Por Alejandro Jiménez
Así se llama el libro recién publicado por Grijalbo, que reúne seis reportajes de fondo realizados por experimentadas y respetadas mujeres periodistas, cuya solvencia moral está fuera de toda duda.
Bajo la coordinación de Nayeli Roldán, también lo escriben Laura Castellanos, Valeria Durán, Ivonne Melgar, Claudia Ramos y Daniela Rea, quienes se propusieron retratar este momento del feminismo en México, atravesado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la pandemia de Covid-19, siglos de machismo y patriarcado acumulados, pero también de expresiones de hartazgo y libertad pocas veces vistas en el pasado, que han logrado que el tema se encuentre en medio del debate nacional, pese a todos los obstáculos precedentes.
El libro es altamente crítico del gobierno de la 4T, cuya génesis social y política abría en 2018 la esperanza de que éste fuera un gobierno decididamente feminista. No lo ha sido ni en los hechos ni en el discurso, según lo prueban en sus textos, a pesar de que el propio Presidente de la República se autoengaña diciendo que el suyo es el gobierno más feminista de la historia.
Por el contrario, ha arremetido contra el movimiento feminista, al que acusa de haber sido creado hace apenas dos años, por intereses conservadores, sólo para oponerse a su gobierno, cuando la tradición de lucha feminista mexicana data de hace más de un siglo.
Evalúan la calidad del gasto hacia las mujeres de este gobierno, su concepto de paridad de género en cargos públicos, su discurso sobre lo que él entiende como el papel de la mujer en sociedad, fundamentalmente de sostén del hogar, inculcadora de valores nacionalistas y las encargadas por excelencia del cuidado de hijos y ancianos. Aluden a su visión reaccionara ante el concepto de feminicidio, que incluso trató de eliminar al iniciar su gobierno.
Aun así, no lo responsabilizan de todo: saben que la pandemia exacerbó, en México y el mundo, las diferencias de género, los roles sociales, las desigualdades, la violencia doméstica que han estado aquí por siglos.
Para explicar el problema macro, nos cuentan casos micro. Nos relatan historias de desventura de quienes, por el sólo hecho de ser mujeres, se enfrentan a una pared de obstáculos casi insalvables para poder salir adelante.
El capítulo final, redactado por Castellanos, es, sin embargo, el recordatorio de que el activismo feminista está presente en la sociedad, pese a todas las adversidades y contra toda narrativa pretendidamente hegemónica. Que a veces este activismo adquiere un rostro violento y otras veces más académico, pero que es con el que habremos de convivir en los próximos años, hasta que la sociedad empuje con más fuerza hacia momentos más paritarios, más justos y menos patriarcales.
Contra lo que pudiera pensarse, el libro no es un aburrido panfleto de activistas, no es un listado dogmático de demandas, sino un elegante compendio de textos bien escritos, donde estas seis periodistas logran hacer por momentos que nos pongamos en la piel de quienes sufren las injusticias y por las que hay que buscar un mejor futuro.
En el USB…
