/ martes 18 de junio de 2024

OPINIÓN POR FERNANDO SCHÜTTE ELGUERO | Claudia Sheinbaum y las consecuencias a la reforma judicial

La importancia de las reformas al poder judicial es tal que los mercados han reaccionado de manera prematura, presionando al peso mexicano. Al parecer las propuestas han tomado una fuerza inusitada y yo diría que exagerada. Lo cierto es que el sistema judicial como está en este momento es nefasto, los ministros de la corte, siguen con prebendas por encima de lo deseable, los magistrados y jueces (salvo raras excepciones), tienen cotos de poder a los que se accede solo mediante dádivas que muchas veces exceden lo que cualquier sistema judicial medianamente corrupto podría suponer.

Nuestro sistema de justicia no funciona y por ende no garantiza que prevalezca el estado de derecho. Yo no entiendo que es lo que defienden los medios de comunicación y porqué atacan a la presidenta electa por este motivo. Entiendo que existen temores fundados que suponen cambios consitucionales para radicalizar el modelo, llamado transformación de la izquierda mexicana y que requieren de la Suprema Corte de Justicia así como del Congreso de la Unión; si esa fuera la intención habría sin duda que temer. Ojalá que la presidenta electa Claudia Sheinbaum pueda precisar sus intenciones con tooda franqueza y no con la falta de transparencia que ha caracterizado a los políticos, escondiendo muchas veces de manera por demás hipócrita, sus verdaderas intenciones.

En un artículo anterior señalaba que tenemos un país sumamente injusto en su sistema judicial, un país violento en donde la impunidad de los grupos delincuenciales está invariablemente relacionada con la corrupción que genera una impunidad escandalosa. Los tribunales del país simple y sencillamente no funcionan adecuadamente, muchos jueces y ministros corruptos e ineficientes, pero también es verdad que teniendo 2.5 jueces por cada 100,000 habitantes en lugar de tener 65 jueces por cada 100 mil habitantes, que sería lo indicado y ante la excesiva carga de trabajo la impunidad campea y cualquier cosa puede salir mal o que la corrupción se pierda entre los miles y miles de expedientes que existen inertes en los juzgados.

El hecho de que los jueces sean votados por el pueblo, es una preocupación, ¿Qué pueblo, decide que? La opacidad ha existido en el poder judicial con o sin votos, seguramente se transparentaría, pero puede disminuir aún más la calidad moral o la eficiencia de los actores de la justicia.

Yo estoy convencido que la reforma al sistema judicial es la más importante para México, solamente tenemos que enfocar nuestros esfuerzos a que sea mucho mejor que ahora.

Que bueno que Claudia Sheinbaum pretenda consultar con la barras de abogados (cosa que no garantiza mucho), consultar con el pueblo sabio es volver a acudir al populismo dirigido.

Si grupos de expertos se dedican a repensar nuestro sistema judicial, podemos obtener un sistema a modo de la justicia misma y no de quien gobierna, si logramos que la justicia y la legalidad sean lo deseable, entonces México se convertirá en un país cada vez más atractivo a la inversión y donde podamos vivir con paz y armonía,

Opinión por Fernando Schütte Elguero

@FSchutte

La importancia de las reformas al poder judicial es tal que los mercados han reaccionado de manera prematura, presionando al peso mexicano. Al parecer las propuestas han tomado una fuerza inusitada y yo diría que exagerada. Lo cierto es que el sistema judicial como está en este momento es nefasto, los ministros de la corte, siguen con prebendas por encima de lo deseable, los magistrados y jueces (salvo raras excepciones), tienen cotos de poder a los que se accede solo mediante dádivas que muchas veces exceden lo que cualquier sistema judicial medianamente corrupto podría suponer.

Nuestro sistema de justicia no funciona y por ende no garantiza que prevalezca el estado de derecho. Yo no entiendo que es lo que defienden los medios de comunicación y porqué atacan a la presidenta electa por este motivo. Entiendo que existen temores fundados que suponen cambios consitucionales para radicalizar el modelo, llamado transformación de la izquierda mexicana y que requieren de la Suprema Corte de Justicia así como del Congreso de la Unión; si esa fuera la intención habría sin duda que temer. Ojalá que la presidenta electa Claudia Sheinbaum pueda precisar sus intenciones con tooda franqueza y no con la falta de transparencia que ha caracterizado a los políticos, escondiendo muchas veces de manera por demás hipócrita, sus verdaderas intenciones.

En un artículo anterior señalaba que tenemos un país sumamente injusto en su sistema judicial, un país violento en donde la impunidad de los grupos delincuenciales está invariablemente relacionada con la corrupción que genera una impunidad escandalosa. Los tribunales del país simple y sencillamente no funcionan adecuadamente, muchos jueces y ministros corruptos e ineficientes, pero también es verdad que teniendo 2.5 jueces por cada 100,000 habitantes en lugar de tener 65 jueces por cada 100 mil habitantes, que sería lo indicado y ante la excesiva carga de trabajo la impunidad campea y cualquier cosa puede salir mal o que la corrupción se pierda entre los miles y miles de expedientes que existen inertes en los juzgados.

El hecho de que los jueces sean votados por el pueblo, es una preocupación, ¿Qué pueblo, decide que? La opacidad ha existido en el poder judicial con o sin votos, seguramente se transparentaría, pero puede disminuir aún más la calidad moral o la eficiencia de los actores de la justicia.

Yo estoy convencido que la reforma al sistema judicial es la más importante para México, solamente tenemos que enfocar nuestros esfuerzos a que sea mucho mejor que ahora.

Que bueno que Claudia Sheinbaum pretenda consultar con la barras de abogados (cosa que no garantiza mucho), consultar con el pueblo sabio es volver a acudir al populismo dirigido.

Si grupos de expertos se dedican a repensar nuestro sistema judicial, podemos obtener un sistema a modo de la justicia misma y no de quien gobierna, si logramos que la justicia y la legalidad sean lo deseable, entonces México se convertirá en un país cada vez más atractivo a la inversión y donde podamos vivir con paz y armonía,

Opinión por Fernando Schütte Elguero

@FSchutte