/ viernes 26 de julio de 2024

Benjamín Rubio Chávez | Juzgadores Juzgados (Primera de dos partes)

Los Juzgadores fuimos juzgados, se dictó sentencia en las urnas en la cual la sociedad expresó que debe existir un cambio en la visión de administrar justicia, nos exige tener otra forma de ver e interpretar el derecho, otra manera de gestionar los juicios, otra forma de atender al justiciable. La sociedad dictó sentencia y no hay vuelta atrás, debemos hacer algo.

Como sociedad estamos hartos de la justicia lenta, de la aplicación de preceptos injustos, de las sentencias kilométricas inentendibles, del mal trato en las oficinas cuando acudimos a revisar nuestros asuntos, estamos cansados de tener que dar dadivas a malos funcionarios para solucionar un asunto o pagar demás a los abogados cuando estos piden dinero aduciendo que es para un juez cuando no es así.

Son por decir algunas de las tantas cosas reclamables al sistema judicial en su conjunto, y creo hay un acuerdo mayoritario de un ya basta.

Hay claridad en la sentencia social y su aplicación política. De inicio pretende solucionar todo un andamiaje de problemas a través de un cambio de estructura en el Poder Judicial de la Federación y de las entidades federativas, y en una forma nueva de elegir a jueces, esto a través de elección popular.

No me centraré en debatir si la solución propuesta de reforma es o no la correcta; hay muchos y suficientes estudios sobre ese punto, solo diré que con independencia de la manera que se haga, siempre y en todo momento, se debe privilegiar la carrera judicial, o al abogado capacitado, con experiencia, previo exámenes rigurosos y con un perfil humanista.

Ahora bien, para corregir aquellas cosas que agravian a la sociedad cuando de justicia se trata, se requiere cambiar todo un sistema y una forma de ver y administrar el derecho, el problema de la justicia no pasa solo por la estructura mental de jueces, pasa por todo una edificación que va desde la seguridad pública, procuración de justicia, sistemas de gestión administrativa y judicial, perfiles de jueces, y un cambio de visión en lo que establecen las normas y en la interpretación de las mismas.

Es desgastante decir que la sociedad no se percata que el problema de la justicia es por aquel o aquella institución, que no es culpa de los jueces sino de los fiscales o de los policías, o que son los jueces locales y no lo federales, o viceversa en cada una de esas aseveraciones, la sociedad no lo distingue ni tendría porque hacerlo, solo siente en su día a día que si se acerca un policía no se siente seguro, que si va una fiscalía o a un juzgado su trámite será largo, costoso en lo económico, y vivirá con angustia por no poder predecir como se resolverá su problema, nadie en su sano juicio queremos enfrentar un problema de tipo jurídico.

El detalle es que debemos hacer para cambiar el sistema de justicia, para sentirme como sociedad seguro y tranquilo de la funcionalidad de todo el aparato que tenga que ver con el tema, y al mismo tiempo orgulloso de ser parte de este andamiaje institucional.

Debemos reordenar la educación jurídica, exigir mejor nivel en las escuelas que hoy la imparten, se debe privilegiar la enseñanza de la ética, el humanismo y lealtad profesional, porque solo así tendremos funcionarios judiciales y abogados litigantes que les perdure el sueño inicial cundo se estudia abogacía, esto es: luchar por la justicia y los derechos humanos.

Opinión Benjamín Rubio Chávez

Los Juzgadores fuimos juzgados, se dictó sentencia en las urnas en la cual la sociedad expresó que debe existir un cambio en la visión de administrar justicia, nos exige tener otra forma de ver e interpretar el derecho, otra manera de gestionar los juicios, otra forma de atender al justiciable. La sociedad dictó sentencia y no hay vuelta atrás, debemos hacer algo.

Como sociedad estamos hartos de la justicia lenta, de la aplicación de preceptos injustos, de las sentencias kilométricas inentendibles, del mal trato en las oficinas cuando acudimos a revisar nuestros asuntos, estamos cansados de tener que dar dadivas a malos funcionarios para solucionar un asunto o pagar demás a los abogados cuando estos piden dinero aduciendo que es para un juez cuando no es así.

Son por decir algunas de las tantas cosas reclamables al sistema judicial en su conjunto, y creo hay un acuerdo mayoritario de un ya basta.

Hay claridad en la sentencia social y su aplicación política. De inicio pretende solucionar todo un andamiaje de problemas a través de un cambio de estructura en el Poder Judicial de la Federación y de las entidades federativas, y en una forma nueva de elegir a jueces, esto a través de elección popular.

No me centraré en debatir si la solución propuesta de reforma es o no la correcta; hay muchos y suficientes estudios sobre ese punto, solo diré que con independencia de la manera que se haga, siempre y en todo momento, se debe privilegiar la carrera judicial, o al abogado capacitado, con experiencia, previo exámenes rigurosos y con un perfil humanista.

Ahora bien, para corregir aquellas cosas que agravian a la sociedad cuando de justicia se trata, se requiere cambiar todo un sistema y una forma de ver y administrar el derecho, el problema de la justicia no pasa solo por la estructura mental de jueces, pasa por todo una edificación que va desde la seguridad pública, procuración de justicia, sistemas de gestión administrativa y judicial, perfiles de jueces, y un cambio de visión en lo que establecen las normas y en la interpretación de las mismas.

Es desgastante decir que la sociedad no se percata que el problema de la justicia es por aquel o aquella institución, que no es culpa de los jueces sino de los fiscales o de los policías, o que son los jueces locales y no lo federales, o viceversa en cada una de esas aseveraciones, la sociedad no lo distingue ni tendría porque hacerlo, solo siente en su día a día que si se acerca un policía no se siente seguro, que si va una fiscalía o a un juzgado su trámite será largo, costoso en lo económico, y vivirá con angustia por no poder predecir como se resolverá su problema, nadie en su sano juicio queremos enfrentar un problema de tipo jurídico.

El detalle es que debemos hacer para cambiar el sistema de justicia, para sentirme como sociedad seguro y tranquilo de la funcionalidad de todo el aparato que tenga que ver con el tema, y al mismo tiempo orgulloso de ser parte de este andamiaje institucional.

Debemos reordenar la educación jurídica, exigir mejor nivel en las escuelas que hoy la imparten, se debe privilegiar la enseñanza de la ética, el humanismo y lealtad profesional, porque solo así tendremos funcionarios judiciales y abogados litigantes que les perdure el sueño inicial cundo se estudia abogacía, esto es: luchar por la justicia y los derechos humanos.

Opinión Benjamín Rubio Chávez