En México, los mexicanos anhelamos desde hace décadas un gobierno integro, incluyente y democrático como sistema político perdurable, ya que por este medio se tiene como principal concepto el compromiso social que une al pueblo para que en base a ello puedan regir para todos al país y que todos los ciudadanos tengan el derecho de contribuir y participar en la vida política, y así, expresar sus necesidades al Estado. Es vital pues que, la primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo marque un estilo propio en su proyecto de nación, en donde seamos los mexicanos verdaderamente favorecidos con políticas publicas adecuadas, sin impunidad, combatiendo la corrupción y sin privilegios para unos cuantos. Un gobierno pues para todos, en el que, sí le va bien a ella, nos va bien a todos.
Los ciudadanos exigimos respeto y se atiendan las necesidades de todos los mexicanos, de lo deseable lo posible, esperando se abran las puertas al pueblo para que participe, por medio de lo que dicte la mayoría, de manera transparente y sin sesgos politiqueros y, con su ayuda mantener en estabilidad a la nación. Es entonces que se deben privilegiar los principales valores, la libertad e igualdad, que todos los ciudadanos y gobernantes debemos compartir para mejorar la situación del país y de esta forma, trabajar unidos para engrandecer a nuestra patria.
Sabemos que los retos que enfrentara la doctora Sheinbaum son muchos y, algunos muy añejos. La oleada de criticas que deja el gobierno saliente de cuarta respecto a temas tan sensibles como es el pésimo manejo de la seguridad, donde los índices de violencia política y social crecieron. Este será uno de los principales retos que enfrentará la primera presidenta de México. Debo añadir que, en la actualidad México es uno de los países más violentos del mundo y que al año se registran más de 30.000 asesinatos. Sin duda, será el desafío más importante de la nueva administración, a partir del 1 de octubre.
Aristóteles en su libro La Política, centra la función del gobernador como el principal causante de que llegue a su fin un buen gobierno o prevalezca y se desarrolle, es entonces que podemos definir que el desarrollo de un país depende de la administración de un buen gobernante y en México, como se ha visto en las últimas décadas, no se ha reconocido un buen funcionamiento por parte del Estado. Los mexicanos necesitamos urgentemente cancelar la inseguridad, la corrupción y la impunidad para que prevalezca la democracia.