Pasan los años y gobiernos, y no hay un alto al tráfico de armas. Reformas legales van y vienen, anuncios espectaculares se han hecho y promesas se repiten sexenio tras sexenio, mientras la delincuencia organizada utiliza armamento a la vista de todos y la mayoría de delitos se cometen con armas ilegales.
No es un secreto para nadie que en México existe un mercado negro de armas, lo que ha ocasionado que los delincuentes porten, posean, trafiquen, transporten y negocien armas de fuego, explosivos y accesorios, sin temor a nada.
Después de 11 años de ausencia en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), México retoma las tareas y ayer, Juan Ramón de la Fuente, Representante Permanente de México en este organismo internacional, anunció que impulsará, en la agenda, el combate al tráfico ilícito de armas. Sin duda, este anuncio tiene relevancia, sobre todo porque el próximo 20 de este mes, tomará posesión Joe Biden como presidente de Estados Unidos.
Este asunto no es menor, ya llevamos décadas con los mismos discursos y promesas para combatir el tráfico ilegal de armas, y la situación en vez de mejorar empeora. En un comunicado de prensa de la Secretaría de Relaciones Exteriores, fechado el 21 de noviembre del 2019, destaca que se reunieron funcionarios del gobierno mexicano, con el subgrupo de tráfico de armas del Grupo de Alto Nivel de Seguridad México-Estados Unidos (GANSEG).
En ese encuentro, se comentó que durante la presente administración se han logrado asegurar 7,432 armas en México. Las armas largas más comunes en nuestro país son la ametralladora Browning M2, calibre .50, el Fusil Barrett cal .50 y los fusiles AR-15 y AK-47, todas fabricadas en Estados Unidos. Las armas empleadas por el crimen organizado proceden, en siete de cada diez casos, de ese país.
“Se hizo alusión a la elevada capacidad de fuego de los grupos criminales, abastecida por el tráfico ilícito de armas provenientes de Estados Unidos”, indica.
En esa reunión, el Gobierno de México “compartió evidencia empírica sobre la fuerte relación entre el tráfico de armas desde Estados Unidos y el aumento en el número de homicidios en México. Asimismo, se presentó un mapeo de los puntos fronterizos por los cuales entran las armas a nuestro país, con el objetivo de establecer cuáles son las redes de venta, distribución e introducción a México”, señala esta información.
Sin duda, la pandemia detuvo muchas de las acciones programadas en ese encuentro, donde el Gobierno de México propuso la utilización de tecnología intrusiva y no intrusiva en 58 puntos fronterizos para impedir el acceso de armas a nuestro país, en el marco de un proyecto de acuerdo bilateral con Estados Unidos en materia de tráfico de armas.
Esperamos que ahora que México regresó al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y con la llegada del nuevo presidente de Estados Unidos, sea posible controlar el tráfico de armas que se ha convertido en una pesadilla para nuestro país y otras naciones del mundo. Es tiempo de poner un alto a esta situación, tema en el cual hay una total coincidencia por parte de la sociedad civil.