas afectadas y las comunidades.

En México, la temporada de huracanes comienza en el mes de mayo en el océano Pacífico, mientras que, en el océano Atlántico es en junio. Para ambos océanos la actividad concluye a finales de noviembre. Por tanto, una planificación adecuada y la preparación exhaustivas son vitales para reducir los riesgos, prevenir accidentes y mantener seguros a los mexicanos. De reconocer pues, el gran trabajo de prevención realizado por la coordinación de protección civil ante la llegada de huracanes…ahora sí, se pusieron las pilas y evitaron tragedias.


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