/ sábado 1 de junio de 2024

OPINIÓN POR FERNANDO SCHÜTTE ELGUERO | ¿Vive usted con miedo?

Durante el sexenio del presidente López Obrador, sufrimos un mayor deterioro en materia de inseguridad pública a pesar de su realidad paralela, los mexicanos, nos sentimos profundamente inseguros.

Cuando Ernesto Zedillo Ponce de León fue presidente de México, específicamente en 1996, inicié una campaña llamada “Listón Blanco” a raíz de un evento en el que mi familia y yo fuimos víctimas de la delincuencia, todo ello derivó en un par de marchas una de ella increíblemente encabezada por el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, quien era Jefe de Gobierno de en ese entonces Distrito Federal. En 1998 secuestran y asesinan al hijo de Josefina Ricaño y se funda México Unido Contra la Delincuencia, cuyo logotipo era precisamente el “Listón Blanco”, Zedillo convoca a la ciudadanía y a miembros de su gobierno, para crear un gabinete de seguridad, mismo que convocaba a la ciudadanía a participar con las autoridades para crear una “Cruzada Nacional contra el Crimen y la Delincuencia”, que derivó en “Sistema Nacional de Seguridad Pública”, esto generó registros delincuenciales, en donde se pudiera medir el tamaño del fenómeno y lo de siempre, luchar en contra de la impunidad y aplicar penas más severas, mayor capacidad de policías y ministerios públicos, nada que no sigamos necesitando.

Años después siendo presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, participamos en la organización de la llamada “Marcha Blanca” el 27 de Junio del 2004, siendo presidente Vicente Fox Quezada, quien trató a toda costa de evadir su responsabilidad, en esa época fui amenazado de muerte, balearon mi oficina, el gobierno me envió auditorías fiscales y dio prebendas a algunos grupos que participaron en la marcha para dividir al grupo, que se convirtió en subgrupos, de los cuales varios se dedicaban a vender a los gobiernos estudios millonarios mediante los cuales avalaban su actuación ante los medios de comunicación y ante la ciudadanía. Al final, no pasó nada, no se avanzó y la inseguridad siguió creciendo. Llegó Calderón y su “Guerra contra el Narcotráfico” organizando matanzas que provenían de grupos gubernamentales, para que los narcos pensaran que habían sido sus competidores territoriales, quienes habían masacrado a sus huestes y así empezaron a matarse entre ellos, pero crecerían grupos más pequeños dedicados a otras actividades delincuenciales, que ya existían pero no en la magnitud que hoy tienen, como ejemplo el derecho de piso, el secuestro y la extorsión; la trata de blancas, el tráfico de órganos, la explotación de los migrantes y la organización de la migración ilegal hacia los Estados Unidos de Norteamérica. Más inteligencia y menos balas, fase que acuñé y que tomó el presidente Peña Nieto quien se dedicó a administrar el problema en lugar de combatirlo, me tocó participar en ese gobierno y ser testigo de las corruptelas de altos funcionarios que, en detrimento de la seguridad pública, algunos de ellos optaron por obtener recursos ilícitos de las compras de equipo de todo tipo, además de simular cínicamente la capacitación de policías, ministerios públicos y jueces.

AMLO, llega con la frase por demás absurda de “Abrazos y no balazos”, con una política social que pretendía atender las causas, la idea era buena, pero jamás se hizo de manera integral, se dio dinero a los jóvenes, pero no se les educó, no se les inculcaron valores, debido a que los grupos de la “sociedad civil” se habían corrompido, hizo a un lado a la ciudadanía para que coadyuvara con la atención al fenómeno de la inseguridad y este creció en muchos aspectos, salvo en secuestro. Sin embargo, hoy tenemos un México secuestrado por el hampa, además de los impuestos gubernamentales, los negocios, empresas y personas, pagan impuestos a los grupos delictivos, un impuesto adicional es todo los que la sociedad tiene que gastar en protegerse, mallas, concertinas, cámaras, alarmas, etc.

Fox creo una gran expectativa, sobre todo en las clases medias y fracasó en el tema que más preocupa a la sociedad, la seguridad. AMLO, también generó la expectativa de terminar con la corrupción, la impunidad y las prebendas que hacen que la inseguridad se desarrolle exponencialmente, pero fracasó. Ahora la presidente de México, tendrá que enfrentar a grupos delincuenciales mejor estructurados y con mayores recursos, en armamento, en dinero y en organización, sin embargo la receta sigue siendo la misma, mejores policías, orden en todos los sentidos, modificar, crecer y mejorar el sistema de justicia, penas severas para los ministerios públicos que no cumplan con su obligación, pero además con honestidad. No falsear la información para poder atender la problemática real. Un gobierno estricto que no permita que los infractores en cuestiones cotidianas, se conviertan en delincuentes a posteriori debido a la impunidad. México se ha convertido en un país muy desordenado y o ponemos oredn sobre el caos, o seguiremos viviendo con miedo.

@FSchutte

Durante el sexenio del presidente López Obrador, sufrimos un mayor deterioro en materia de inseguridad pública a pesar de su realidad paralela, los mexicanos, nos sentimos profundamente inseguros.

Cuando Ernesto Zedillo Ponce de León fue presidente de México, específicamente en 1996, inicié una campaña llamada “Listón Blanco” a raíz de un evento en el que mi familia y yo fuimos víctimas de la delincuencia, todo ello derivó en un par de marchas una de ella increíblemente encabezada por el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, quien era Jefe de Gobierno de en ese entonces Distrito Federal. En 1998 secuestran y asesinan al hijo de Josefina Ricaño y se funda México Unido Contra la Delincuencia, cuyo logotipo era precisamente el “Listón Blanco”, Zedillo convoca a la ciudadanía y a miembros de su gobierno, para crear un gabinete de seguridad, mismo que convocaba a la ciudadanía a participar con las autoridades para crear una “Cruzada Nacional contra el Crimen y la Delincuencia”, que derivó en “Sistema Nacional de Seguridad Pública”, esto generó registros delincuenciales, en donde se pudiera medir el tamaño del fenómeno y lo de siempre, luchar en contra de la impunidad y aplicar penas más severas, mayor capacidad de policías y ministerios públicos, nada que no sigamos necesitando.

Años después siendo presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, participamos en la organización de la llamada “Marcha Blanca” el 27 de Junio del 2004, siendo presidente Vicente Fox Quezada, quien trató a toda costa de evadir su responsabilidad, en esa época fui amenazado de muerte, balearon mi oficina, el gobierno me envió auditorías fiscales y dio prebendas a algunos grupos que participaron en la marcha para dividir al grupo, que se convirtió en subgrupos, de los cuales varios se dedicaban a vender a los gobiernos estudios millonarios mediante los cuales avalaban su actuación ante los medios de comunicación y ante la ciudadanía. Al final, no pasó nada, no se avanzó y la inseguridad siguió creciendo. Llegó Calderón y su “Guerra contra el Narcotráfico” organizando matanzas que provenían de grupos gubernamentales, para que los narcos pensaran que habían sido sus competidores territoriales, quienes habían masacrado a sus huestes y así empezaron a matarse entre ellos, pero crecerían grupos más pequeños dedicados a otras actividades delincuenciales, que ya existían pero no en la magnitud que hoy tienen, como ejemplo el derecho de piso, el secuestro y la extorsión; la trata de blancas, el tráfico de órganos, la explotación de los migrantes y la organización de la migración ilegal hacia los Estados Unidos de Norteamérica. Más inteligencia y menos balas, fase que acuñé y que tomó el presidente Peña Nieto quien se dedicó a administrar el problema en lugar de combatirlo, me tocó participar en ese gobierno y ser testigo de las corruptelas de altos funcionarios que, en detrimento de la seguridad pública, algunos de ellos optaron por obtener recursos ilícitos de las compras de equipo de todo tipo, además de simular cínicamente la capacitación de policías, ministerios públicos y jueces.

AMLO, llega con la frase por demás absurda de “Abrazos y no balazos”, con una política social que pretendía atender las causas, la idea era buena, pero jamás se hizo de manera integral, se dio dinero a los jóvenes, pero no se les educó, no se les inculcaron valores, debido a que los grupos de la “sociedad civil” se habían corrompido, hizo a un lado a la ciudadanía para que coadyuvara con la atención al fenómeno de la inseguridad y este creció en muchos aspectos, salvo en secuestro. Sin embargo, hoy tenemos un México secuestrado por el hampa, además de los impuestos gubernamentales, los negocios, empresas y personas, pagan impuestos a los grupos delictivos, un impuesto adicional es todo los que la sociedad tiene que gastar en protegerse, mallas, concertinas, cámaras, alarmas, etc.

Fox creo una gran expectativa, sobre todo en las clases medias y fracasó en el tema que más preocupa a la sociedad, la seguridad. AMLO, también generó la expectativa de terminar con la corrupción, la impunidad y las prebendas que hacen que la inseguridad se desarrolle exponencialmente, pero fracasó. Ahora la presidente de México, tendrá que enfrentar a grupos delincuenciales mejor estructurados y con mayores recursos, en armamento, en dinero y en organización, sin embargo la receta sigue siendo la misma, mejores policías, orden en todos los sentidos, modificar, crecer y mejorar el sistema de justicia, penas severas para los ministerios públicos que no cumplan con su obligación, pero además con honestidad. No falsear la información para poder atender la problemática real. Un gobierno estricto que no permita que los infractores en cuestiones cotidianas, se conviertan en delincuentes a posteriori debido a la impunidad. México se ha convertido en un país muy desordenado y o ponemos oredn sobre el caos, o seguiremos viviendo con miedo.

@FSchutte