/ viernes 3 de mayo de 2024

OPINIÓN POR SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS | Herramientas contra el feminicida

El feminicidio de una adolescente en Tlalnepantla o la captura de un feminicida serial en Iztacalco muestran la necesidad de fortalecer la atención a las violencias de género desde las primeras manifestaciones.

Impulsar la visibilización y denuncia, así como profundizar la integración de carpetas de investigación y persecución de los agresores de mujeres es imprescindible.

Hace 30 años se conocieron los primeros casos que harían de Ciudad Juárez una referencia de la violencia feminicida. Desde entonces hay avances. Aunque no de manera contundente ni homogeneizada en todas las entidades, en el país hay un proceso para admitir y erradicar los feminicidios.

El pasado 26 de abril, en el informe mensual de resultados de la Alerta por Violencia contra las Mujeres en la Ciudad de México se reveló una disminución de 47 por ciento en las muertes violentas entre 2019 y este año, así como un aumento de 77 por ciento en las vinculaciones a proceso de los agresores.

Hay una política iniciada por Claudia Sheinbaum y continuada por Martí Batres desde la jefatura de Gobierno con estrategias como *765 —encabezada por la secretaria de las Mujeres, Ingrid Gómez, y en la cual participa el Consejo Ciudadano de la CDMX— encaminada a reducir los riesgos feminicidas.

Sacar a tiempo al agresor de casa y de la vida de las víctimas es fundamental. Así se podrán prevenir casos como el descubierto en Iztacalco, tras la detención de un hombre por el feminicidio de una adolescente, quien ahora está relacionado con otros siete asesinatos ocurridos desde 2012.

Los feminicidas seriales, en su mayoría hombres, perpetran asesinatos sistemáticos y repetidos, motivados por un profundo odio, misoginia y deseos de dominación.

Su perfil es complejo y multifacético, aunque ciertos patrones y características comunes han sido identificados desde la criminología y psicología forense. Suelen ser personas con trastornos psicológicos, antecedentes de abuso o trauma en su infancia y dificultades para establecer relaciones interpersonales saludables.

En México, entre 1991 y 2006 Gilberto Reyes, conocido como "El Chalequero", asesinó al menos a 33 mujeres; fue detenido y condenado a 240 años de prisión. En la década de los 90, en Ciudad Juárez, Sergio Barraza cometió al menos 8 feminicidios.

Entre los casos más reconocidos en el mundo está el de Ted Bundy, en Estados Unidos, quien confesó haber asesinado a más de 30 mujeres en la década de los 70.

Identificar a los feminicidas puede ser un desafío para las autoridades. Por ello atender a tiempo las violencias de género y promover la igualdad son herramientas clave.


Opinión por Salvador Guerrero Chiprés

@guerrerochipres

El feminicidio de una adolescente en Tlalnepantla o la captura de un feminicida serial en Iztacalco muestran la necesidad de fortalecer la atención a las violencias de género desde las primeras manifestaciones.

Impulsar la visibilización y denuncia, así como profundizar la integración de carpetas de investigación y persecución de los agresores de mujeres es imprescindible.

Hace 30 años se conocieron los primeros casos que harían de Ciudad Juárez una referencia de la violencia feminicida. Desde entonces hay avances. Aunque no de manera contundente ni homogeneizada en todas las entidades, en el país hay un proceso para admitir y erradicar los feminicidios.

El pasado 26 de abril, en el informe mensual de resultados de la Alerta por Violencia contra las Mujeres en la Ciudad de México se reveló una disminución de 47 por ciento en las muertes violentas entre 2019 y este año, así como un aumento de 77 por ciento en las vinculaciones a proceso de los agresores.

Hay una política iniciada por Claudia Sheinbaum y continuada por Martí Batres desde la jefatura de Gobierno con estrategias como *765 —encabezada por la secretaria de las Mujeres, Ingrid Gómez, y en la cual participa el Consejo Ciudadano de la CDMX— encaminada a reducir los riesgos feminicidas.

Sacar a tiempo al agresor de casa y de la vida de las víctimas es fundamental. Así se podrán prevenir casos como el descubierto en Iztacalco, tras la detención de un hombre por el feminicidio de una adolescente, quien ahora está relacionado con otros siete asesinatos ocurridos desde 2012.

Los feminicidas seriales, en su mayoría hombres, perpetran asesinatos sistemáticos y repetidos, motivados por un profundo odio, misoginia y deseos de dominación.

Su perfil es complejo y multifacético, aunque ciertos patrones y características comunes han sido identificados desde la criminología y psicología forense. Suelen ser personas con trastornos psicológicos, antecedentes de abuso o trauma en su infancia y dificultades para establecer relaciones interpersonales saludables.

En México, entre 1991 y 2006 Gilberto Reyes, conocido como "El Chalequero", asesinó al menos a 33 mujeres; fue detenido y condenado a 240 años de prisión. En la década de los 90, en Ciudad Juárez, Sergio Barraza cometió al menos 8 feminicidios.

Entre los casos más reconocidos en el mundo está el de Ted Bundy, en Estados Unidos, quien confesó haber asesinado a más de 30 mujeres en la década de los 70.

Identificar a los feminicidas puede ser un desafío para las autoridades. Por ello atender a tiempo las violencias de género y promover la igualdad son herramientas clave.


Opinión por Salvador Guerrero Chiprés

@guerrerochipres