/ viernes 21 de junio de 2024

El derecho a la verdad

El tiempo y la ausencia de voluntad política de los gobiernos del siglo pasado han sido los peores enemigos para el esclarecimiento de los crímenes más atroces perpetrados durante la guerra sucia.

La Suprema Corte ordenó reabrir casos relacionados con esta etapa de México, ocurridos entre 1965 y 1990, en particular los de cuatro mujeres familiares del maestro rural y guerrillero Lucio Cabañas —abatido con el tiro de gracia en un enfrentamiento en 1974— por detenciones ilegales y torturas de agentes de la extinta Dirección Federal de Seguridad.

En su fallo, los ministros consideraron que la prescripción de los crímenes de lesa humanidad va en contra del derecho a la verdad y la justicia.

Hay disposición para la búsqueda de responsables, reflejada desde la creación, hace tres años, de la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las graves violaciones a los derechos humanos cometidas en esos años.

El derecho a la verdad implica el acceso a la información sobre las circunstancias y los culpables, así como el reconocimiento y la memoria histórica de los hechos. Dos eventos representativos de la violencia sistemática contra movimientos estudiantiles, activistas y opositores políticos marcaron la historia de la represión: la matanza de Tlatelolco en 1968 y el halconazo en 1971.

En "La noche de Tlatelolco", Elena Poniatowska recoge testimonios de testigos y sobrevivientes, destaca la brutalidad del Estado y la vulnerabilidad de los estudiantes atacados el 2 de octubre. Desde la literatura y las investigaciones periodísticas se ha podido armar el rompecabezas de la magnitud de la represión del gobierno priista de Gustavo Díaz Ordaz, el encubrimiento y falta de voluntad política de las administraciones posteriores.

La manipulación de la información y la construcción de narrativas oficiales han sido herramientas utilizadas por el Estado para desarrollar lo que la ONU define como la cultura del engaño, maquinación y ocultación, frente a las cuales la transparencia y acceso a la información son esenciales.

A 53 años del otro evento representativo de la represión —el “halconazo” ocurrido el 10 de junio de 1971, cuando el grupo paramilitar "Los Halcones" reprimió a manifestantes— hay disposición política por reivindicar el derecho a la verdad, desde la Presidenta electa de la República, Claudia Sheinbaum, como de Clara Brugada, Jefa de Gobierno electa de la Ciudad de México gobernada por Martí Batres.

La verdad implica honestidad, buena fe, sinceridad humana para dar certidumbre en el conocimiento de lo que se afirma como realidad. Y no prescribe.


Salvador Guerrero Chiprés

@guerrerochipres


El tiempo y la ausencia de voluntad política de los gobiernos del siglo pasado han sido los peores enemigos para el esclarecimiento de los crímenes más atroces perpetrados durante la guerra sucia.

La Suprema Corte ordenó reabrir casos relacionados con esta etapa de México, ocurridos entre 1965 y 1990, en particular los de cuatro mujeres familiares del maestro rural y guerrillero Lucio Cabañas —abatido con el tiro de gracia en un enfrentamiento en 1974— por detenciones ilegales y torturas de agentes de la extinta Dirección Federal de Seguridad.

En su fallo, los ministros consideraron que la prescripción de los crímenes de lesa humanidad va en contra del derecho a la verdad y la justicia.

Hay disposición para la búsqueda de responsables, reflejada desde la creación, hace tres años, de la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las graves violaciones a los derechos humanos cometidas en esos años.

El derecho a la verdad implica el acceso a la información sobre las circunstancias y los culpables, así como el reconocimiento y la memoria histórica de los hechos. Dos eventos representativos de la violencia sistemática contra movimientos estudiantiles, activistas y opositores políticos marcaron la historia de la represión: la matanza de Tlatelolco en 1968 y el halconazo en 1971.

En "La noche de Tlatelolco", Elena Poniatowska recoge testimonios de testigos y sobrevivientes, destaca la brutalidad del Estado y la vulnerabilidad de los estudiantes atacados el 2 de octubre. Desde la literatura y las investigaciones periodísticas se ha podido armar el rompecabezas de la magnitud de la represión del gobierno priista de Gustavo Díaz Ordaz, el encubrimiento y falta de voluntad política de las administraciones posteriores.

La manipulación de la información y la construcción de narrativas oficiales han sido herramientas utilizadas por el Estado para desarrollar lo que la ONU define como la cultura del engaño, maquinación y ocultación, frente a las cuales la transparencia y acceso a la información son esenciales.

A 53 años del otro evento representativo de la represión —el “halconazo” ocurrido el 10 de junio de 1971, cuando el grupo paramilitar "Los Halcones" reprimió a manifestantes— hay disposición política por reivindicar el derecho a la verdad, desde la Presidenta electa de la República, Claudia Sheinbaum, como de Clara Brugada, Jefa de Gobierno electa de la Ciudad de México gobernada por Martí Batres.

La verdad implica honestidad, buena fe, sinceridad humana para dar certidumbre en el conocimiento de lo que se afirma como realidad. Y no prescribe.


Salvador Guerrero Chiprés

@guerrerochipres