/ martes 25 de junio de 2024

OPINIÓN POR VICENTE GUTIERREZ CAMPOSECO | Economía mexicana se debe expandir

Las obligaciones que ha contraído el Estado mexicano a raíz del T-MEC, tiene un impacto profundo y transversal, es decir, prácticamente cualquier acción u omisión de México en materia económica podría impactar en alguna obligación del tratado. Lo que constituye un reto trascendental para nuestro país y para quién será titular de la secretaria de Economía. Sin duda alguna, la designación de Marcelo Ebrard Casaubon manda un claro mensaje respecto al nuevo rumbo económico nacional, ya que, su prioridad será fortalecer el ambiente de negocios en México que, requiere necesariamente del fortalecimiento del estado de derecho, eso es fundamental para continuar siendo atractivos para inversión extranjera, el más grande reto que trae consigo el tratado.

El gobierno mexicano acumula ya varias omisiones previo a la entrada en vigor del T-MEC: no se ha realizado la implementación de protocolos de autoevaluación para las empresas, para saber si cumplen o no con la normatividad laboral; no existen mecanismos de difusión y capacitación del nuevo andamiaje legal; no existen códigos de conducta ni una certificación laboral que garantice el cumplimiento de toda normativa laboral. También preocupa, por dar algunos ejemplos, que no se tengan contempladas reformas para implementar el capítulo anticorrupción o reformas para el capítulo de contrataciones públicas, ni una postura solida sobre los productos desarrollados utilizando biotecnología ya también alistan demandas al respecto.

Así pues, la agenda comercial de México para el 2025 incluye una lista de pendientes difíciles de resolver al inicio de la nueva administración federal, como negociaciones de tratados aún sin aprobar, y diferencias con los principales países socios. A la par, siguen pendientes dos casos a los cuales se apuesta por una solución por la vía del diálogo, contra la política energética mexicana, considerada discriminatoria para empresas estadounidenses y canadienses, así como la acusación de falta de protección a la vaquita marina y a la totoaba.

En el contexto de la guerra comercial entre las dos potencias y el aumento de aranceles entre ambas, en 2019, por primera vez, México superó a China en comercio con Estados Unidos, pues alcanzó un intercambio comercial histórico de 614 mil millones de dólares. Esta situación, sin embargo, no es sostenible para México en el largo plazo, ante la ausencia de una estrategia para diversificar sus relaciones comerciales con China y otros mercados. Los beneficios en el corto plazo de la guerra comercial Estados Unidos-China pueden culminar de manera abrupta y México puede enfrentar de nuevo una situación de vulnerabilidad y dependencia extrema del mercado estadounidense.

La expansión de la economía mexicana debe ser una prioridad para fomenta la competencia con otras empresas. La inversión extranjera directa podría incrementar la capacidad productiva de diferentes sectores en México e impulsar sus exportaciones, lo que podría impactar de manera positiva.


Las obligaciones que ha contraído el Estado mexicano a raíz del T-MEC, tiene un impacto profundo y transversal, es decir, prácticamente cualquier acción u omisión de México en materia económica podría impactar en alguna obligación del tratado. Lo que constituye un reto trascendental para nuestro país y para quién será titular de la secretaria de Economía. Sin duda alguna, la designación de Marcelo Ebrard Casaubon manda un claro mensaje respecto al nuevo rumbo económico nacional, ya que, su prioridad será fortalecer el ambiente de negocios en México que, requiere necesariamente del fortalecimiento del estado de derecho, eso es fundamental para continuar siendo atractivos para inversión extranjera, el más grande reto que trae consigo el tratado.

El gobierno mexicano acumula ya varias omisiones previo a la entrada en vigor del T-MEC: no se ha realizado la implementación de protocolos de autoevaluación para las empresas, para saber si cumplen o no con la normatividad laboral; no existen mecanismos de difusión y capacitación del nuevo andamiaje legal; no existen códigos de conducta ni una certificación laboral que garantice el cumplimiento de toda normativa laboral. También preocupa, por dar algunos ejemplos, que no se tengan contempladas reformas para implementar el capítulo anticorrupción o reformas para el capítulo de contrataciones públicas, ni una postura solida sobre los productos desarrollados utilizando biotecnología ya también alistan demandas al respecto.

Así pues, la agenda comercial de México para el 2025 incluye una lista de pendientes difíciles de resolver al inicio de la nueva administración federal, como negociaciones de tratados aún sin aprobar, y diferencias con los principales países socios. A la par, siguen pendientes dos casos a los cuales se apuesta por una solución por la vía del diálogo, contra la política energética mexicana, considerada discriminatoria para empresas estadounidenses y canadienses, así como la acusación de falta de protección a la vaquita marina y a la totoaba.

En el contexto de la guerra comercial entre las dos potencias y el aumento de aranceles entre ambas, en 2019, por primera vez, México superó a China en comercio con Estados Unidos, pues alcanzó un intercambio comercial histórico de 614 mil millones de dólares. Esta situación, sin embargo, no es sostenible para México en el largo plazo, ante la ausencia de una estrategia para diversificar sus relaciones comerciales con China y otros mercados. Los beneficios en el corto plazo de la guerra comercial Estados Unidos-China pueden culminar de manera abrupta y México puede enfrentar de nuevo una situación de vulnerabilidad y dependencia extrema del mercado estadounidense.

La expansión de la economía mexicana debe ser una prioridad para fomenta la competencia con otras empresas. La inversión extranjera directa podría incrementar la capacidad productiva de diferentes sectores en México e impulsar sus exportaciones, lo que podría impactar de manera positiva.