/ lunes 24 de junio de 2024

PAZ Y RECONCILIACIÓN | El Señor Vicente, Constructor de la Gestión Social

El Señor Vicente es un personaje fuera de serie y a pesar de que sus obras tienen más de 400 años de existir, son más vigentes cada día por la pobreza existente.

Cuando pienso en el hermano Marcelo que da pan y café todos los días, desde las 4 de la mañana, a los indigentes del centro de la CDMX, veo el legado del Señor Vicente.

Cuando veo al gran equipo de voluntarios, hombres y mujeres, que ofrecen 200 comidas calientes por el rumbo de la Conchita, en el Centro Histórico, pienso en la obra de Monsieur Vicent que inició en París hace 400 años.

No podría explicar la obra que el Padre Miguel y otros Vicentinos, realizan con los niños de la calle en Cuautla, en que ofrece casa, vestido y educación, sin la gran obra que Don Vicente inició en Francia y hoy sigue con 3,106 miembros, 507 comunidades y en 95 países.

Cuando veo la obra social y de evangelización que el padre Jesús hace con los rarámuris en Chihuahua, o el trabajo que los misioneros Pepe, Miguel e Ismael realizan en Amixtlán (Puebla), pienso en esa gran obra de la Congregación de la Misión surgida en 1625 y que envió a sus misioneros a China, Oriente Medio, América y Europa.

En México, la Congregación de la Misión o Vicentinos, tiene de haber llagado 180 años (4 de noviembre), primero como directores espirituales de las Hijas de la Caridad fundadas por Luisa de Marillac, pero luego Los Obispos de México, Puebla, Michoacán, Guadalajara y Querétaro pedían misioneros para la formación en los seminarios y para las misiones en los pueblos.

Uno de los mayores éxitos de los Vicentinos en Francia y en México ha sido socializar el mensaje de la caridad en favor de los pobres de Vicente de Paul (Francia 1581).

El voluntariado Vicentino inició trabajos en México en 1848, en beneficio de los grupos más vulnerables, particularmente niños, mujeres y adultos mayores, todos ellos de bajos recursos, pero hoy está presente en todo el país.

Los padres Vicentinos tienen comedores que atienden a personas de escasos recursos o en situación de calle, como es el caso de La Fama (Monterrey), Centro de la CDMX y Cuautla. También realiza misiones populares, ofrece servicios religiosos en las parroquias y misiones permanentes en Chihuahua y Puebla.

En 1833, Federico Ozanam, fundó la Sociedad de San Vicente de Paul (SSVP) y es considerado uno de los precursores del laicado activo y esta organización tiene como propósito la defensa de la libertad y la justicia social. Y está comprometida con una sociedad más justa e igualitaria.

Hoy día, la SSVP es una verdadera multinacional de caridad, que combate la miseria con sencillez y sin ruido; está ubicada en 140 países, con cerca de 780.000 socios, quienes conforman 51,000 Conferencias.

En resumen: el carisma y la vocación de llevar la buena noticia a los pobres hecho vida por Vicente de Paul sigue vivo. El legado del Señor Vicente a las Hijas de la Caridad, a los misioneros y al Voluntariado está más vigente que nunca.


Opinión por Luis Vega


El Señor Vicente es un personaje fuera de serie y a pesar de que sus obras tienen más de 400 años de existir, son más vigentes cada día por la pobreza existente.

Cuando pienso en el hermano Marcelo que da pan y café todos los días, desde las 4 de la mañana, a los indigentes del centro de la CDMX, veo el legado del Señor Vicente.

Cuando veo al gran equipo de voluntarios, hombres y mujeres, que ofrecen 200 comidas calientes por el rumbo de la Conchita, en el Centro Histórico, pienso en la obra de Monsieur Vicent que inició en París hace 400 años.

No podría explicar la obra que el Padre Miguel y otros Vicentinos, realizan con los niños de la calle en Cuautla, en que ofrece casa, vestido y educación, sin la gran obra que Don Vicente inició en Francia y hoy sigue con 3,106 miembros, 507 comunidades y en 95 países.

Cuando veo la obra social y de evangelización que el padre Jesús hace con los rarámuris en Chihuahua, o el trabajo que los misioneros Pepe, Miguel e Ismael realizan en Amixtlán (Puebla), pienso en esa gran obra de la Congregación de la Misión surgida en 1625 y que envió a sus misioneros a China, Oriente Medio, América y Europa.

En México, la Congregación de la Misión o Vicentinos, tiene de haber llagado 180 años (4 de noviembre), primero como directores espirituales de las Hijas de la Caridad fundadas por Luisa de Marillac, pero luego Los Obispos de México, Puebla, Michoacán, Guadalajara y Querétaro pedían misioneros para la formación en los seminarios y para las misiones en los pueblos.

Uno de los mayores éxitos de los Vicentinos en Francia y en México ha sido socializar el mensaje de la caridad en favor de los pobres de Vicente de Paul (Francia 1581).

El voluntariado Vicentino inició trabajos en México en 1848, en beneficio de los grupos más vulnerables, particularmente niños, mujeres y adultos mayores, todos ellos de bajos recursos, pero hoy está presente en todo el país.

Los padres Vicentinos tienen comedores que atienden a personas de escasos recursos o en situación de calle, como es el caso de La Fama (Monterrey), Centro de la CDMX y Cuautla. También realiza misiones populares, ofrece servicios religiosos en las parroquias y misiones permanentes en Chihuahua y Puebla.

En 1833, Federico Ozanam, fundó la Sociedad de San Vicente de Paul (SSVP) y es considerado uno de los precursores del laicado activo y esta organización tiene como propósito la defensa de la libertad y la justicia social. Y está comprometida con una sociedad más justa e igualitaria.

Hoy día, la SSVP es una verdadera multinacional de caridad, que combate la miseria con sencillez y sin ruido; está ubicada en 140 países, con cerca de 780.000 socios, quienes conforman 51,000 Conferencias.

En resumen: el carisma y la vocación de llevar la buena noticia a los pobres hecho vida por Vicente de Paul sigue vivo. El legado del Señor Vicente a las Hijas de la Caridad, a los misioneros y al Voluntariado está más vigente que nunca.


Opinión por Luis Vega