/ domingo 30 de abril de 2023

Desdolarización, oro y BRICS: ¿Un nuevo modelo económico en puerta?

Por Marinieves García-Manzano

De acuerdo con datos del FMI, en 2021 aproximadamente el 60% del comercio global se realizaba en dólares, particularmente la compraventa de petróleo y materias primas, lo que convertía al dólar de facto en una reserva de valor global. Aunque la presencia del dólar en el comercio internacional no está descendiendo abruptamente, sí vemos que muchos países empiezan a usar otras monedas y que los bancos centrales ya no están viendo el dólar como la reserva de valor monetaria por excelencia, pues su proporción en las reservas mundiales de divisas ha llegado a caer hasta un 59%.

Este fenómeno conocido como desdolarización se acrecienta cuando la OTAN le “prohíbe” a Rusia vender materias primas en dólares. Como mencionamos en septiembre del año pasado en esta columna, medidas como ésta o intentar “fijar” un precio a los energéticos rusos no iban a salir bien para Europa, ni mucho menos para el dólar, ya que Rusia abriría nuevos mercados no occidentales deseosos de recibir sus productos y comerciar en otras monedas; lo que efectivamente pasó.

Por otra parte, la expulsión de Rusia del sistema SWIFT, además de promover el comercio internacional en otras divisas fuera del dólar, también acelera la implantación de las monedas digitales o CBDC con las que se podrá comerciar directamente entre Bancos Centrales sin necesidad de pasar por el sistema financiero en dólares de un tercero.

Al mismo tiempo vemos un interés cada vez mayor de países en todo el mundo de dejar la hegemonía del dólar y del G7, con todo lo que ello representa, y agruparse en las filas de los BRICS; como es el caso de los 19 países que han solicitado su unión a este grupo, y que se definirá su inclusión en la próxima Cumbre de los BRICS en junio en Sudáfrica. Argentina, un país prácticamente quebrado pero muy interesado en pertenecer a los BRICS, anunció el jueves que utilizará la moneda china para sus transacciones con aquel país.

En este contexto no es de extrañar que se hable de una nueva reserva de valor para protegerse de las fluctuaciones del dólar y de dejar el sistema de dinero FIAT con el que vivimos para pasar a respaldar las monedas con commodities y oro. Preparándose para ello muchos países han repatriado su oro y los bancos centrales han comprado un 152% más de oro en 2022. No se había visto un furor así por la compra gubernamental de oro precisamente desde finales de los 60s cuando Francia y Reino Unido cambiaron sus divisas a marcos y compraron tal cantidad de este metal que llevó a que Estados Unidos saliera del sistema Bretton Woods y dejara el patrón oro.

Desde 2011 el 99% de nuestras reservas para respaldar al peso en oro en caso de ser necesario están depositadas en las bóvedas del Banco de Inglaterra y el Banco de México no ha comprado un lingote desde hace 12 años. Nuestra dependencia del billete verde en la política económica es más que evidente, de lo demás mejor ni hablamos.


Twitter: MarinievesGM @gm_marinieves


Por Marinieves García-Manzano

De acuerdo con datos del FMI, en 2021 aproximadamente el 60% del comercio global se realizaba en dólares, particularmente la compraventa de petróleo y materias primas, lo que convertía al dólar de facto en una reserva de valor global. Aunque la presencia del dólar en el comercio internacional no está descendiendo abruptamente, sí vemos que muchos países empiezan a usar otras monedas y que los bancos centrales ya no están viendo el dólar como la reserva de valor monetaria por excelencia, pues su proporción en las reservas mundiales de divisas ha llegado a caer hasta un 59%.

Este fenómeno conocido como desdolarización se acrecienta cuando la OTAN le “prohíbe” a Rusia vender materias primas en dólares. Como mencionamos en septiembre del año pasado en esta columna, medidas como ésta o intentar “fijar” un precio a los energéticos rusos no iban a salir bien para Europa, ni mucho menos para el dólar, ya que Rusia abriría nuevos mercados no occidentales deseosos de recibir sus productos y comerciar en otras monedas; lo que efectivamente pasó.

Por otra parte, la expulsión de Rusia del sistema SWIFT, además de promover el comercio internacional en otras divisas fuera del dólar, también acelera la implantación de las monedas digitales o CBDC con las que se podrá comerciar directamente entre Bancos Centrales sin necesidad de pasar por el sistema financiero en dólares de un tercero.

Al mismo tiempo vemos un interés cada vez mayor de países en todo el mundo de dejar la hegemonía del dólar y del G7, con todo lo que ello representa, y agruparse en las filas de los BRICS; como es el caso de los 19 países que han solicitado su unión a este grupo, y que se definirá su inclusión en la próxima Cumbre de los BRICS en junio en Sudáfrica. Argentina, un país prácticamente quebrado pero muy interesado en pertenecer a los BRICS, anunció el jueves que utilizará la moneda china para sus transacciones con aquel país.

En este contexto no es de extrañar que se hable de una nueva reserva de valor para protegerse de las fluctuaciones del dólar y de dejar el sistema de dinero FIAT con el que vivimos para pasar a respaldar las monedas con commodities y oro. Preparándose para ello muchos países han repatriado su oro y los bancos centrales han comprado un 152% más de oro en 2022. No se había visto un furor así por la compra gubernamental de oro precisamente desde finales de los 60s cuando Francia y Reino Unido cambiaron sus divisas a marcos y compraron tal cantidad de este metal que llevó a que Estados Unidos saliera del sistema Bretton Woods y dejara el patrón oro.

Desde 2011 el 99% de nuestras reservas para respaldar al peso en oro en caso de ser necesario están depositadas en las bóvedas del Banco de Inglaterra y el Banco de México no ha comprado un lingote desde hace 12 años. Nuestra dependencia del billete verde en la política económica es más que evidente, de lo demás mejor ni hablamos.


Twitter: MarinievesGM @gm_marinieves